capítulo 30.

400 18 3
                                    

Cartas maternas.

Narra:___

Estaba caminando tranquilamente por el castillo hacia la biblioteca para poder concentrarme un rato y no tener distracciones por qué estudiar en la sala común con los chicos no es muy conveniente.

Había estado dejando las tareas para después y ahora tenía demasiadas cosas que hacer. Teníamos que recitar el hechizo cada noche hasta que una gran tormenta se formará, tenía que estudiar, hacer las tareas, ir a clases, comer, intentar organizar mi tiempo de sobra para mis amigos e intentar de todo para no dormir por las noches, al menos no demaciado tiempo como para caer en un sueño profundo que me hiciera soñar algo perturbador.

Estaba tan cansada y aunque redactara una lista de todas las cosas que hiciera, aún así sentía que no hacia absolutamente nada y que no me esforzaba lo suficiente.

Afortunadamente, solo tenía que terminar un ensayo para la clase de tranformaciones de treinta centímetros y sería todo, al menos por hoy.

—Buenas tardes.— saludé a la bibliotecaria al entrar pero ella no me respondió.

Ush no se le valla a caer la boca.

Busque el libro en cuestión y una mesa lo suficiente lejos de la entrada, así les sería más difícil encontrarme si los chicos me buscaban. No me apetecía verlos. No por ahora.

Tal vez si la persona que encontré en una de las mesas más conveniente para estudiar no la conociera diría, "desafortunadamente" pero ahora éramos amigos y eso automáticamente se convirtió en un " afortunadamente" así que;

Afortunadamente encontré al pelinegro más dulce de Hogwarts sentado en la mesa frente a mi con el cabello algo alborotado y por primera vez, en ropa más cómoda que el uniforme o trajes. Estaba tan concentrado en su lectura que no quise interrumpir lo con un saludo, en ves de eso solo me senté a su lado y comenze con mi propia lectura.

Mientras leía anotaba algunas cosas sobre mi pergamino y de paso— aunque realmente no tengo ni idea de por qué— miraba a Reg de reojo, a veces el también me miraba y se cruzaban nuestras miradas, luego ambos nos sonreiamos y seguíamos con lo nuestro.

Y de nuevo, no tenía idea, de por qué cada vez que eso sucedía sentía que mi estómago se iba a salir en cualquier momento y mi corazón daba vueltas.

No no, al revés. El corazón se me salia y el estómago daba vueltas.

Eso.

Incluso sentía que los manos sudaban más de lo normal.

Después de media hora leyendo y escribiendo decidí tomar un descanso y cerré un momento el libro dejandolo frente a mi. Estire mis brazos hacia arriba y respire profundamente. Coloqué mis brazos sobre el libro y mi cabeza en estos. Cerré los ojos solo cinco segundos.

—Pourquoi Merlin, qu'est-ce qui ne va pas chez moi ?— (por Merlin¿Que demonios pasa conmigo?) La vos de Reg hablando francés hizo que abriera los ojos.

—¿Dijiste algo?— pregunte.

En realidad, si había entendido lo que dijo a la perfección.

—Si, es solo algo estúpido, no logro concentrarme.— dijo notoriamente frustrado.

—¿Cuánto tiempo has estado aquí?

—Desde que las clases terminaron.

—Pues claro, ¿Cómo piensas que vas a concentrarte si seguramente no has despegado tu vista del libro? Por cierto ¿Que lees?

°notre promesse °  (Regulus Black y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora