Gabriel hace que nos sigan

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Luego de explicarnos que había sobrevivido a la explosión tras seguirnos, Gabriel, Leandro y yo tuvimos que bajar del bus a una estación de comida para almorzar.

Leandro había cambiado instantáneamente su forma de actuar tras la llegada de su hermano al viaje, Gabriel seguía igual que siempre.

-¿Y que quieren almorzar?, preguntó Gabriel

-¿Es enserio?,¿ solo piensas en comida?, podrían estarnos siguiendo, deberías al menos intentado haber dado alguna señal de vida, contesté enojada.

-¡Oh vamos!, dijo Gabriel sonriendo y rodeando mis hombros con su brazo,no podía hacerlo... pero espera... Diana ¿Te preocupas por mi?, eso significa que no me odias tanto como creía,comenzó a reír y yo le aparte su brazo de mis hombros con brusquedad.

-En primer lugar, nunca he dicho que te odio, solo eres un idiota, en segunda creía que estabas muerto ¿Que esperabas?, ¿Que me pusiera a reír? y en tercera que me preocupe por tu hermano no significa que me preocupe por ti, dije mientras me alejaba al "Buffet".

Me serví una ensalada y un jugo natural, mientras que ambos hermanos comían hamburguesa tras hamburguesa, era como si nunca se saciaran de comer. Todo el mundo miraba su gran capacidad para embustirse cada hamburguesa , era un espanto, lo ultimo que necesitábamos era llamar la atención...pero ellos no lo entendían.

Una vez que terminaron Gabriel y Leandro fueron a pagar la comida, un hombre alto y robusto, chocó a Gabriel apropósito, tenía tapado el rostro con un gorro y unos lentes.

-¡Ten cuidado por donde vas imbécil!, le gritó Gabriel, definitivamente fue lo peor que pudo haber echo, el hombre se devolvió hacia el, y le puso un tranquilizador en la pierna susurrándole unas palabras al odio.

Leandro pagó en caja y yo convencí al conductor del bus de seguir en el mismo instante viajando. Mi cara irradiaba rabia por la forma en la que había actuado Gabriel.

En no más de viente minutos, una camioneta color rojo empezó a chocar el bus por el costado, intentando contener mi rabia, mire por la venta para ver si reconocía alguno de los rostros de los conductores, era Martín.

Toda la gente gritaba, el bus era un completo caos, me dirigí a la cabina del conductor, a gritos lo hice apartarse del volante y  tome el control del bus. No me acordaba bien como se conducía, estaba nerviosa, no quería que nada de esto afectar a la demás gente que iba viajando, Leandro llegó al instante.

-¿Que hacemos?, dijo desesperado

-Dile a Gabriel que calme a las personas, tu ve al baño donde nadie pueda verte y por la venta dispara a las ruedas de la camioneta, es Martín,le contesté intentando ocultar mis nervios.

Pise el acelerador pero las camioneta nos seguía de cerca, escuche unos tres balazos, hasta que en el cuarto escuche como se desinflaba un neumático, esperaba que fuera el de la camioneta,me acerqué lentamente y la termine chocando con brusquedad, mientras dejábamos la camioneta atrás, derrapé al intentar no volcar el bus en la curva que se aproximaba.

Finalmente nos bajamos en una gasolinera que estaba a seis minutos de la playa, nadie dijo nada respecto a lo ocurrido. Encontramos una casa en la playa que estaba siendo arrendada, al menos ahora teníamos un lugar físico donde quedarnos.

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