Playa:Nuevo Encuentro

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Bajamos a la playa como ayer por la tarde, tendí la toalla en la arena  y me puse a tomar sol, Gabriel se acostó a mi lado, mientras Leandro le coqueteaba a las vecinas.

-¿Crees, que nos encuentren pronto?, me dijo Gabriel con voz temblorosa.

-Eso me temo, digo tarde o temprano tendrán que hacerlo, dije tras un largo suspiro.

-No... no quiero que termine esto, digo, esta tranquilidad que tenemos ahora, confesó Gabriel.

-Oh Vamos, les doy al menos hasta mañana... no creo que nos encuentren antes, contesté sonriendo. Tome un poco de arena y se la lancé, corrí a toda prisa para que no me alcanzara, pero Gabriel era rápido, en pocos segundos me tomo por la cintura para subirme a sus hombros y llevarme al mar.

Me soltó en la arena,al momento exacto en que venia una ola, pero se tropezó y calló a mi lado, mojándose por la ola también, comencé a reír hasta que mi cuerpo no daba más de tanta risa. Luego Gabriel me extendió el brazo para que me pudiera parar, me tomo de la cintura y me acercó a el, de pronto estábamos tan cerca que mi corazón latía a mil por hora y el me embarró la cara con arena.

Llegamos a la casa y  tuve que esperar una hora para poder ducharme, ya que los dos hermanos habían entrado al baño antes que yo. Tomé una ducha larga para poder sacarme toda la arena que Gabriel me había tirado

Cuando me dirigía a la cocina, vi la mesa puesta en el comedor, mesa para dos. Estaba todo muy lindo decorado, había flores, champan y todo era hermoso. Olía delicioso, pero no entendía por que todo estaba así. En eso salio Leandro  con una fuente llena de comida y dijo:

-Diana, les quería pedir una favor a ti y a Gabriel.

-¿Que pasa?, contesté.

-Podrían ir a la fiesta en la playa?, es que tengo una cena, con la vecina...

-Mientras no ocupen mi pieza, todo en orden, dije riendo. Sonó el timbre  y Leandro nos hizo señas para que saliéramos por atrás.

Nos tuvimos que ir caminando a la playa, el camino se hizo eterno ya que Leandro no había encontrado ninguna mejor opción que enviarnos a la fiesta con Alejandra la hermana de la vecina. Ella era baja, de pelo rubio, ojos claros y una impresionante figura, quería matarlo. Me debía una muy grande.

Cuando llegamos estaba llenó de gente, y la música estaba a todo lo que daba, había ebrios por todas partes y no dude ni por dos segundos en unirme a ellos, me dirigí al bar y pedí unos cuantos vasos vodka. Hace mucho tiempo que no tomaba alcohol y era mi oportunidad, Gabriel y Alejandra se perdieron entre la gente por su parte y yo también lo hice.

Comencé bailar con toda la gente, y saltaba con ella cada vez que sonaba una buena canción, estaba todo lleno de luces, para ser una fiesta en la playa estaba bastante producida, pero como no podía faltar,también a un costado había una fogata, con tocatas y cosas de ese estilo, entre todo el alborotó alguien me toco el hombro.

-Como te llamas?, me dijo entre todo el ruido

-Lucía, le contesté.

-¿te parece si nos vamos a otra parte Lucía?, dijo agarrándome de la cintura

-No imbécil, piérdete, dije mientras lo apartaba con brusquedad, en eso llegó Gabriel, lo que faltaba y comenzó a regañarme por lo ebria que estaba, solo asentía con la cabeza, para fingir que todo lo que me decía me importaba.

-Oh vamos!, no estoy tan ebria, chille entre risas, ¿Que te importa a ti si bebo o no? ¿No deberías estar con Alejandra?

-Diana, ¿Que sucede contigo?, me dijo, mientras yo tomaba otro vaso de alcohol, no podía detenerme, todo me daba vueltas, y solo podía hacer lo primero que se me venía a la mente.

-Me gustas....le susurré al oído, o eso creo, reí, bueno estás bien bueno, le dije.

-Diana, deja de beber por favor!, me reprendía Gabriel desesperado, me tomó en sus brazos y me sacó de allí como pudo, intente resistirme, pero mi cuerpo había dejado de responder.

Alejandra corrió tras nosotros, y sacó una pistola de su bolsillo, ahora entendía la preocupación de Gabriel, me apunto a la cabeza, y comencé a reírme y dije:

-Apuntando a alguien ebria?, que bajo has caído cariño.

-Cállate, espeto, ahora harán todo lo que les diga o los entregaremos a Martin, dijo sonriendo.

-Déjate de estupideces,y dinos ¿Que quieres de nosotros?.

-Es simple, soló que dejen que Leandro se una a nosotros, y que ustedes dejen de jugar a escapar con el.

-Mmmm... No, no creo eso, dije

-Entonces atente a las consecuencias, rió,algo me golpeo la cabeza, y caí al piso, perdiendo la conciencia y lo único que pude pensar fue en Leandro.

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