8-Luna

579 119 42
                                    

Xiao Zhan jugaba con las tostadas sobre su plato, clavando su tenedor repetidas veces inquieto.
Había sido una mañana difícil, desde el hecho de despertar solo en su habitación, y volver a sentir el silencio abrumador en su casa.

Una semana después de que casi llegar a pasar la noche con Wang Yibo, el castaño guardaba su distancia con total frialdad. Ya no dormía en la misma cama, aunque sabía que lo cuidaba desde lejos, si tiendo el sutil aroma a sándalo que desprendía. Salía a la biblioteca a estudiar, y después caminaba conversando con Yubin sobre las historias que había visitado con Wang Yibo, y aunque no podía verlo, aún así, también sabía que lo cuidaba desde lejos.

Recordaba perfectamente el rostro preocupado y decepcionado de sí mismo cuando reaccionó antes de que llegaran a algo más. Por alguna razón que desconocía, a Yibo le costaba estar lejos de él, pero también se negaba a tocarlo y acercarse.

En sus últimas historias, hablaban y se apoyaban, pero nada era como antes.

Eso le dolía, no comprendía por qué le dolía tanto no tenerlo ahí, junto a él en su cama durmiendo abrazados. Incluso se había descubierto a si mismo abrazando las ropas del castaño para sentir su aroma, como si fuera un nido para conservarlo cerca.

Pero lo que no sabía Wang Yibo, era que Xiao Zhan era obstinado y no dejaría las cosas así. Estaba más que decidido a tenerlo, por qué un lado de su corazón sabía que el castaño le pertenecía, y no lo pensaba perder.

Al llegar las cinco de la tarde, Xiao Zhan y veía el reloj con desesperación, ya listo con su mochila y algo para comer por si se demoraban dentro. Tenía la esperanza de que está vez encontraría a su hermana, ya sólo quedaban tres historias, y su emoción por verla crecía.... aunque también su miedo a dejar de ver a Yibo cuando cumpliera su misión.

El timbre de la casa sonó, y el azabache bajo las escaleras prácticamente corriendo y abrió la puerta, pero no se trataba de Wang Yibo, si no de un repartidor de pizza.

—¿Es usted Xiao Zhan?

—Sí, soy yo... Pero no hice ningún pedido —sonrió confundido.

— Este pedido lo manda su madre —saco una tarjeta—y esta nota. Disfrute su pizza.

El repartidor sonrió y le entrego la caja de pizza y la tarjeta antes de irse.

Xiao Zhan lo leyó rápidamente.

"Cariño, voy a demorar en el trabajo. Pórtate bien"

Suspiró y subió las escaleras a su habitación, ya era la hora en que Yibo lo buscara, y que no fuera él, le despertaba el miedo de no volverlo a ver

—¿Qué es eso? —cuestionó Wang Yibo asustándolo al entrar a su habitación.

—¡Ahhhhhh! —saltó el azabache casi dejando caer la caja al suelo— ¡No vuelvas a asustarme así! ¿Por qué no puedes entrar por la puerta como una persona normal? ¡De haber estado en cinta, habría abortado del susto!

—No exageres...

Disimulo su sonrisa.

—¿Y bien? ¿Qué es eso?

—Pizza , obvio.

—¿Qué es pizza? —olfateó el castaño la caja.

—Bromeas ¿Verdad?

Después de una extraña, pero necesaria explicación sobre la pizza mientras se la comían, Xiao Zhan finalmente le pregunto a qué historia irían.

—Es una historia en la que un pueblo es atemorizado por un lobo hambriento, un lobo gigantesco de pelaje color avellana. Es una de las historias más peligrosas del libro, así que debemos tener mucho cuidado. ¿Qué llevas en tu maleta?

TE ENCONTRARÉ Where stories live. Discover now