Día de Calma

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Desperté y Gabriel seguía abrazándome, intenté moverme pero el no me dejaba, así que me quede sobre su pecho, definitivamente esto no era propio de mi, estaba cómoda, pero a la vez era una situación incomoda, me frustraba no poder expresar... no más bien me frustraba el no poder encontrar mis sentimientos, el no saber que sentía, y en realidad toda la situación en si por que la que estaba pasando era frustrante de por sí.
Cerré los ojos y simplemente seguí durmiendo.

Sentí que se me congelaba el cerebro en dos segundos, era Leandro y Gabriel que me habían tirado un vaso de agua en la cara para que despertara, ambos sonrieron y dijeron:

-Buenos días dormilona, es hora de ir a comprar un vestido para la gran noche.

-¿Están de broma?, no he ocupado un vestido desde hace cuatro años, ¿Que no puedo ir así?, dije nerviosa.

-Ni lo pienses, la idea es pasar desapercibidos tu misma lo dijiste Diana, dijo Leandro riendo.

Nos subimos al auto, y dejamos el lugar encargado con los "vecinos", viajamos al menos dos horas para llegar a la ciudad a comprar, el vestido y un traje para ellos, finalmente luego de buscar al menos unas tres horas por la ciudad, encontramos un vestido, era celeste, cortaba en la cintura y caía en degrade a color blanco a medida que terminaba un poco antes de mis rodillas, Gabriel y Leandro disfrutaban esto más que yo, me sentía ridícula comprando zapatos, un vestido y todo por el estilo, aunque en el fondo igual lo disfrutaba, a parte de mi le hubiera gustado poder tener todo eso mientras estaba en el colegio, en vez de escapar siempre a todas partes.

Había sido un día tranquilo, y divertido hasta cierto punto, probablemente extrañaría a ambos, cuando terminara todo esto, por que claramente no podía quedarme aquí, yo iba a irme lejos, a estudiar tal vez en el extranjero, y me olvidaría de mi pasado al menos de parte de el.

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