Capítulo 7.

17 1 0
                                    

—¿Tienes novio?

Me giro encontrándolo recostado al árbol con los brazos cruzados y su pierna apoyada.

—¿No me has preguntado eso los últimos dos días?— me da una sonrisa pequeña.

—Quiero que digas que no muchas veces.

Ruedo mis ojos.

—Rheys, cambia de pregunta.

—Vale, déjame pensar— se lleva una de sus manos al mentón.

Durante los últimos dos días, hemos estado haciéndonos preguntas tontas cada tarde, y bueno también discutiendo un poco.

Me gustaba discutir con Rheys, me gustaba que por un momento no nos soportáramos y luego pudiéramos hablar como si nos lleváramos demasiado bien.

Mi madre me ignoro después de lo que sucedió la otra tarde, en cuanto llegue a casa solo fingió que nada había sucedido, y en cambio al día siguiente me pidió no estar en las tardes en casa y solo volver en la noche de la forma más amorosa posible.

Y la verdad, ya no me importaba. Me gustaba venir aquí, ver al molesto pero soportable chico de cabello churco y olvidar todo.

—¿Cuál es tu sueño? Y hablo de que deseas hacer, aún si no puede ser posible.

—Vivir aquí— ni siquiera lo pienso, lo tengo muy claro.

—No me esperaba que respondieras tan rápido— dice sorprendido.

—¿Cuál es tu sueño, Rheys?

—Ser libre.

Me quedo observándolo en silencio, no entiendo a qué se refiere, pero su silencio y lo pensativo que se ve quizás son muchas cosas.

—Ser libre— repito, tratando de encontrar que tanto quiere decir con solo esas palabras.

Deja de apoyarse en el árbol y lo rodea.

—Tener la libertad de elegir lo que quiero, dejar de hacer lo que no me gusta y hacer lo que sí, desligarme de esas tantas personas que me manejan desde niño como un títere que por más que no le guste hacerlo, al mismo tiempo sabe que depende completamente de ellos.

—¿Y por qué estás tan seguro que dependes de ellos?— hace una mueca.

—Porque una vez intente ser libre, y termine perdido sin saber qué hacer.

Me acerco al árbol y comienzo a dar vueltas alrededor como él, observo a Rheys como si pudiera saber por arte de magia qué tanto está pensando ahora mismo.

—¿No es eso la libertad?— me detengo— estar perdido por tener demasiados caminos por elegir, pero poder hacerlo. La libertad es un sin fin de cosas, no solo una, Rheys. Para ser libre debes aprender a perderte.

No creo que la libertad sea tan fácil, podía ser divertida, asombrosa, pero había que ser valiente para ser libre. Para aprender a perderse en los muchos caminos que habían, para saber regresar y comenzar otro, descubrir y conocer.

La libertad no podía ser solo un camino, o de lo contrario todo el mundo sería libre.

—Puede que tengas razón, me perdí y termine aquí, y termine encontrando esto, a ti y al mismo tiempo de alguna y diminuta forma a mí mismo.

—Solo debes aprender a perderte.

—¿Me acompañarías?— sus ojos verdes me miran fijamente.

—¿A dónde?

—A ser libre.

Trato de buscar alguna diversión en su rostro, pero no encuentro nada de eso, ni siquiera una pizca.

Nuestro lugar.Where stories live. Discover now