Capítulo 2

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Para cuando quiso darse cuenta, tenía la palma de la mano del mayor sobre la cabeza y unos profundos ojos cafés le miraban con preocupación.

—No parece que tenga fiebre, cariño. Tal vez solo está cansado —declaro, pasando la mano por la frente y mejillas del cenizo —Sin importar lo enérgico que sea, sigue siendo un niño.

Katsuki frunció el ceño ante la palabra "niño" —murió con quince años, técnicamente, era un adolescente— para luego alejar la mano de Masaru Bakugou de su cara. El mayor no parecía afectado en lo más mínimo por eso, todo lo contrario, inclusive se rió un poco de su actitud huraña.

— ¿Tú crees, querido? —se mostró dudosa la rubia y el castaño asintió —Katsuki, ven.

El cenizo bufo y bajo de la alta silla de la mesa de la cocina. Ahora que lo pensaba, no había muchas cosas infantiles en la casa, tal vez porque la propia personalidad del futuro villano no le gustaban pero seguía siendo curioso que sus padres ni siquiera consideraban la posibilidad de comprarle una silla más cómoda.

A lo mejor, lo intentaron y fueron rechazados.

Bakugou tenía unos padres buenos, Mitsuki Bakugou parece un poco estricta pero Masaru Bakugou es amable, ¿cómo teniendo estos padres llego a ser un villano?

En lo que su mente se inquietaba pensando en eso, llego hasta la rubia la cual, con manos frías, volvió a tocarle su carita.

—Sí, es posible que tengas razón —decreto luego de unos segundos —Katsuki, ¿tienes hambre?

El menor miro hacía su plato de comida, apenas lo había tocado, seguía estando en shock por el hecho de que seguía con vida y que era el villano de su serie de héroes. Llenar su estómago era la última de sus tantas preocupaciones y paso gran parte de la cena, en silencio, jugando con su comida.

—No —respondió con honestidad —Tengo sueño.

—De acuerdo, entonces te irás a dormir —acepto la rubia dándole una pequeña caricia en su cabello —Masaru, ¿puedes?

El cenizo no entendió porque la pregunta fue referida hacía el castaño pero, al ser sostenido en dos brazos fuertes, se dio cuenta del porqué.

Mitsuki le había pedido a Masaru que lo llevará a su habitación y como tenía cinco años y estaba, para ellos, enfermo, lo cargo entre sus brazos para que no tuviera que subir la escalera.

Al principio, razonó que debería tomar la actitud del villano de rechazar aquella amabilidad pero...en su vida muy pocas veces sus padres lo habían tocado, mayormente, debían hacerlo con guantes y con mucho cuidado de no lastimarlo sin querer. Las veces que fue abrazado por ellos pueden ser contadas con la mano.

Así que, Katsuki se dejó llevar y apoyó su cabeza en el hombro del mayor, como si estuviera muy cansado, para ocultar el hecho de que disfrutaba del calor que le daba el abrazo paterno.

Mitsuki sonrió con ternura al verlo.

—Que descanses, Katsuki —le dio una palmada en la espalda —Si mañana te sigues sintiendo mal, iremos al hospital. No sea que hubieras contraído una gripe severa por estar tanto tiempo afuera, mocoso.

El cenizo bufo pero no dijo nada, se abrazo más al cuello del mayor y fue llevado hasta su habitación. Una vez ahí, Masaru lo acomodo en la cama, lo arropó y midió su temperatura una vez más. Le dejo las ventanas parcialmente abiertas, una luz pequeña en una esquina y le aseguro que si se sentía mal podía ir a buscarlo en cualquier momento.

Era un padre muy dedicado.

Cuando se fue cerrando despacito la puerta, Katsuki se sentó en la cama y se bajó lentamente a buscar su cuaderno, después se volvió a subir y miro lo que había escrito antes.

¡Me convertí en un villano en un mundo de héroes! [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora