Te Amo a Mí Manera

La Huida (1era parte)

Magia contra chakra, ¿Cuál sería más poderoso?, era lo que Judal se preguntaba en ese momento al llegar al combate...

Momentos antes...

Judal se encontraba frente a Gyokuen y Al Thamen, nuevamente le preguntaban acerca de la mision que le habian encomendado: destruir un pueblo que se nego a someterse al Imperio Kou, pero esta vez, el magi se nego y ahora, se encontraba siendo rodeado por rukh negro, mismo que normalmente le causaba un dolor insoportable, como cuando era niño. Pero esta vez, no le ocasionaba ningun daño

- Interesante – sonrio la mujer – recuerdo cuando te castigue con esto la primera vez – riéndose – oh, Judal-kun, te veías tan lindo suplicando que me detuviera

Por su parte, el magi solo estaba concentrado en repeler dicha magia o mínimo no le afectara tanto, cuando alguien llamo a la puerta

- ¿Quién es? – pregunto el Banquero

- Perdone, majestad, su hija Hakurei ha regresado

- Te salvaste Judal-kun – sonriendo – vamos a recibir a mi hija

Ya solo Judal dio un suspiro, cuando sintió un poderoso rukh venir de algun lado, así que de inmediato voló hacia donde venia el rukh, una vez que llego

- ¿Qué sucede?

- Ah Judal, pues... - al sentir a Juba moverse inquieto

- Ven aquí mi bebé – recibiendo al pequeño - ¿Qué ocurrió?

- Pues veras...

Así, Kougyoku procedió a contarle todo lo sucedido: la llegada de Hakurei, el regalo que traía consigo y la relacion de Indra con la criatura.

- Judal, ¿sabes qué es?

- No – viendo al pequeño gatito – deja ver

Los ojos de Judal se volvieron brillantes, logrando así ver el magoi de Indra y Kouen, los cuales estaban casi parejos, pero al ver al felino

- Imposible

- ¿Qué pasa?

- Esa criatura... ¿dijeron que la trajeron del pais de Indra? – la princesa asintio - ¿ese es su tamaño real?

- No, dijeron que usaron magia, ademas de rociarle agua para apagar las llamas, pero...

- No funciono porque esas llamas son parte de su cuerpo

- Judal, ¿Qué es?

- No lo sé, pero...

El magi solo miro atento a la criatura, el nivel de magoi en su interior era enorme, pero algo en su interior le decia que ese no era todo el poder del felino. Por su parte, Matatabi miraba nerviosa a Indra, quien solo observaba a Kouen y viceversa, pero la verdad, ambas partes buscaban algun punto ciego.

- Indra, esta es tu última oportunidad

- Esta vez – formando el costillar – no perderé – frunciendo el ceño

Kouen solo chasco la lengua, al mismo tiempo que sujeto su espada con fuerza. Una ventisca se hizo sentir el ambiente, Koumei y Kouha evitaban ser arrastrados al igual que los soldados. Juba estaba aferrado a Judal, quien solo miraba en silencio y con ayuda de su magia se habia creado un escudo para protegerse así mismo, a su bebé y Kougyoku, quien no dejaba de temblar. Por su parte, Gyokuen miraba todo con una enorme sonrisa, atenta a la batalla que habia comenzado.

Fuera del palacio, los súbditos pudieron ver como un enorme esqueleto morado con espadas, Kouen al verlo, esperaba ver cambios en el menor: pero ropa y su cabello seguian igual, nada habia cambiado, a diferencia de él, sus hermanos o sus primos cuando se equipaban con su djinn.