𝑮𝑰𝑹𝑳𝑭𝑹𝑰𝑬𝑵𝑫 •𝐑𝐮𝐛𝐢𝐮𝐬𝐩𝐥𝐚𝐲•

Capítulo IV

G I R L F R I E N D

[🥀]

Escucha gritar a su novia, una y otra, y otra vez. Es tan, pero tan cansador, que solo sabe que realmente no le presta demasiada atención. Ni siquiera recuerda el por qué le grita, ni cómo empezó esa conversación por teléfono, ni cómo simplemente decidió ignorar todo y dejar el teléfono al lado, haciendo pensar a la joven que realmente le está haciendo caso. Suspira al ver como la rubia a callado, piensa hablar pero a través de la línea telefónica se escucha como Sara no para de quejarse, su voz se quiebra, escucha murmuros.

— Sara, ¿estás bien?— Parece un pregunta demasiado absurda, pero que esté gritando enfadada y que de la nada haya hecho ese cambiazo le sorprendía.

— No,— escucha la negación entre leves lloriqueos,— Raúl, no estoy bien... ¿Qué nos pasó?

— No sé a qué te refieres...— Se hace el tonto, no quiere admitir ni hablar de toda su vida amorosa a través de un estúpido teléfono.

—¡Maldita sea! ¡A nuestra relación!... A como éramos la pareja de en sueño.— La última frase es dicha en un tono que pende de un hilo extremadamente fino.

— Quizá... Quizá fue eso.— Sentencia, escucha como su novia suspira tratando de deshacer el nudo que se ha formado en su garganta.

— Ahora yo no te entiendo.

— A que... A que tú has hecho demasiado por hacer esta relación perfecta, sabiendo que yo no soy esa clase de hombre.— Aclara el de piercing, recuerda los múltiples regaños de la rubia, el que tenía que tratar de mantener un buen estatus social, que debe ser alguien correcto, abre los ojos sorprendido al darse cuenta que su propia novia, la cual pensaba que iba a ser la mujer de su vida, le ha estado quitando la libertad durante años.

— ¡Yo! ¡Yo solo traté de ser buena para t-

— ¡No! ¡Tú nunca hiciste nada, nunca quisiste ser buena para mí! ¡Tú solo intentaste cambiarme, tú solo trataste de hacerme a mí, bueno para tí!— Le interrumpe para ahora gritar él, siendo una persona pacífica, Sara se sorprende de escucharle de esa manera. La respiración de Auron es errática, siente que se ha quitado un gran peso de encima, ha soltado aquello que más de una vez no le ha dejado dormir.

— Estás actuando mal, Raúl.— Suelta la modelo después de unos segundos.— Yo solo he tratado de mejorarte como persona.

—¡Mejorarme! ¡Maldita sea Sara!— Cierra los ojos y coge el teléfono que se encuentra en su cama.— ¿Crees que no dejándome ir de marcha con mis putos amigos, me iba a ayudar a ser mejor persona?— Habla entre dientes, siente como sus dientes están rechinando, no puede parar, no ahora que por fin se ha atrevido a dar la cara, no ahora que por fin encara a su novia.

— ¡Sí! ¡Cuando estás borracho haces muchas to-

— ¡Si quiero emborracharme es mi, y escucha muy bien, MI problema! ¿Y sabes porqué? Porque soy un maldito adulto que tiene el derecho de pasársela bien cuando se le venga en gana.— Raúl gruñe, sobre todo al recordar como su pareja le sacaba en cara las veces que lo encontraba teniendo una fuerte resaca.

— Raúl, yo nunca te he prohibido salir a "divertirte" con tus amigotes.— Sabe que esas palabras las ha escupido con cierto veneno, con cierto veneno que le jode, con cierto veneno que lleva celos.