capitulo 48.

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Mafalda Abdalah

Realmente lo habían hecho, se habían escapado de la escuela sin que nadie los viera, con un plan perfecto para que nadie se diera cuenta de su ausencia y no solo eso, habían llegado hasta Oxford, solos, claro que con una chimenea con red flu.

Pero la verdadera hazaña había sido salir de esa casa de magos que no tenían ni idea de que tres adolescente estaban en su sala mientras en un espacio alejado parecían tener un problema acalorado.

Y ahora, justo ahora, estaban frente a una puerta de madera.

—Aurora.— llamo la otra chica. —¿Estás bien?— preguntó cuando noto la duda sobre el rostro de su amiga.

—No la veo desde hace años, no se que cosas puede decir.— contesto a la interrogativa.

—¿Nos trajiste aquí sin sabes que esperar?— expulsó el único chico de los tres, enojado, confundido y también asustado.

—Cállate Regulus no entiendo los sentimientos de los demás Black.— espeto la otra chica de los tres.

Regulus se quedó callado cuando recordó que Aurora no sabía nada, absolutamente nada de todo lo que había pasado.

—como sea, ya estamos aquí, hay que hacerlo, no creo que deje a tres adolescentes en su puerta.— comento la pelinegra acercándose a la puerta de la casa de su abuela.

—¿Estás segura?— le pregunto su amiga pero no se refería a el hecho de dejarlos en la calle.

—si...

Parecieron segundos eternos para los tres chicos antes de que la pelinegra pudiera reunir el valor de tocar el timbre de la casa de su propia abuela. Pero entendían, a veces los familiares podían ser complicados. Bastante.

El timbre de esa casa por fin sono y con los nervios a flor de piel escucharon como alguien se acercaba y preguntaba si te la identidad de la persona fuera de la puerta, pero ninguno contesto.

—Aurora...— Mafalda Abdallah se quedó atónita mirando fuera de su casa a su nieta que aún que tenía 10 años, tres meses, dos semanas y un día que no la veía, jamás se olvidaría de los hermosos ojos de su nieta, de su niña.

—abuela...— Aurora de trago sus ganas de llorar, ahora no era momento, tal vez más tarde.— yo, lamento no haber avisado que venía a buscarte pero... Las lechuzas no te llegan, lo vociferadores tampoco y papá no quiere ha...

Antes de que la menor pudiera continuar hablando, su abuela avanzó hacia ella y la retuvo en un fuerte abrazo, uno que demostró cuánto la había extrañado y lo mucho que se arrepentía de ni haber estado con ella en todo ese tiempo.
Pero no había sudo su decisión.

Los otros dos se voltearon a ver, incómodos, sintiendo que sobraban en ese momento, en ese instante. Por qué así era.

—¿No deberías estar en la escuela?— preguntó cuando por fin se separó de la menor.

—es que, necesitamos tu ayuda abuela, ella es kria.— Aurora señaló a su amiga. Y aún que sabía su nombre completo del derecho al revés, amaba como sonaba su apodo y lo decía cada que podía, no importaba si incluso lo diría cuando la presentaba, ella lo amaba. La nombrada dió un paso enfrente y puso una sonrisa. — kria, ella es mi abuela Mafalda, y abuela, Kria tiene sueños... Premonitorios y se que no quieres saber nada hacerca de la magia pero justo ahora el mundo mágico esta en medio de una guerra y estamos seguros de que su Kria aprendí a controlar sus sueño podremos evitar mucha muerte y sufrimiento así que lamento tanto su te molesto pero de verdad de verdad necesitamos de tu ayuda.

°notre promesse °  (Regulus Black y tú)Where stories live. Discover now