Capítulo 8: Encuentro [Parte 2]

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— ¿Quieren sentarse con nosotras? —Ofreció una pelicastaña casi tirando a rubio, con una sonrisa seductora. 

«Que directa», exclamó en su cabeza.

Los chicos dudaron un poco en sí ir con ellas o no —Sí, claro—, decía con sarcasmo su conciencia. Y como sí les hubieran invitado pizza gratis ya se encontraban todos sentados en la misma mesa, incluyéndolo a él.

Observó el leve rubor rosa que se situó en las mejillas de la chica de encantadores ojos azules, según él y el de la pelinegra que parecía ser muy tímida; ésta última veía disimuladamente a Neil de vez en cuando, claro que él no lo notaba como buen idiota que era el rubio. Y suspiró con resignación, mientras que la otra —Julie, según había escuchado él, que era su nombre cuando se presentó— desviaba la mirada en otra dirección que no fuera la de Elliot.

Habían retomado una conversación muy amena, pero él no dejaba de prestar atención a Julie, hasta que la charla retorno hacia lo sucedido hace un momento atrás.

— Ciertamente, fue patético —escuchó a Daemon decir.

— Hay que darles crédito por atreverse a dar el primer paso.— Intentaba justificar Neil encogiéndose de hombros.

— ¿Crédito? Tal vez sí hubieran comenzado con una frase aceptablemente decente para un coqueteo, ¿pero eso? Hasta mi abuelo se insinúa mejor —habló nuevamente la chica que los invitó a sentarse con ellas, Kate.

— Sí, pero en cierto punto Neil tiene razón. De haberles a ustedes llamado la atención alguno de ellos no hubieran dado el primer paso, ya que siempre esperan a que lo hagamos nosotros —rebatió Ethan.

— Entonces no has conocido lo suficiente el mundo porque no todas somos así.— Se defendió Kate y ambos comenzaron una guerra de miradas; al parecer eso se convertiría en un debate de argumentos de quién tenía la razón y quién no, según él.

— Eso dices tú, pero al momento de la verdad somos los hombres quienes debemos cruzar esa "barrera".—Hizo comillas al final—. Porque las mujeres no son capaces de dejar atrás sus inhibiciones para lanzarse por lo que quieren.— Siguió defendiendo su punto Ethan.

Eso se ponía interesante, y a todos les estaba gustando la dirección que tomaba toda esa discusión.

— Eso no quiere decir que no seamos capaces —habló por primera vez Julie desde que comenzó todo eso.

— ¿En serio? —la cuestionó Elliot, a lo que ella desvío toda su atención hacia él—. ¿Alguna vez has conocido a alguna chica que sea capaz de dejar su timidez atrás y pedir lo que quiera sin pudor alguno? Alguien capaz de decir: "Cógeme", "dame duro" y ese tipo de cosas porque es lo que quieren y no tienen miedo de pedirlo —preguntó con una ceja alzada, esa se estaba volviendo una conversación algo subida de tono. Y no era el único que se daba cuenta, porque ellas se estaban sonrojando mientras que Elliot y sus amigos sonreían con suficiencia al verse como los vencedores.

— Eso solo lo hacen las zorras —masculló Ciara aún decidida a no dejarse vencer. A lo que ésta vez las chicas sonrieron victoriosas transformando eso en un versus de miradas y argumentos.

— Buen punto —susurró Joshua.

— No exactamente —objetó Daemon—. Que una mujer pueda ser capaz de pedir lo que quiere no la vuelve una zorra, sólo un poco directa. Además, que unas sean menos activas que otras sexualmente no hace diferencia alguna en que alguna vez sienten la necesidad de pedir más y dejarse llevar por sus fantasías sexuales, ya que todos las tenemos —argumentó, dejándolós de nuevo con la victoria entre las manos.

— Vaya, habló el experto.— Escucharon una voz a sus espaldas, a lo que todos voltearon a ver de dónde provenía esa voz. Era una chica de cabello castaño hasta los hombros y ojos oscuros igualmente—. Lamento llegar tarde chicas, tuve algunos inconvenientes. Aunque veo que no se aburrieron en mi espera para nada —mencionó viéndolos a todos atentamente, en especial a Daemon que tampoco dejaba de verla.

— Ah, no te preocupes Jane —le respondió Julie con una sonrisa y luego de ello todos se presentaron como era debido.

— Y sí no les importa que me meta, regresando al tema en el que estaban —agregó tomando asiento—. Estoy de acuerdo con lo que dijiste ¿Daemon?— Él asintió, dándole a saber que estaba en lo correcto con su nombre—. Es cierto que expresar tus deseos carnales y dar el primer paso no te hace una zorra; ó bueno , al menos no a la gran mayoría. Pero sí existen mujeres que sean así de directas; claro que no todas lo dejan ver ya que normalmente es algo que se demuestra en "privado" y no se le da a conocer a todo el mundo.

» Es por eso que dejamos que ustedes sean los que se insinúen de esa manera —continuó—. Ya que sí ustedes los hombres lo hacen en publico no hay problema, pero sí nosotras lo hacemos nos volvemos unas zorras; putas, entre otras cosas solo por dar ese primer paso y coquetearles o insunuarnos a ustedes —respondió a lo que le dieron la razón.

Luego agregó Julie: —Las mujeres son muy juzgadas por lo que hacen, ya que a ellas se les crítica más y por eso se cohiben de hacer cosas fuera de lugar por temor a las malas lenguas.

— Pareciera que hablaran por experiencia... —insinuó Ethan, a lo que algunas se sonrojaron.

— Lo dejaré así: ellas tres, —Ciara señaló a Julie, Alice y a Jane—, son unas mojigatas. Al menos en los aspectos carnales, son muy tímidas e inocentes tal como las ven —dijo, a lo que Elliot sonrió. Tal como lo pensó, ella era muy inocente—. Mientras que Kate y yo somos más liberales. Coqueteamos pero no tan descaradamente y no nos damos mala vida por ello, aunque no somos tampoco de esas que dicen "Cógeme" —continuó diciendo, a lo que todos contestaron con una risa por eso último y ellas también.

Luego de eso siguieron hablando de distintos temas y se fueron conociendo un poco más. Intercambiaron números y se retiraron luego de ello.

¿Quién diría que terminaría teniendo una conversación de esas y divirtiéndose tanto con unas completas desconocidas?

Y sobretodo, nunca se imaginó que conocería a alguien como ella. Era inocente; adorable pero tenía carácter y lo había demostrado más de una vez. Él causaba reacciones en ella, lo sabía; pero aún así Julie no se dejaba llevar por sus coqueteos y le llevaba la contraria cada que podía. Eso le encantó.

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Volví a mi apartamento después de salir de mis cavilaciones luego de comer, recordando la primera vez que la vi y la conocí en esa misma cafetería. Neil se fue a su casa y yo regresé a la mía sin dejar de recordar su sonrisa.

Esa tarde, dejamos la discusión en que todo fue un empate, ellas tenían su punto y nosotros el nuestro.

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Dedicado a

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Nota de Autora:
Aquí el final de este capítulo, ¿qué les pareció? Espero no les molestara la conversación algo "subida" de tono, quería que su primer encuentro no fuera tan cliché. Y al menos con ese tema de conversación, espero haberlo logrado un poco.

AmnesiaWhere stories live. Discover now