Capítulo 7

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Kyle Young

Estaba con un vestido parada de forma nerviosa en la entrada de la casa de Liam a punto de cenar con él y su familia, fingir que era una novia aunque nunca fui una. Esperaba a que todo salga como era de esperar sin que la mentira nos explote en la cara.

Le había mandado un mensaje a Liam para que saliera, estaba muy nerviosa a pesar de que todo fuese falso.

—Ky. —susurró en voz baja mientras se acercaba —¿Qué sucede?

—¿Estoy bien? ¿Me veo bien? ¿Debía traer algo? —hablaba y me movía de forma nerviosa.

—Hay comida para cien personas. —me miró escaneándome de arriba abajo —Y creo que te ves muy bonita pero tienes algo. —se acercó a mí y apoyó su pulgar en mis labios quitando el brillo labial que me había puesto —Ya está. —sonrió —Solo sé tú, te metí en esto al menos no quiero que finjas quien no eres.

—Técnicamente yo te metí en esto.

—Es cierto, es todo culpa tuya. —sonrió divertido y pasó su brazo por mis hombros.

—Hora del show.

Entramos a la casa y la madre de Liam se nos acercó, ella es muy parecida a su hijo. Es alta, delgada, con el cabello castaño claro y ojos verdes como su hijo; también tenía la misma sonrisa alegre que Liam.

—Hola, pasen.

—Mamá, ella es Kyle.

—Encantada de conocerte. Soy Casandra pero dime Cassie.

—Un gusto conocerla. Muchísimas gracias por el dibujo.

—Es lo menos que podía hacer luego de todo lo que tu madre hizo por Aria.

El padre de Liam apareció bajando las escaleras.

—El pequeño monstruo ya baja. —sonrió calmado —Kyle, es bueno verte.

Los padres de Liam se fueron a la cocina a preparar lo que íbamos a cenar.

—Estás muy tensa. —dijo a mi oído desde atrás.

—¿Puedes culparme? Jamás tuve novio, presentarme con los padres de uno aunque sea falso es nuevo para mí.

—Relájate. —tomó mi mano entrelazando con la suya —La que debe preocuparte es la pequeña, su mirada convierte personas en piedra.

Algo saltó sobre nosotros, más que nada sobre Liam.

—También chupo la sangre de mis víctimas. —fingía como sí bebiera su sangre.

Ella estaba en un pijama kigurumi de conejito, con una peluca pelirroja que cayó al suelo al abalanzarse sobre su hermano.

La levanté del suelo y peiné un poco, luego se la di a la niña.

—Esta estúpida cosa se volvió a caer. —se veía enfadada.

—Si quieres puedes dejarla. —le sonreí.

—Ella me agrada. —miró a su hermano con una sonrisa.

—Fue una prueba. —miré a ambos —Creo que eres mi tercer Sanders favorito.

—Auch. —dijo con falsa ofensa.

Aria se fue junto a sus padres y me quedé nuevamente con Liam a solas.

—¿Eso estuvo bien?

—No pudo salir mejor. —respondió con una sonrisa —¿Por qué eres asombrosa en todo?

—Con esos halagos no subirás de puesto Liam.

—¿Cómo me lo gano?

—Recuerda el trato, hazme una mariposa.

Seamos mariposasWhere stories live. Discover now