Capítulo 4

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Kyle Young

Me levantaba de dormir, tenía que vestirme ya que había invitado a Liam a venir. Tocó la puerta, todavía no me creía que había aceptado darle clases.

Bajé las escaleras y fui a abrirle la puerta.

—Hola. —sonrió como si no fuera de mañana y estuviera despierto hace horas.

—Hola. ¿Por qué no parece que te acabas de despertar?

—No lo hice, me levanté hace rato.

—¿Al menos quieres un café?

—No me voy a negar a eso. —sonrió y lo dejé pasar.

Fuimos a la cocina, él se sentó en la mesa mientras que ponía el café en tres tazas.

—Ky somos dos, no tres. La gata no creo que tome café.

Liam tomó a Nila en brazos, a ella parecía agradarle el chico quien la acariciaba lentamente.

—No es para nosotros. Es para mi madre. —le di una taza y tomé un sorbo de la mía para despertarme un poco.

La puerta se abrió dejando ver a mi madre muerta de sueño que recién volvía de su turno en el hospital.

—Buenos días. —me dio un beso en la cabeza y tomó la taza. Volteó la vista hacia Liam —Hola. ¿Liam? —ella se veía extrañada por verlo.

—Hola Gabi.

—¿Se conocen?

—Tu madre me ve seguido en el hospital. Por mi padre cada que sale herido en el trabajo y luego de algún partido que terminó mal. —se me hizo raro pero lo ignoré.

—Te mandé un mensaje de que vendría a estudiar.

—No lo vi. Anoche fue un horror, hubo un accidente entre tres autos. —ella se sentó a descansar unos minutos —El del medio era un auto bus repleto de jugadores.

—Deben ser contra quienes jugamos ayer.

—¿Su mascota es una pantera? —asentimos.

—Sí, son ellos. No hubo heridos graves entre los jugadores, si el auto de delante y los de atrás de él. —terminó su café —Iré a cambiarme.

—Tu uniforme está secándose en el jardín.

Ella se fue a su siguiente turno en el trabajo.

—¿Volverá al hospital?

—Trabaja doble turno para mantener la casa. Luego de que papá muriera todo se nos hizo muy complicado. —terminé algo incómoda mi café —Vamos a mi habitación. —nos levantamos, él con la gata en brazos —Deja a Nila o no prestarás atención.

—Aburrida. —frunció el ceño.

Subimos a la habitación y nos sentamos en la cama rodeándonos de hojas, apuntes y todo lo necesario.

—¿Con qué quieres iniciar? —él miraba toda la habitación —Liam.

—Si que eres fan de las mariposas.

En mi habitación tengo algunos, bueno bastantes dibujos de mariposas. Las tengo sobre mi escritorio pinchadas a una pared de corcho no muy grande.

—No sé que tengo con ellas, siempre las dibujo.

—¿Puedo usar esta hoja?

—Claro. —no entendía que estaba haciendo.

Liam doblaba la hoja mientras lo veía en silencio.

Seamos mariposasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora