Capítulo 11.

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Me giro en el agua para darle la espalda a Rheys, quien me está lanzando agua con sus manos de forma exagerada como si fuésemos niños.

A veces siento que en su cerebro aun solo hay un pequeño redondo casi menor que el tamaño de una manzana, puede que a veces cambie de opinión pero es que con él todo es... Imprevisto.

—Detente— mis palabras parecen solo alentarlo más para seguir.

—¡Rheys!

Suelta una risa y deja de hacerlo, se acerca a mí y cuando lo siento muy cerca mi espalda choca contra una roca.

Y es automático todo mi cuerpo se colocó alerta, nervioso, con calor...

—Espacio personal— una sonrisa se forma en sus labios.

—¿Eso existe en nuestro lugar?— incluso su voz ahora suena más profunda en mi cabeza.

Con sus dedos pasa un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

—Ahora así puedo ver tu rostro— su respiración se siente muy cerca de la mía.

Sus ojos bajan a mis labios y lentamente veo como pasa su lengua por los suyos, es un acto que causa algo, algo que no sé cómo describir, ¿Cómo se describe unas sensación que no habías sentido? Pero es llamativo, atrayente.

¿Que pasaría sí...?

Sacudo mi cabeza y me alejo un poco de él.

—Hoy es un lindo día— me dejó flotar de espaldas en el agua.

—Sobre todo si no tenemos que irnos tan rápido.

Sonrió, Rheys y yo nos colocamos de acuerdo en pasar todo el domingo en nuestro lugar, él se ofreció a traer comida y yo solo debía prometerle que vendría.

Desde el otro día algo ha cambiado en nosotros, no es algo que se note o que sea incómodo pero si hay algo. O no hay nada.

En nuestro lugar todo es diferente al de afuera.

—Deberíamos comer— propongo, solo desayuné un trozo de pan y muero de hambre.

—Me parece bien, acomodaré todo— sale del agua.

Lo veo caminar de espaldas y detallo como sus hombros son anchos y su piel es tan pálida que parece de porcelana.

¿Qué se supone que ahora me hace querer verlo tanto? Me esfuerzo en distraer mi mente y decido hacerlo diciendo lo primero que se me pasa por la cabeza como idea.

—Rheys— se gira en cuanto me escucha.

—¿Si?

—¿Eres vampiro?— frunce un poco el ceño— eres misterioso un poco a veces, y ahora he llegado a esa conclusión.

Suelta una risa ruidosa y niega con su cabeza.

—Ojala pudiese tener poderes— se acerca al agua y se agacha en una roca para quedar cerca de mí— te habría llevado conmigo ya.

Le salpicó agua con las manos y él sacude su cabeza mordiendo su labio inferior.

—Ven, ayudarme, chica del río.

Salgo del agua y lo ayudo a extender la manta que ha traído, de una sexta lo ayudo a sacar la comida y me sorprende ver la cantidad de tazas que lleva.

—¿Cuándo hiciste todo eso?— señaló en cuanto abre cada taza y veo la comida.

—No la prepare yo, te soy sincero.

—¿Entonces?— toma una fresa y me la extiende.

—Solo come.

—Quiero saber...

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⏰ Last updated: May 18 ⏰

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