un lugar para matarme. ; 19

35 5 0
                                    

su cabeza estaba en las nubes, una mala mezcla de alcohol y buena música lo habían llevado a estar tirado contra la puerta del baño de ryujin, riéndose de sí mismo y de lo patético que se sentía por estar en esa situación. estiró sus piernas y observó lo largas que eran las mismas, sintiendo como le dolían sus rodillas, no sabía muy bien si quería vomitar, si tenía hambre o si solo debía tomar una pequeña siesta para que todos sus pensamientos alocados se disolvieran y se fueran a su papelera mental.

su celular vibró en su bolsillo delantero, haciéndole cosquillas por su pierna derecha. hyunjin lo estaba llamando y, obviamente, no tardó en responder.

— hooolaaa, hyunnnjinnn. — alargó y marcó letras, llevando su mano hasta su frente como si necesitara sostener su cabeza.

— seungmin, ¿dónde estás? — cuestionó preocupado, intentando escuchar al castaño en medio de tanta música.

— no lo sé, — observó a su alrededor. — parece un baño.

— ah, genial, — suspiró, aliviado. — ¿puedes salir de ahí? te buscaré.

— como tú digas, "hyunnnjinnn". — soltó una pequeña risa por burlarse de sí mismo y colgó la llamada, guardando su celular en el bolsillo del cual lo había sacado.

se mantuvo unos cuantos segundos en esa misma posición, cuestionandose si levantarse valía tanto la pena como pensaba y, finalmente, llegó a la conclusión de que ver la cara de hyunjin frente a frente valía la pena, como pudo se tambaleó hasta que estuvo completamente de pie y en ese momento se miró al espejo; su mirada estaba perdida, su cabello se veía desordenado y su ropa se encontraba arrugada, totalmente impresentable, no pudo evitar pensar en si a hyunjin le importaría verlo de esa forma. se acercó a la puerta y tomó el pomo de la misma, abriendo solo para encontrarse con un pelinegro bastante preocupado detrás.

— dios mío, — se acercó al menor, rodeándolo con sus brazos para que no tuviera que hacer muchos movimientos. — no tienes idea de como me he puesto cuando me di cuenta de que desapareciste, mi corazón estaba en mi garganta.

— pero aquí estoy... — hizo un puchero, aferrándose a los hombros ajenos. — aquí estamos, ¿verdad?

— sí, pero... — ladeó su cabeza, observando como el contrario se encontraba adormilado. sonrió levemente. — la próxima vez, no te separes de mí, ¿bien?

— bien... — murmuró, recostando su cabeza en el espacio entre el cuello y el hombro de hyunjin. — estoy muy cansado.

— sí, puedo notarlo.

buscó con su mirada a la dueña de casa, encontrándose con la chica de cabellera azul en una zona alejada junto a su novio, probablemente estaban teniendo una pequeña discusión pero en ese momento le importaba más el castaño que tenía entre brazos que la próxima pelea que tendrían sus dos amigos, así que no dudó en estirar uno de sus brazos lo más alto que pudo.

— ¡oye, ryujin! — alzó su voz, no solo llamando la atención de la nombrada, sino que también llamó la atención de unos cuantos invitados.

ella observó el panorama; un chico odioso en los brazos de su mejor amigo, para nada reconfortante. algo disgustada e intentando que su mueca de odio no se notara en su rostro se acercó a ambos, dejando a un muy molesto minho tras ella.

— ¿qué ocurre, jinnie...? — hizo una pausa, había conectado con los ojos de seungmin. — ¿qué carajo estaba tomando? — devolvió su vista al pelinegro, sonando como una madre.

— no lo sé, simplemente desapareció y así lo encontré. — se explicó, haciendo un poco de fuerza para mantener al menor de pie. — me preguntaba si podíamos ir a tu habitación hasta que nos vayamos, seungmin está muy mal.

— ¿es necesario?

— él ni siquiera puede mantenerse de pie, — respondió con obviedad, e incluso algo indignado. — por favor, tiene que descansar.

rodó sus ojos, rendida. — okey, tú ganas, sube las escaleras, sabrás cuál es mi habitación.

— gracias, ryu.

sin recibir respuesta comenzó a caminar de forma lenta, maldiciendo por dentro debido a que la habitación a la cual quería llegar se encontraba en el segundo piso. se balanceaba debido al balanceo ajeno, seungmin no decía cosas demasiado coherentes pero se esforzaba para subir las escaleras como hyunjin lo indicaba; el casi inconsciente castaño estaba viviendo un sueño con su tan soñado príncipe azul.
como ryujin lo había dicho, hyunjin supo de inmediato cual era la habitación ya que con brillo rosa en la madera estaba pintado el nombre de "shin ryujin". abrió la puerta y se encontró con una habitación bastante ordenada y decorada con colores claros, se sentía mal al saber que las sábanas se quedarían impregnadas con el mal olor a bebida alcohólica, pero no quería dejar a seungmin en otro lugar menos seguro que ese.
recostó a quien tenía en brazos, soltando un pequeño bufido gracias a todo el esfuerzo que llegar hasta allí le había tomado, luego se sentó a un lado, dirigiendo su vista al rostro ajeno; seungmin estaba con sus ojos cerrados, haciendo alguna que otra mueca de disgusto mientras se acomodaba en la cama y buscando la fuerza para poder hablar.

— ni siquiera sé lo que tomé. — dijo, al fin, con un tono bajo de voz.

— la resaca que tendrás será increíble. — el tono burlón del mayor era obvio.

— no me encuentro bien.

— lo sé... — rió levemente por el estado del castaño. — de repente dejaste de ser un chico de ciudad para ser un chico loco, lindo y divertido.

— ugh, — se quejó, intentando sentarse en la cama y rindiendose a los pocos segundos. — quiero morir, ¿conoces algún buen lugar para matarme?

— bueno, podría llevarte a mi lugar secreto... solo si prometes que no vas a matarte.

[. . .]

querido diario;

todo, absolutamente todo salió mal. ojalá la tierra me trague.

no recuerdo haber tomado ninguna bebida alcohólica, pero si recuerdo como el dolor me atacó sin piedad estando ebrio en el suelo del baño, ni siquiera sé como fui capaz de responderle la llamada a hyunjin. él se escuchaba preocupado, o algo así, simplemente fue a mi rescate, seguramente me veía patético, ¿cómo es que quiere seguir cerca de mí?
hoy mi cabeza me está matando, odio cada parte de mí y apenas puedo moverme para escribir esto, pero hice mi mejor esfuerzo para escribirle a hyunjin, según él me veía muy bonito y divertido (¿¿¿¿bonito y divertido???? ¿¿¿¿dijo que me veía bonito y divertido???? dios mío.) hasta que desaparecí y casi enloquece por eso, dice que podría haber sido el centro de la fiesta pero que decidió llevarme a dormir a la cama de ryujin, yo no recuerdo mucho de esa secuencia.

felicidades, seungmin, estás en lo más bajo.

recuerdo que quería morir, incluso recuerdo que le pregunté a hyunjin si conocía algún lugar donde pudiera matarme, él respondió que iba a llevarme a su lugar secreto, creí que lo había imaginado hasta que, mientras mensajeabamos hace un rato, me pidió que saliera con él, que quería enseñarme la montaña cerca del lago anglar. no puedo creer que quiera llevarme a uno de los lugares más románticos de este pueblo de porquería, así que mañana voy a estar con hyunjin, a solas con hyunjin...
hay algo que me mantiene alejado del sueño y creo que no es mi resaca.

una cita. tengo una cita.

con amor, seungmin.

con amor, seungmin.Where stories live. Discover now