Prologó.

127 16 53
                                    

Hay muchas formas de conocer a alguien, muchos lugares, situaciones o momentos. Pero nunca sabes, ni tienes una idea si esa persona que acabas de conocer va cambiarlo todo, si será importante o fugaz, sí llegarás a amarlo o no.

Mi historia. Nuestra historia, fue de una forma, no lo sé, quiero creer que muy diferente.

El río del pueblo es mi lugar favorito para pasar el tiempo en cuanto debo huir de casa, cuando mi madre se queda a solas con esos hombres.

El agua es azul cristalina, las rocas a su alrededor son bonitas y los arboles cubren la mayoría del lugar dejando que solo pequeños rayos de luz los atraviesen, es un lugar solitario que nadie conoce ya que se debe subir un poco más para llegar a el y eso me gusta, que no sea conocido y que pueda llamarlo mío.

Me quitó la camisa y el short, un baño me hará bien. Entro al agua con solo mi ropa interior, si pudiera vivir aquí lo haría, podría hacer una casa en una esquina y ser feliz.

Cierro los ojos relajándome pero no pasan más de dos minutos cuando los ladridos de mi perro Heit me hace abrir los ojos de golpe, lo veo ladrar a una dirección con muchos árboles, y frunzo el ceño al ver que no hay nada.

—Heit, silencio.

Pero me ignora de la forma más épica posible.

—Heit— salgo del agua— deja a los animales quietos.

Sigue ladrando desesperadamente a esa dirección y justo cuando comienzo a considerar que se ha vuelto loco, escucho unos pasos que me hacen caminar hacia atrás asustada y no me doy cuenta que choco con una piedra y caigo sentada con las manos apoyadas en el suelo.

El dolor me llega en cuanto caigo de una forma no tan suave y ahogo un gritó al ver a un chico salir del bosque observando hacia atrás como si alguien lo estuviera siguiendo.

El miedo me invade, puedo sentir como todo mi cuerpo se enfría y un vacío en el estómago se presenta al instante. La forma en la que se gira y posa sus ojos en mí, me hace sentir aún más terror.

Heit sigue ladrando y esta vez intenta acercarse a él mostrándole los dientes, una lástima que sea un cachorrito que solo le haría un rasguño.

Veo como le da una mirada a mi cachorro frunciendo el ceño y luego volviéndola a posar en mí.

Recuerdo en cuanto lo veo abrir sus ojos que solo estoy en ropa interior.

—¿Te ha pasado algo?— pregunta, ¿No es él quien ha salido corriendo?

—¿Quién eres?— pregunto, levantándome.

Intento ubicar mi ropa con la mirada, pero parece estar muy lejos, mi única solución es entrar al agua de nuevo y eso hago.

—¿Quién eres?— repito mi pregunta, pero lo único que hace es verme con el ceño fruncido.

El silencio comienza a molestarme, y tengo miedo no lo niego pero ahora mismo no se me ocurre nada que hacer, y gritar en este lugar no es una opción.

Dios, voy a morir en un río.

—¿Dónde estoy?— da una mirada a su alrededor.

Frunzo el ceño, ¿Que donde está?

—En un río— respondo intentado no rodar mis ojos.

—Cruce un muro y luego seguí este bosque, y nunca había visto este lugar.

Observo a mí alrededor y conozco todo perfectamente, si sigo el río un poco más abajo a la izquierda, encontraré el camino que me llevará a casa.

Pero nunca había entrado a ese bosque y tampoco sabía a donde conducía.

—¿Estas huyendo?— se gira de golpe al escucharme.

—¿Qué?

Suelto un suspiro, parece realmente perdido.

—¿Vas a matarme?— abre sus ojos de golpe al escuchar mi pregunta.

—No.

Parece notar mi miedo ya que sacude su cabeza y se acerca un poco al agua.

—No voy hacerte daño— me asegura en voz baja— lo siento por asustarte.

No parecía un asesino, pero tampoco correría el riesgo de salir del agua.

—¿Que hace una chica como tú sola en este lugar?

—Me gusta.

—¿No te da miedo?

—Ahora sí.

Le da una mirada a mi ropa que esta en el suelo y se agacha a tomarla, luego camina sobre algunas piedras hasta llegar a mí entregándomela.

—Deberías colocarte esto.

—Tú estás...

—No te veré, lo prometo— me da la espalda.

Debería haber salido y no mojarla, pero tenía miedo de que se girara así que me coloco la ropa en el agua.

—¿Quién eres?— repito mi pregunta saliendo del agua, por el otro lado, a una distancia que me dejara correr si intentaba algo.

Observa por donde ha venido y luego me mira.

—¿Para qué quieres saberlo?

Le da una mirada a todo el lugar, pude ver cómo una de las camisuras de su boca se elevaba.

—Es un lindo lugar, será mío.

—Ya es mío— hablo rápidamente.

Se gira de nuevo dándome la espalda y justo cuando estaba por comenzar alejarse lo escucho:

—Nuestro.







————————————
NOTA: He vuelto y como lo ven con una nueva historia.

Nuestro lugar es una historia que presiento que hará sentir a muchos identificados, espero la disfruten<3

Ya quiero saber si les gusta 🤭

Puedes seguirme en ig o Twitter, me encontrarás como: @Danielaplz16

Nos leeremos pronto.


Nuestro lugar.Where stories live. Discover now