Capítulo 9: No me alejaré de ti [Parte 1]

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"¿Sabes qué es lo más difícil de recordar?... El saber que no podrás regresar a esos tiempos ni cambiar el pasado."

. . .

Después de regresar a casa, luego de ir a la cafetería con Neil —a quien no le presté atención en ningún momento mientras hablaba, ya que estaba sumergido en mis pensamientos—, me dediqué a recoger el apartamento para distraer mi cabeza un rato.

"Lo que es ciertamente inútil intentar, ¿lo sabías?" —me recordó lo obvio mi tortura interna. A lo que lamentablemente tenía que darle la razón.

Después de esa conversación habían pasado varías semanas desde que nos habíamos conocido, y seguimos reuniéndonos, claro que con ello vinierón los problemas. Todos mis amigos y las amigas de ella se llevaban muy bien, pero siempre hay una excepción a la regla, y ésta vez no era diferente.

Sí había algo que fuera cierto en esos momentos era que cada uno de nosotros teníamos nuestra historia antes de conocerlas a ellas, y con esa historia también estaban nuestras conquistas. Para nosotros no fueron más que simples revolcones de una noche o tal vez varías, pero nunca iba más allá de eso; sólo sexo, y nosotros siempre nos encargábamos de hacérselos saber. Pero siempre había una que no aceptaba eso y se creía con el derecho de mandar sobre nosotros.

Eso había sucedido con Amber y Caitlin.

Amber no había sido más que un entretenimiento para mí, al igual que lo fue Caitlin para Daemon. Tenían cuerpos despampanantes y espectaculares, pero eso no compensaba su falta de opiniones propias y personalidad; ya que así como habían estado con nosotros, lo habían estado con muchos otros. Y no era algo que a un hombre le agradara. Ya que lo que es de un hombre es de él y nadie más, claro que esa regla no aplica cuando se trata sólo de diversión.

Somos posesivos cuando se trata de alguien a quien no queremos ver en brazos de otro, pero tratándose de chicas como Amber y Caitlin a nosotros no nos importaba, ya que no las veíamos como algo más que un buen polvo.

Al principió todo iba normal, después de conocer a Julie el poco interés sexual que tenía por Amber se esfumó, así como mis atenciones hacia ella. Debía ser porque Julie para mí era un reto que quería lograr —al menos al principio—; ya que me encantaba lo independiente que podía llegar a ser, su fuerte carácter pero también lo delicada que podía ser.

Ella era como una matiz de colores distintos, era diferente y difícil de igualar.

Tal vez por eso me atrajo tanto; porque era difícil, y lo difícil atrae. La adrenalina de lograr lo imposible y llegar a donde nadie había logrado llegar con ella. Pero como dije antes, cuando la conocí mi vida cambió totalmente; claro que nunca faltaban los problemas.

Amber era como la piedra en el zapato que nunca me podía quitar, y aunque hasta esos momentos no había tenido nada en contra de ella; me molestaba lo mucho que se empeñó en separarme de Julie. Estaba celosa y sentía una envidia infundada en ella, ¿Por qué? No lo sabía, ya que yo nunca le había dado esperanzas a Amber de tener algo serio ni mucho menos sentir algo por ella.

. . .

Elliot se encontraba camino a la cafetería a encontrarse con Julie y algunos de su amigos, ya que no irían todos ésta vez. Estaba por cruzar la esquina cuando fijó su atención en una cabellera pelirroja y en otras dos siluetas. De inmediato notó que se trataba de Amber, e intentando visualizar mejor reparó en que las otras dos chicas con las que "hablaba" eran Julie y Ciara.

— Aléjate de él.— Alcanzó a oír.

— ¿De qué hablas? —preguntó Julie con una expresión de confusión en su rostro.

— No te hagas la que no entiende, sabes muy bien de qué estoy hablando.— Se acercó a ella quedando ambas mirándose la una a la otra, una destellaba odio y la otra indiferencia—. No te quiero volver a ver cerca de Elliot —dijo amenazante y el ceño de él se frunció al igual que el de su amiga, Ciara.

«¿Quién se cree que...?» Los pensamientos de Elliot se vieron interrumpidos por la voz de Julie.

— ¿Qué? ¿Celosa?— La provocó. No se esperaba eso ni la sonrisa burlona en su rostro, admitió él para sus adentros—. ¿O será acaso envidia?— El azabache sonrió internamente ante las provocaciones de Julie.

«¿Había dicho ya que adoro su forma de ser y su carácter? ¿Sí? Pues lo reitero», hablaba internamente consigo mismo.

— ¿Envidia yo? ¿De ti?— Rió secamente—. Por favor, no me hagas reír. Elliot necesita a una verdadera mujer que pueda satisfacer todas sus necesidades, no a una...

— ¿Satisfacer todas sus necesidades? —interrumpió repitiendo sus palabras—. No sabía que así le llamaban hoy en día a ser una zorra.— Elliot no sabía quién sentía más orgullo de ella en esos momentos; sí él, Ciara, o la misma Julie.

— Piensa lo que quieras, pero yo le doy algo que tú no podrías darle ni en tus sueños; mírate, sólo eres un santurrona.

— ¿Qué, pesadillas? Tienes razón, eso es algo que sólo tú puedes darle.— Estaba seguro de que la sonrisa de Ciara le causaría envidia hasta al gato de "Alicia en el País de las Maravillas"; lo estaba disfrutando todo y en primera fila, al igual que él.

Ciara no se metía para nada en su discusión, ya que sabía que Julie podría apañárselas sola.

Y él pues... estuvo tentado varías veces a intervenir pero al mismo tiempo no quizo hacerlo; ya que ver la manera en que Julie se defendía y en cierta forma como se negaba rotundamente a hacerle caso y "alejarse de él", lo alegraba. Eso le dejaba saber que a ella le gustaba estar con él tanto como a Elliot estar con ella, y no se dejaría llevar por amenazas de nadie. Sonrió ante ese pensamiento.

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Dedicado a

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Nota de autora:
Como siempre, espero que haya sido de su agrado, ésta pequeña riña entre ellas continúa en el siguiente capítulo.

Muchas gracias por sus votos y comentarios, me alegran mucho el día (:

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