13-UNA OPORTUNIDAD

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Lo primero que sintió al despertar, fue un dolor insoportable en su vientre. Todo a su alrededor se veía borroso, el techo de madera y las paredes escasamente decoradas, le daban vueltas en la cabeza, y un aroma a sangre inundaba sus sentidos.

Xiao Zhan parpadeó intentando recuperarse, y frunció el ceño al no poder moverse. A su lado, un sutil aroma a sándalo lo tranquilizó, pero en fuerte movimiento de la tierra lo hizo levantarse asustado ignorando sus heridas.

Estaba en la casa del bosque, con Wang Yibo recostado a su lado rodeándolo con su energía y feromonas, se veía agotado y adolorido, pero no despertaba. Junto al sofá, Haikuan, Yubin, Huaisang y Ziyi también estaban dormidos. Busco con la mirada a su hermana y trato de moverse, pero sus heridas aún no habían sanado y se percató de que estaba cubierto de sangre.

Sabia dónde estaba, sabía que su manada había estado cuidando de él todo ese tiempo, y que lo vivido momentos antes de caer inconsciente era parte de una pesadilla, una en la que su Alfa lo había encontrado y protegido junto a los demás.

Todos los adornos caían al suelo, y pronto algunos gritos y el sonido de los árboles al crujir lo alertaron. Algo estaba pasando, no entendía qué, pero su hermana estaba involucrada con eso.

Recordó el libro y a Luna y su madre, a las personas del pueblo que estaban en las historias y en su propia pesadilla. El rencor con el que Yibo se refería a ellos y el Demonio Lobo.

No sabía exactamente como lo habían hecho, pero su muerte que hasta ese entonces le parecía inevitable, se había esfumado, estaba herido, pero no era grave.

Un hechizo...

Pensó rápidamente en la bruja de la montaña, y se golpeó la frente enojado con él mismo.

De haber acompañado a Luna la habría protegido, no estaría en ese estado, ellos no habrían tenido que seguirlo y su hermana estaría allí.

Oh, no.... Yanli, debía seguir en ese otro mundo deteniendo de su escape a la horrible criatura.

—¿Zhan? —Wang Yibo murmuró al despertar, y al ver que su Omega estaba despierto se sentó a su lado y lo abrazó—. Perdóname, no te protegi cuando debí hacerlo, esto es mi culpa...ni siquiera pude cuidarte allí para que no despertaras....

—Estoy bien —besó su frente—. Sólo tengo algunos rasguños que sanarán pronto, la energía de mi Alfa me ayudó mucho—beso su mejilla—. Tus feromonas me sanaron también—beso su nariz—. Me cuidaste...—lo beso en sus labios subiéndose a su regazo.

—Zhan... —acarició su cintura.

—No sabes cuánto quisiera que me anudaras justo ahora...tan profundo...quiero tu semilla dentro de mi... pero tendré que esperar—sonrió besando su cuello.

Haikuan, Huaisang , Yubin y Ziyi también despertaron, con algunos rasguños que parecían producto de su pelea dentro de la pesadilla contra el Demonio Lobo.

—¡Zhan! —sonrió Ziyi abrazando al azabache.

—¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? —cuestionó Haikuan revisando al muchacho.

—Sabes que no eres un doctor en este mundo¿Verdad? —alzó una ceja Yubin.

—Aún recuerdo algunas cosas que aprendí —gruñó.

—Estoy bien...

El Omega abrazó a su manada y se disculpó por lo que había pasado, contándoles sobre como el pueblo fue atacado y los humanos lo protegieron del Demonio Lobo antes de caer desmayado. Todo había resultado ser un malentendido, y el ataque a Yibo era un intento por evitar que otro lobo también atacara al Omega.

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