Capítulo 3: Amigos

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Me envolví una toalla alrededor de la cintura y después de tanto tiempo, mire mi reflejo en el espejo. Ciertamente, estaba fatal; tenía unas ojeras de aquí a China que parecía que pronto se arrastrarían y llegarían al piso de lo marcadas y grandes que eran, la expresión de mis facciones eran cansadas y tristes; de seguro sí fuera a un funeral y no conociera al fallecido, me confundirían y pensarían que era yo quien había perdido a alguien. Así de mal me veía.

Hice una mueca ante mi propio reflejo y despegé la mirada de el sino quería seguir odiándome por haber dejado que todo llegara tan lejos.

El rostro que antes era adorado por casi todas las chicas que me veían pasar y era causa de coqueteos e insinuaciones, ya no existía. Solo era una sombra de lo que solía ser.

Con todo el relajo del mundo sequé mi cabello con otra toalla y me vestí. No veía por qué debía apresurarme, no tenía nada que hacer y si yo quería me daría mi tiempo así fuera solo para vestirme. Aunque conociendo muy bien a cierto rubio de seguro debía de estar desesperado esperando a que saliera, sonreí ante ese pensamiento y la imagen de Neil jalándose los pelos frustrado por la espera.

Salí después de un largo rato encontrándome con la imagen de mi amigo despeinado y mirándome mal. La paciencia no era una de sus virtudes.

— Joder, lo haces a propósito —me acusó.

— No sé de qué hablas.— Pasé de largo por su lado sin prestarle atención, pero con una sonrisa burlona en mi rostro. Sí bien no me sentía con muchos ánimos, debía admitir que su presencia y su apoyo me habían mejorado —solo un poco— el animo.

Sé bien que Neil no es bueno con las palabras de aliento, pero estaba allí para apoyarme de la mejor manera que conocía. Jodiendome la vida. Y eso era lo único que importaba.

— Alice te manda saludos, por cierto.

Asentí con la cabeza dirigiéndome a mi habitación nuevamente; y solo en ese momento noté todo el desastre que había en mi departamento. En todo el tiempo que había estado aquí encerrado no había notado que todo el lugar estaba en tal mal estado, pero tampoco es como si ese fuera un tema de gran relevancia. Con solo un poco de limpieza estaría resuelto.

Alice es la novia de Neil. Nunca la he tratado mucho pero me agrada; es una chica muy atenta y dulce por lo que he notado, además de inteligente, por lo cual me sorprende que esté con ese cabeza hueca, y aún más me sorprende que sigan juntos y no lo haya mandado a volar por lo estupido que puede llegar a ser éste. Pero en el fondo sé que esa chica no es así, y que siente una gran atracción por Neil, se nota por la manera en que lo mira cuando están juntos.

Y en cierta forma, me alegro por él. Encontró a alguien que no estuviera con él de forma superficial y falsa solo por apariencias y por querer llevárselo a la cama. Como era muy común; ya que las chicas solo querían estar con ellos por eso, para ir directo a la cama y luego intentar ser la envidia de todas las chicas al haberlo logrado.

Yo también lo llegue a ver de esa forma por mucho tiempo y solo las veía como un objeto, ya que al final solo eran un trofeo del que alardear frente a mis amigos. Pero ella cambió muchas cosas en mi vida, y una de ellas había sido mi forma tan inmadura de pensar. A ella la vi de una manera diferente a las demás, y me di el lujo de enamorarme sabiendo que esa podría ser mi perdición.

Neil aún me seguía y ambos estabamos en completo silencio.

Ninguno quiere ser el primero en hablar. ¿Y qué dirían?, "¿Te sientes bien?"  Porque es obvio que no, las palabras sobraban. Nadie necesitaba ser un genio para saber que no estaba en mi mejor momento y todo en mí me delataba; además de los rasgos cansados en mi rostro, mis ojos eran otra señal. Estaban opacados y no poseían brillo alguno.

AmnesiaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum