Miles de vidas atrás.

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¿Qué pasaría si los roles se invierten y es Penélope quien recuerda lo ocurrido en cada una de sus vidas?

¿Algo cambiara o el final es el mismo?

¿Callisto será su aliado o su enemigo?

¿Qué pasaría sí?...

Miles de vidas atrás.

He reencarnado una vez más. Estoy cansada de vivir una y otra vez la misma vida. Incapaz de salvar a aquellos que me importan. A aquellos que realmente llegue a amar. Incapaz de conquistar el corazón del hombre del cual me enamoré en cada una de las vidas, viendo desde la oscuridad el como ella logra conquistar su corazón y le arrebata cruelmente la vida.

He visto aquel cruel escenario, una y otra vez. Tal vez, en ocasiones, hay variantes, sucesos ocurridos en la próxima vida que en la anterior vida no ocurrió. Sin embargo, sea cual sea la variante, el final es el mismo. Pierdo la vida en un intento por salvar la vida del hombre que conquisto mi corazón, la vida del hombre al cual llegué a amar como a un padre y los despistados de mis hermanos. Vamos, incluso la vida de la mucama que clavó agujas en mi cuerpo en más de una ocasión.

Y esta es la nueva vida en la cual vuelvo a reencarnar. A diferencia de otras vidas, en donde alguien más elige las palabras que mi cuerpo desea pronunciar, en esta ocasión puedo elegir por mi cuenta los diálogos, lo cual me dio libertad al momento de defenderme, hasta cierto punto.

Cuando vi morir a mi madre por... Más veces de las que puedo recordar, permanecí en las calles en busca de comida podrida, agua de lluvia estancada en recipientes con rastros de lodo y en busca de monedas de oro y adquirir alguna forma de saciar el ruido de su estómago. Y tal como ocurrió en la vida pasada, el duque Eckart se presentó. En un comienzo, me dio de comer pan. Desesperada por calmar el dolor constante de mi estómago, acepté el gesto. Él gesto se repitió, hasta que un día me dio monedas de oro, dinero que acepté con agradecimiento en mi corazón. Después de dos semanas, el duque me tomó de las calles, me llevó al ducado y me presentó a sus dos hijos como su nueva hija. Nuevamente, el rechazo por parte de ellos, me dolió. Pero no me importó en apariencia, demasiado acostumbrada a su desinterés.

Con el tiempo, a diferencia de las vidas anteriores, solicité a padre el recibir la educación de cualquier señorita noble. Ante la negativa de Derrick, argumentando que no importa cuanta educación reciba, no cambiaría mi origen humilde, hice huelga de hambre hasta el punto de desmayarme. Después de eso, muy a su pesar, Derrick se vio en la necesidad de contratar a una dama conocida en la sociedad por instruir a las damas nobles en el mundo de modales y etiqueta del imperio Ioka. La marquesa, Helena Perezka.

Y entonces, ocurrió. Reynold volvió a culparme por el robo del collar de Ivonne. A diferencia de aquel entonces, en donde nadie me defendió, la señora Perezka salió en mi defensa, argumentando que todo el tiempo estuve con ella tomando la clase. Cuando padre preguntó por el contenido de la lección de hoy, la señora Perezka bromeó diciendo:

“El día de hoy le enseñé a la princesa las tácticas de seducción”

Ante sus palabras, Derrick la despidió sin importar el increíble historial detrás de ella. Molesta con mi hermano, lo encaré, declarando mi fuerte deseo de no ser su hermana y solo la hija del duque Eckart. En resumen, expresé que no le considero un hermano. Años y años soportando su trato hacia mi persona y ahora simplemente estoy harta. Estoy harta de las palabras crueles del hombre que ante todos es mi hermano y ante mi corazón no.

Ese día, Derrick inició el trámite de anulación de adopción. Con argumentos sólidos, inició un juicio en mi contra y lo ganó. Al ser menor de edad, no podía ser contratada en un trabajo decente, por lo cual mi custodia pasó a manos de la señora Perezka, a la cual llamé mamá, algo impropio de una señorita. A ella no pareció importarle. A partir de ese día, nunca más volví a ver al duque Eckart y sus dos hijos hasta el día de hoy, el cumpleaños del segundo príncipe.

¿Qué pasaría si?Where stories live. Discover now