El Rey Elfo, cuyo nombre era Thranduil, tenía un palacio excavado en cavernas en el centro del bosque, que los elfos llamaban 'Bosque Verde el Grande'. Hermione se enteró de eso escuchando a escondidas, aunque sospechaba que los elfos hablaban para su beneficio. A menos que los salones del rey siempre se describieran poéticamente como "un palacio de magníficas cavernas, excavadas en la piedra viva por los elfos más sutiles y hábiles: cada habitación es una obra maestra de roca que brilla como estrellas, escenas de cuentos e historia bailando a lo largo de las paredes". . Pero lo más grandioso de todo es la sala del trono, donde el Rey Elfo se sienta en una silla que crece de un gran árbol coronado con cuernos.
Los elfos la estaban llevando allí ahora, donde se prepararía la guardería real para ella y se celebraría una fiesta especial para celebrar su renacimiento. (Sí, los elfos sabían de alguna manera que esta no era su primera vida. Parecía tener algo que ver con la forma en que su piel brillaba). Luego se enviarían invitaciones a otros reinos élficos, invitándolos a asistir a un baile para celebrar su renacimiento aún más, así como su compromiso con Legolas. Thranduil no quería que ningún elfo extranjero tuviera ideas sobre robársela. Ella era su hija, dada a él por los árboles, e iba a casarse con Legolas, que era el hijo de Thranduil y Príncipe Heredero de Greenwood.
Bien entonces.
Parecía imprudente protestar por el compromiso todavía. Necesitaba más información sobre cómo funcionaba este mundo, y por mucho que odiara a alguien que pensaba que tenía derecho a decidir por ella, era muy posible que llegara a amar a Legolas, o al menos decidiera que casarse con él era el mejor curso de acción. acción. Tuvo tiempo para decidir si seguir adelante o encontrar una salida. Seguro que no esperarían que se casara hasta que fuera mayor. Y si lo que el mundo mágico sabía de los Altos Elfos era cierto, crecería muy lentamente.
De hecho, ahora que lo pensaba, era muy posible que su nuevo cuerpo tuviera la misma edad que el anterior, pero veinte años como Alto Elfo equivalían a la niñez.
Una forma de averiguarlo.
Hermione miró a Thranduil y tiró de su túnica para llamar su atención. Todavía estaba firmemente apretada contra su pecho, cabalgando frente a él sobre un alce de todas las cosas. Todos los demás elfos corrían a pie o tenían caballos, pero su nuevo padre montaba un alce. Hermione estaba empezando a sospechar que él era una reina del drama.
"¿Sí, palomita?" Thranduil le preguntó, dándole una mirada indulgente y embelesada.
"¿Qué edad tiene Legolas?" preguntó sin rodeos. Ella era lo suficientemente joven para salirse con la suya.
Legolas los miró, su oído élfico le notificó que él era el tema de conversación.
Legolas tiene ochenta y ocho, querido.
Hermione asintió, su frente se arrugó mientras pensaba en eso. Un par de elfos que podían ver su rostro comenzaron a cantar, cantando su alegría de tener un elfling entre ellos. Parecía ser la versión élfica de decir "Awww".
Ignorando a los elfos que cantaban, sin importar cuán hermosas fueran sus voces, Hermione le preguntó a Thranduil: "¿Cuándo nos casaremos?".
Esta vez, Thranduil se rió y Legolas pareció sorprendido por el sonido. Hermione notó eso y lo archivó. ¿Qué había pasado, que Legolas se sorprendió al escuchar reír a su padre?
"Todavía tienes algo de crecimiento que hacer, pequeña", le dijo Thranduil con una mirada indulgente. "Después de que hayas cumplido los cien años, serás un adulto y Legolas te cortejará como es debido. Un año después de que intercambies fichas de compromiso, te casarás y todo Greenwood se regocijará".
