Preparando la Fiesta

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Indra continuaba preguntándose cómo había permitido que la idea de Kougyoku llegara tan lejos. Él ya había cumplido con una parte al contarle a la chica como festejaban en su aldea cuando era el cumpleaños de uno de sus habitantes, ni que decir cuando eran los de su padre o el de Ashura, él no era muy de pedir un festejo pero al final, terminaban haciéndolo... como los extrañaba.

Pero ahora, estaba en una de las zonas más ocultas del palacio "ensayando" una coreografía que le estaba poniendo la octava princesa, lo único que le reconfortaba era, que por el vestuario que llevaría podría cubrirse el rostro y solo dejaría sus ojos a la vista de los espectadores y que no sería el único que estaría haciendo el ridículo. Judal se había estado burlando todo el tiempo, sin duda era todo un show para el magi.

Varias veces se había caído ya, pero como todo orgulloso que era se levantaba y trataba de ignorar las risas escandalosas del Oráculo para continuar con su travesía.

Había aceptado con la condición de que fuera en una zona que no quedara a la vista de cualquiera, no quería que todos lo vieran y supieran quien era haciendo el ridículo según él bailando una dichosa danza "tradicional" (ya se había dado cuenta de que Kougyoku le mintió, ¡esa "danza" era más para provocar que tradicional!) pero... al verla tan enfocada en que todo saliera bien para ese día, no pudo negarse. Hasta eso consideraba que iban bien en el proceso de aprendizaje y de organizar todo, la princesa usando su poder, ya había mandado a sirvientes y soldados al mercado para que fueran a comprar la comida más fresca y que fuera de preparación tardía, para que el mismo día fueran a comprar lo que no era tan tardado.

La joven ya había puesto a ensayar a las otras chicas que le acompañarían, obvio ellas primero para que no supieran quién iba a ser el "principal" (por mucho tiempo se estuvo negando a ser el principal, pero la mirada de la joven le terminó convenciendo, su instinto de hermano mayor salía a flote cuando menos lo necesitaba.

Por su parte, Kouen había tratado de buscar al Otsutsuki pero no obtuvo éxito, ya había visto cómo varios sirvientes y soldados salían con carretas que usaban cuando iban a comprar provisiones o la despensa del mes, no era para él ninguna sorpresa ese hecho, ya sabía que estaban preparando todo para su cumpleaños y que la autora de esto era su pequeña hermana. Quizás no solía decírselo mucho pero estaba muy agradecido con ella, sin duda la joven se preocupaba por él y por sus hermanos.

Esperaba ya el cumpleaños de la chica para hacerle una fiesta igual e incluso mucho más grande, le parecía una buena forma de demostrarle todo su cariño y respeto. Ante lo último, no pudo evitar recordar cuando sus hermanos eran solo unos niños, como él los protegía de cualquier cosa y mucho más a Kougyoku que, malamente, era hecha a un lado por algunas de sus otras hermanas solo por ser una "recogida". Lo único de lo que se sentía culpable era el no habérsele acercado desde antes, pero su padre le solía exigir demasiado para que fuera un futuro gran emperador de Kou, solo en sus poco tiempos libres podía pasarlos con Koumei y con Kouha... hasta que llegó ella y por rumores supo cómo la trataban, que era una chica muy tímida que ya había empezado a aislarse y no, no lo iba a permitir.

En el fondo se sintió decepcionado de saber cómo se comportaban sus hermanas, ¿cómo podían ellas atreverse a tratar mal a su propia hermana? Jamás entendería ese pensamiento tan patético.

Soltando un suspiro ante el recuerdo se recostó en el respaldo de su silla que estaba en la biblioteca, se había terminado por perder en sus recuerdos que ni siquiera de dio cuenta del momento en el que Koumei entro y suponiendo que era ignorado, se quedó dormido en el sofá que estaba ahí, otra de sus dudas existenciales, ¿cómo le hacía para dormir todo el tiempo? Se levantó, acercándose al pecoso y comenzó a llamarlo moviéndole el hombro con suavidad, para poco a poco ir aumentando la fuerza y casi terminando por tirarlo al suelo, era la única forma en la que su hermano come palomas podía despertar.

Te Amo a Mí ManeraWhere stories live. Discover now