𝑮𝑰𝑹𝑳𝑭𝑹𝑰𝑬𝑵𝑫 •𝐑𝐮𝐛𝐢𝐮𝐬𝐩𝐥𝐚𝐲•

Capítulo VIII

G I R L F R I E N D

[🥀]

La capucha cubre ligeramente su rostro, no se va a dejar ver. Aunque en verdad no tiene ningún sentido si ya hay gente que le sigue. Suspira y agarra con fuerza el carrito de compra, observa todo lo que hay dentro, leche, café, pasta, verduras... Ah, y un rubio que juega con el teléfono. ¿Como no iba a llamar la atención si se encontraba con un adulto en el carro? Ríe de manera disimulada y observa que cereales llevar.

— ¿Cuál prefieres?— Dice a la vez que agarra las dos cajas que ha decidido y son las mejores.

— Los choco krispis...— El catalán vuelve a empujar el carrito con un poco de esfuerzo, pasan por la zona de bebidas, Rubius muestra cierta ansiedad, deseoso de algo—. ¿Cogemos un paquete de cerveza?

— Vale.— Auron coge un paquete de las Heineken, sin dudar, solo lo hace, las deja en el regazo del menor, y vuelve a empujar de nuevo el carro—. Te aviso de que no soy muy fan de la cerveza, así que probablemente te tomarás tú solito todas las latas.

A Rubius le brillan los ojos durante unos segundos. El catalán a pesar de no tomar, va a comprar alcohol para él, siente calidez, por algo sumamente absurdo. Más de una vez sus anteriores parejas le sacaban en cara que tomaba mucho, pero era porque le gustaba, no por otra cosa, además de que no terminaba borracho perdido.

Se da cuenta de que ha estado en relaciones tóxicas, un pequeño susurro se escucha en su mente, diciendo que Auron no es así, que Raúl sería un novio estupendo y sobre todo para nada tóxico.

Cierra los ojos con fuerza y piensa en que debería dejar de comparar a Raúl con sus anteriores parejas, Raúl no tiene comparación.

Mira al mayor que ha parado a ver qué detergente comprar, incluso ahora mismo luce precioso, frunciendo el ceño y leyendo bien de qué se supone que es el olor, abre el bote y huele, hace una arcada al no gustarle para nada el aroma.

— Bellísimo.

— ¿Eh?— Raúl lo mira a la misma vez que deja el producto en la estantería.

— Nada, que... — el noruego intenta salir del carrito, se cae en el intento—. Mierda.

Auron ríe de manera escandalosa, se abraza el estómago. La gente los mira en cuestión ante esa escena, Rubén se pone de pie y soba ligeramente su cara, teme haberse partido el labio o la nariz. El mayor lo toma de las mejillas y observa, tiene el rostro rojo ante la risa, los ojos brillosos, se inclina hacia delante.

— Tranquilo.— Dice entre suspiros—. Tu rostro de modelo sigue intacto. Ahora vamos que necesitamos comprar comida si es que no quieres morir de hambre.

El más bajo se dirige a la zona de congelados, dejando atrás a un Rubén atontado por la anterior cercanía.

— Él no lo sabe todavía, pero será mi futuro esposo.— Abre los ojos mirando a ambos lados esperando a que nadie le haya escuchado, suspira tranquilo aunque eso dura unos segundos al darse cuenta de lo que ha pensado y dicho.— Espera... Yo no me quiero-

Su rostro se torna rojo y aprieta la sudadera negra justo en la parte del corazón, retiene el grito que por poco se le escapa, él estaba pensando en casarse cuando se supone que eso, hasta hace unos segundos, le parecía una tontería.

Plantea ahora la posibilidad de casarse, y lo haría, pero solo si es Auron, trata de pensar en enlazarse con alguien más, por si alguna remota casualidad sucediera que Raúl no lo quiere en su vida, se le pone la carne de gallina al no gustarle para nada la idea.