𝑮𝑰𝑹𝑳𝑭𝑹𝑰𝑬𝑵𝑫 •𝐑𝐮𝐛𝐢𝐮𝐬𝐩𝐥𝐚𝐲•

Capítulo V

G I R L F R I E N D

[🥀]

Habrá pasado una semana desde que Rubius está invadiendo la casa de Auron, se entienden bastante bien, incluso se podría decir que llevan viviendo juntos toda una vida. Solo hay problemas en las ocasiones de quién se ducha primero, quién tira la basura o simplemente quien lava los trastes, han llegado a discutir, molestar y burlarse del otro sin razón.

— Y aquí está la especie en extinción, lavando los platos.— Habla Auron en apenas un susurro, imitando el tono de un comentarista del documental que da a las cuatro de la tarde en la dos.— Se dice que luego de lavarlos se los come...

— Te estoy viendo.

— También que tiene ojos en la espalda.

Rubén da media vuelta y mira la cámara del teléfono de manera asesina.— Prepárate la puta que te parió.

— También que es argentino,— al ver que se acerca, Auron sale corriendo— ¡hemos sido descubiertos, hemos sido descubiertos! ¡Mei Dei Mei Dei! ¡Código amarillo pollito!

La historia de Instagram termina y un Raúl ahogándose de la risa señala al menor, el noruego está en el sofá con los brazos cruzados, tomando una pose molesta. El jabón sigue en sus manos todavía húmedas, niega con la cabeza en signo de que no le gusta para nada lo que ha hecho el catalán.

— Lo voy a subir,— dice entre risas, observa como el rubio niega,— ¡¿por qué?! ¡Es buenísimo!

— Me niego a ser tu mascota.— Aparece Don Gato de la nada, se acomoda en el regazo de su dueño y mira al noruego.— Ya tienes a Don Amargado Gato.

— Retira eso,— espeta Auron mientras acaricia las orejas del animal— Don Gato es mi hijo... Eso te convierte en mi mascota.

— Yo también quiero unas historias, en las que mi dignidad se mantenga aceptable, o aparecer en tus directos. No es justo que me quede como tu chacho.

— ¿Chacho?¿Eso como concepto existe?— El catalán piensa y le resta importancia.— Mejor di sirviente, y tengo todo el derecho, estás quedándote en mi casa de forma gratuita,— Raúl encoje los hombros y niega— es tu forma de pagarme.

— Me declaro en huelga,— suelta mientras se levanta— no hasta que yo también reciba algo a cambio.

La conversación se interrumpe al escuchar el telefonillo, el dueño de la casa se pregunta quién podrá ser. No recuerda haber invitado a alguien, mucho menos que alguien le haya avisado de que venía. Se acerca al aparato y observa en la cámara de que se trata de Sara. Siente el como su rostro se vuelve pálido, escucha los pasos del más alto detrás de él, Rubius apoya su cabeza en el hombro del catalán— la cual esa pose ya es una costumbre— y ríe cerca del oído de Raúl, disfrutando el como se estremece por la acción posa sus manos en la cintura del castaño.

— Deberías hablar con ella, es lo mejor.— Habla en voz baja al oído de Raúl.— Abre.

— ¿Estás loco? Ha venido de su viaje solo para hablar conmigo, lo más probable es que me vaya a estrangular por haberle terminado, y encima luego me cortará los huevos al haberlo hecho por teléfono.

— Dile las cosas en la cara,— Rubius hace que Auron de media vuelta y le toma las mejillas, le mira con confianza— dile que ya no quieres nada con ella.