TE ENCONTRARÉ

1-SIN RASTRO

—¿Aún no saben nada de ella? —cuestionó asustada la señora Xiao.

—Nada. —Suspiró su esposo—. Las cámaras del edificio no muestran que saliera de su departamento, ni que dejara entrar a nadie. Su auto estaba en el estacionamiento con sus cosas preparadas para ir a trabajar, y su celular no tiene un registro de ninguna llamada sospechosa. No tienen absolutamente nada.

—Debe haber un error —insistió ella—. No puede simplemente desaparecer y ya. Pídeles que vuelvan a buscar, que investiguen.

—Es inútil. Las cámaras de la calle tampoco muestran que saliera. No tenemos como saber lo que pasó —explicó Xiao He Peng—. Yanli está desaparecida y no existe forma de encontrarla.

—¡No podemos solo rendirnos!

—¿Crees que es fácil para mí? Es mi hija, mi bebé. ¿Piensas que no me duele? No sé lo que le ocurrió, no sé si estará aún con vida o si está sufriendo. Soy su padre y no puedo protegerla.

—Ella está viva, lo sé. Puedo sentirlo en mi corazón —Xiao Baoshan se secó las lágrimas—. Mi hija está por allí, y la encontraremos. No podemos, no vamos a rendirnos. Existira alguna forma, lo que sea. ¡Contrataremos a un investigador privado! ¡Presionemos a la policía! ¡No me importa qué! ¡La traeremos de vuelta a aquí! ¡Con su familia!

—¿Mami? —los interrumpió la voz de su hijo de ocho años.

—Cariño, ¿Qué haces aún despierto? —se aproximó a él y se agachó a su altura—. Ve a la cama Zhan, debes descansar.

—¿Por qué estás llorando?

—Es por qué estoy un poco resfriada. No te preocupes —trató de sonreír para no asustarlo.

A esas alturas de la noche, la luna ya brillaba iluminando el inmenso cielo negro. Habían pasado casi siete días desde la desaparición de Xiao Yanli, la hija mayor de los Xiao; una familia conformada por dos profesores universitarios que fruto de su unión les dió a dos hijos. La muchacha era enfermera y trabajaba en el turno de la noche. Era conocida por ser amable con sus pacientes y colegas, y siempre llegaba a tiempo. Pero un día, simplemente desapareció sin dejar rastro.

Muchos se unieron tratando de encontrarla, buscando en las calles, hospitales, la morge e incluso en redes sociales alguna foto en la que se le viera. Pronto, ya era conocido como un caso imposible de resolver, empezando a correr los rumores de su asesinato o secuestro. Desde historias inventadas sobre como cansada de los que la rodeaban escapó, o que alguna conspiración o hecho paranormal era culpable.

Los años pasaron y algunos olvidaron, otros se obsecionarón con el primer caso importante del pueblo. Pero al final, Yanli no fue encontrada.

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Una de las actividades favoritas de Xiao Zhan era la lectura. La extensa cantidad de información que podía encontrar lo sorprendía, y disfrutaba de las historias que eran capaces de llevarlo a mundos distintos. El azabache podía pasar largas horas en la biblioteca leyendo libro tras libro, o simplemente observando a los demás y sus expresiones al leer algo que les daba gracia o tristeza.

Xiao Zhan acababa de terminar la secundaria, y se preparaba para su ingreso a la Universidad. Era reservado y solitario, pero con sus amistades se mostraba sonriente y atento. Había crecido en un pueblo donde acostumbraban susurrar cuando lo veían, comentando sobre la extraña desaparición de su hermana y como esto causó el divorcio de sus padres, y que el padre se fuera del pueblo.