𝑮𝑰𝑹𝑳𝑭𝑹𝑰𝑬𝑵𝑫 •𝐑𝐮𝐛𝐢𝐮𝐬𝐩𝐥𝐚𝐲•

Capítulo I

G I R L F R I E N D

[🥀]

Su respiración en total calma, boca arriba y ocupando todo lo que puede de aquella cama tamaño matrimonial, le era tan satisfactorio el despertarse porque sí, sin alarmas, sin gritos de su madre, sin nada. Escucha unos leves golpeteos que son provocados por su gato, ha caminado hasta su propia cama y se ha tumbado encima suyo, sabe que el día ya ha comenzado ya que no puede conciliar el sueño, el sol no se asoma todavía, se sorprende al ver que son las seis de la mañana.

— ¿Tan pronto me he levantado?— el gato maulla, como si estuviera respondiendo— Ah, que me dormí a las ocho...— dirige su mano a la cabeza del miníno y acaricia detrás de las orejas, le gusta la sensación del ronroneo en su pecho.

Mira por la ventana con duda, le gustaría salir a ver el sol, es algo que le gusta hacer a menudo y en soledad, el ver qué a esas horas era un don nadie, que era solo una persona más que ha madrugado, que nadie le reconoce, que nadie se dedica a atosigarle, que nadie le incómoda para pedirle fotos, videos, autógrafos... La vida de un YouTuber es complicada, pero esos paseos mañaneros hacían el día más ameno, suspira y golpea muy suavemente el lomo de su hijo.

— Hijo, te he comprado una cama de puta madre,— su voz suena grave y ronca, el gato de ojos verdes le mira con atención— ¿Por qué no vas a esa cama, eh? Qué me ha costado una pasta.

Maulla y se levanta de encima de su dueño, se estira para acomodarse en la cama, Raúl sonríe. Se dirige al armario dispuesto a coger algo de ropa para después ir al baño a lavarse los dientes, hoy decide no usar gomina, pasa apenas la mano por el pelo, y se sonríe a sí mismo, ya estaba listo para salir.

— Hijo,— dice en voz baja, se acerca a la cama y se agacha para acariciar y observar a su amado gato— me voy durante un rato,¿vale? No tardo.

A su gato no parece importarle nada de lo que dice, pero tiene la necesidad de decirle a donde va. Sale por la puerta de su habitación y se dirige al comedero del animal, cambia el agua y pone un poco más de comida, inevitablemente se le viene a la cabeza la imagen de cierto rubio, dándole de comer a su gato lo que quiera porque le da pena.

— Puto Rubius, tío.— Se ríe en voz baja y sale de la casa con el teléfono guardado en el bolsillo de su sudadera negra y las llaves en la mano derecha, se coloca la capucha ya que tampoco quiere llevarse un susto, normalmente a esa hora solo salían personas a trabajar, viajar o hacer cosas de suma importancia, pero tampoco quería arriesgar a llamar la atención para que luego muchos fans supieran a qué hora salía, ni dónde iría, a veces se arrepiente de ser tan... Él, porque no puede hacer cosas, como ir a restaurantes a comer con los amigos, tomar una caña sin ser molestado, tener una relación la cual no esté vigilada a no ser que sea secreta.

Suspira y deja de pensar en ello, mira su casa durante unos instantes, se da cuenta que aún con todo esos contras ama su trabajo, el cual no considera trabajo, le ha dado estabilidad, tanto económicamente como sentimentalmente, se podría decir que está en el mejor momento de su vida. Encoge los hombros, grita "¡Adiós, hijo!", para despedirse del miníno, sale por la puerta y disfruta esa brisa fresca, sonríe y comienza a caminar hacia esa pequeña montaña con vistas hacia la ciudad, es una costumbre el estar en el mirador hasta que el sol salga por completo, aún le da tiempo ya que el paisaje sigue algo oscuro.

— Debería avisar a Óscar.— se habla a sí mismo, recordando el hecho de que ha confirmado en ir al famoso evento, al famoso E3. Quedan varios meses para dicho acontecimiento, pero prefiere ser precavido, no quiere molestarle o causarle algún imprevisto. Llega al mirador con la respiración algo agitada por los últimos tramos ya que son algo empinados, mira su teléfono para saber qué hora es.— Las siete menos cuarto,— murmura con duda, decide el llamar más tarde porque evidentemente no quiere despertarlo— será mejor que le llame a las diez.