busan. ; 23

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la biblioteca, como era habitual, estaba vacía a excepción de seungmin, se encontraba sumergido en la lectura a la cual apenas le quedaban algunas páginas para llegar al final, estaba ciertamente agobiado por lo que sus ojos captaban, parecía que todo iba cuesta abajo y que samantha no iba a poder recuperar el corazón de nathaniel, nunca había pensado que algo como eso pudiera acelerar su corazón de esa forma tan estúpida.
a los pocos minutos soltó un suspiro de alivio, obteniendo la satisfacción de un buen final feliz, justo como a él le gustaban, cerró su libro y tomó su celular para ver la hora, notando que aún le quedaba tiempo para disfrutar la paz que ese salón le daba, así que se acomodó en la silla, se colocó sus auriculares, se estiró un poco y tomó un nuevo libro para comenzar; los primeros párrafos eran aburridos, pero mientras más leía su mente volvía a sumergirse en ese hábito que él tenía de crear escenarios imaginarios para poder desarrollar mejor la historia, fue así hasta que un "hey, seungmin." y una mano en su hombro lo hicieron saltar de su lugar, sintiendo como el susto le quitaba su aire.

— ah, lo siento, no quise asustarte... — se disculpó con algo de vergüenza.

se quitó los audífonos, volteando sobre sus hombros con su ceño fruncido, relajando su expresión al encontrarse la sonrisa tímida de hyunjin. — dios, hyunjin... vas a matarme de un infarto.

— en serio lo siento, — soltó una risa, sentándose en la silla que se encontraba a un lado del castaño. — estuve buscándote por todo el patio, olvidé que la biblioteca existía.

negó con su cabeza, dando a entender que aquel susto ya no importaba. — creí que ibas a pasar tiempo con ryujin y minho.

— sí, bueno... — rascó su brazo con incomodidad. — no es agradable estar en medio de una parejita melosa, ¿sabes?

esbozó una sonrisa, aguantando la risa con aquel gesto. — sí, lo sé, estar cerca de ellos dos por más de dos minutos me da náuseas.

— además, estar contigo me gusta más.

— ¿es en serio? — alzó sus cejas, incrédulo ante lo que estaba escuchando. — solo soy un chico de ciudad con nada interesante para contarte.

hizo una mueca, ofendido. — no es cierto, estás diciendo tonterías, eres un chico muy interesante con demasiado para expresarle al mundo.

sus mejillas tomaron cierto color rojo, sin tener dónde escapar devolvió su vista al libro, aunque solo veía letras sin sentido debido a la emoción que le subía por la columna vertebral. — tú estás hablando tonterías...

dibujó una sonrisa en su rostro, robandole el libro al menor. — entonces, dime minnie, ¿qué estás leyendo?

— ah, yo, bueno... — de forma errática tomó el libro de las manos ajenas. — no comencé este libro aún.

— ¿no? — ladeó su cabeza. — creí que estabas leyendo algo.

— sí, he estado leyendo.

— lo sabía, — comentó orgulloso por conocerlo, intentando no alzar su voz debido a la presencia de la bibliotecaria. — ¿qué estabas leyendo?

— sinceramente, me avergüenza un poco, no suelo leer este tipo de cosas, — se explicó mientras tomaba en sus manos el libro que acaba de terminar. — terminé este libro unos minutos antes de que tú llegaras.

tomó el libro entre sus manos y lo analizó, observando la tapa y contratapa de forma repetida para finalmente concluir; — sí, no es algo que tú leerías... ¿por qué lo hiciste?

— quise darle una oportunidad, — afirmó con tono dudoso. — en realidad, no está tan mal.

— ¿de qué se trata?

con amor, seungmin.Where stories live. Discover now