Capítulo X

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G I R L F R I E N D

[🥀]

Recogía sus cosas con lentitud. No quería hacerlo después de todo. Don Gato se ha acostado en la cama, le mira fijamente y con curiosidad.

— ¿Por qué me miras así?— El gato bosteza. Rubén suelta un ligero quejido y se tira encima, sin llegar a lastimar al animal, por supuesto, para abrazarlo.— Yo también te voy a echar de menos.

En cualquier momento podía llorar, pero no le convenía simplemente porque el catalán llegaría en cualquier momento y preguntaría el porqué de sus ojos rojos, y con toda la honestidad que había en su ser no podría responder. Acaricia al que podía haber sido su hijo, lo mima un poco.

Sus comisuras se levantan levemente al ver que acepta el contacto. Suspira y retoma su deber, mira la maleta ya con varias cosas en su interior. Su teléfono suena recibiendo una notificación, la mira y comprueba que su viaje a Madrid se había confirmado y pagado con éxito. Saldría a las once de la noche.

Aprieta sus labios al notar como con tan solo ver la confirmación las lágrimas inundan sus ojos, niega y mira a través de su ventana. La calurosa brisa choca contra su rostro apaciguando ligeramente el despecho. Piensa con calma las cosas. ¿De verdad se marcharía?

Era lo que tenía que hacer. No pintaba nada allí. Auron había tomado la decisión de estar con Sara nuevamente, y no era absolutamente nadie para impedírselo. Suelta un gruñido porque le hubiera gustado haber podido ser ese alguien, le hubiera encantado de hecho. Su mirada queda en el suelo y suspira, porque ya se resignaba a no ser ese alguien.

¡Rubius, ya estoy en casa!— El minino salta de la cama para ir a recibir a su dueño. Traga fuertemente porque no sabe qué cara poner al chico que le gusta pero que está con otra persona. Toma aire dispuesto a responder.

— ¡Estoy en mi habitación! — Se rasca la nuca ya que tendría que dar una excusa por su partida. Pero el problema estaba en que no se le ocurría nada, su mente tenía en un disco rayado la repetición de como esos dos se tomaban de la mano.

Escucha al catalán correr hacia el cuarto incluso entre risas, aprieta la mandíbula por la rabia que empieza a surgir—. No te lo vas a creer, pero-

— Sí, Auron, — corta al mayor de una manera tosca, ni siquiera le mira puesto que está de espaldas recogiendo sus cosas—, ya sé que volvieron. No hace falta que me lo restriegues.

— ¿Qué? Espera, ¿de qué estás-

— No te hagas el tonto, ¿vale?— Detiene sus quehaceres y aprieta de manera disimulada una de sus camisas—. Os he visto en la cafetería, y no hace falta que me des los detalles de tu entrañable reconciliación.

— ¿Estabas allí?— Le parecía tan extraño que el rubio simplemente asumiera su cometido.

— Por supuesto que sí.— Con toda la valentía que hay en su ser encara al castaño, lo mira con decepción—. Y no hace falta que me digas nada más, me tendrás que aguantar hasta las once, mi tren sale a esa hora.

— ¿Tu tren? ¿Te vas a marchar?— Raúl observa como el más alto asiente con la cabeza, este vuelve a centrarse en doblar la poca ropa que queda—. No puedes irte, me dijiste que te ibas a quedar un mes.

— A veces las cosas no salen como planeas, impresionante, ¿verdad?— Rubén toma la sudadera que supuestamente iba a ser para Auron, la deja en la cama y cierra su maleta con pesar—. Ahí está tu sudadera. ¿Y sabes qué? Tengo una buena idea, me voy a casa de Ibai que me vendrá bien hablar con él, así que esta es nuestra despedida.

𝑮𝑰𝑹𝑳𝑭𝑹𝑰𝑬𝑵𝑫 •𝐑𝐮𝐛𝐢𝐮𝐬𝐩𝐥𝐚𝐲•Where stories live. Discover now