6-AROMA

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—Esto es vergonzoso... —murmuró Xiao Zhan

—Guarda silencio o nos van a descubrir...

Xiao Zhan hizo un puchero y se cruzó de brazos enojado. Nunca había tenido la oportunidad de aprender a nadar, pero por alguna razón sentía el agua como un elemento importante, como si pudiera desplazarse en ella y nadar junto al castaño que ahora lo llevaba sujetándolo de la cintura mientras nadaban.

Suspiró y se limitó a observar con curiosidad todo a su alrededor, era completamente irreal el que pudiera estar bajo el mar apreciando el arrecife de coral y los peces desplazándose con naturalidad. Era un cuento, estaba conciente de eso, pero no creía que eso significaría que ni su ropa estaría mojada o respiraria con total naturalidad. Los que pertenecían a la historia que no eran reales y los atrapados en ella siendo castigados, si sentían que se ahogaban.

Wang Yibo los oculto en más de una ocasión durante su ida a las cuevas submarinas dónde encerraban a los atrapados para ser asesinados, y durante ese tiempo pudo ver a más de tres siendo arrastrados al mar por las sirenas y devorados después.

Las sirenas eran criaturas de piel pálida y repleta de escamas. Su forma era similar a la de un humano, a diferencia de que tenían una cola de pez que parecían usar como arma debido a lo filosa que era. No tenían más que unos cuantos cabellos negros y sus ojos eran totalmente blancos. Colmillos se asomaban de sus bocas y garras adornaban sus manos esqueléticas. Pero lo que más llamaba la atención era el extraño ruido que hacían, un conjunto de cantos suaves que atraían a sus presas que quedaban hipnotizadas por el color bibrante de la cola.

—Aquí está la cueva... —susurró Wang Yibo se deteniéndose para esconderse detrás de unas rocas y algas—. Recuerda, sólo puedes...

—Sí, sí ya lo sé —gruñó—. No podemos salvar a nadie más que a mi hermana...

—Exacto —asintió soltándolo.

—¿Cómo se supone que entraremos allí?

—No tengo ni la menor idea.

—¿Bromeas? —pestañeó Xiao Zhan sorprendido—. ¿Llegamos hasta aquí y no sabes cómo entrar a ese lugar?

—¿Y tú lo sabes? —replicó incrédulo.

—Yo no soy el protector de este libro de historias que ni las conozco.

—Touche... —se mordió el labio inferior pensando—Se supone que existe alguien que cuida dentro de la cueva, una sirena que los mantiene cautivos mientras las demás salen por más víctimas. Así que tenemos eso a nuestro favor, si es sólo una entonces la podemos enfrentar.

—¿Cómo peleas con una sirena? —sus ojos brillaron de diversión—. ¿La haremos Sushi?

—¿Sushi? ¿Qué es eso?

—Olvídalo, mataste el chiste —rodó los ojos el azabache.

—Como sea, debemos idear un plan. ¿Qué traes en tu maleta? —cuestionó Wang Yibo revisando la maleta del muchacho.

—Claro, ahora que no sabes que hacer buscas en mi pobre maleta que tanto odias.

—Zhan, no estoy para juegos.

—Bien, tengo lagunas cosas...

Xiao Zhan se quitó la maleta y abrió para rebuscar dentro.

—Un cuchillo, una linterna...una soga, un tenedor, un...

—¿Acabas de decir tenedor?

—Ignoralo, era para hacer una broma pero seguro tampoco sabes quién es Ariel —rodó los ojos con ironía—Un par de adornos marinos que brillan en la oscuridad —sacó un par de caracolas—. Puede ser una buena idea, seguro les gusta las cosas brillantes, y esto brilla mucho. Se usan para iluminar la habitación, las compré de camino a casa cuando dijiste que vendriamos a esta historia.

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