Capítulo 3

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Liam Sanders

Entré a la fiesta luego de que Kyle se fuera llorando por lo que sucedió con Carla. Estaba muy enojado con ella, se había comportado tan inmadura.

—¿Qué rayos te pasa Carla?

—¿Te acuestas con la cerda?

—Tú sí que estás mal. —fui hasta Brandon a que me diera mis llaves ya que se las había dado porqué me quedé hablando con Kyle.

—No es entendible que de un día para el otro hables con esa perdedora así que lo único que se me ocurre es que ella quiere algo contigo.

—Llevamos dos años saliendo Carly. ¿Cómo puedes pensar que te sería infiel? —tomé mi bolso con mi equipo.

—Si no es eso ¿Entonces?

—No es tu problema. —me quedé pensando un segundo —Mejor lo digo así, ya no soy tu problema.

«Kyle tiene razón, es una bruja»

«Y que la intentaba defender»

—¿Estamos terminando?

—No Carly, te termino. Yo a ti, no es mutuo. —vi como todos grababan nuestra discusión así que le cerré la puerta en la cara y me fui.

Tenía una amplia sonrisa por lo que acababa de hacer, fue lo más satisfactorio que he hecho en meses.

Llamé a papá mientras estaba conduciendo para darle la matrícula del auto de Kyle para que me averigüe su dirección pero mientras conducía vi el auto estacionado. Bajé la velocidad y entré al estacionamiento del lugar, había alguien haciendo un graffiti de mariposa muy genial pero no me concentré en eso ya que entré a buscar a Kyle en el bar.

Miré por todos lados hasta le pedí a una chica si podía fijarse en el baño de mujeres pero no había rastro de ella. Al salir le pregunté a quién estaba haciendo el dibujo en la pared.

—Hola. —llevaba una capucha negra —¿De casualidad viste a la chica de aquel auto de allá? Tiene el cabello castaño, liso y en las puntas unas mechas verdes. —se sacó la capucha mientras que se volteaba a verme.

—¿Cómo me encontraste?

—Vi tu auto, memoricé la matrícula. Le iba a pedir a mi padre que busque tu dirección pero lo vi de camino así que bajé a buscarte.

—¿Qué haces aquí Sanders?

—Perdona por lo qué pasó.

—Solo déjalo. ¿Sí?

—Pintas increíble. —cambie de tema haciendo caso a lo que me pidió y me senté en el suelo a conversar mientras ella seguía.

—Amo las mariposas.

—Tú eres quien dibuja por toda el pueblo. Tienes loco a mi padre buscándote.

—Me gusta que ellas se convierten en algo más. Comienzan en algo no muy bonito y terminan siendo espectaculares. —me extendió la mano para que me levantara.

Retrocedimos lo suficiente para ver el dibujo completo.

—¿No hay nada para lo que seas mala?

—Sociabilizar, deportes y cocinar. Lo último en verdad no sé, no es que sea mala. —nos la quedamos viendo unos segundos —Quiero ser eso. —se giró a verme —Quiero que me ayudes de ser una fea oruga a una increíble mariposa.

—Explícate.

—Mientras que yo te ayudo con el interior tú me ayudarás con el exterior. Quiero gustarle a los chicos, quiero dejar de permitir que personas como Carla me pisoteen y quiero poder volar, hablo metafóricamente. Me refiero a ser libre.

Seamos mariposasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora