El Día Llego (2da parte)

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Finalmente habían llegado a las costas del Imperio, mas no eran los únicos: barcos de otros países también zarpaban hacia el puerto. Sus pasajeros: reyes, príncipes o representantes que habían sido invitados a la fiesta.

Pero también, venían las otras seis hermanas menores de Kouen, todas ya casadas con reyes o príncipes y así hacer crecer más el Imperio Kou. Las princesas estaban que no cabían de la emoción, no solo por regresar a su hogar, sino porque verían nuevamente a Kouen, Koumei, Kouha y Kougyoku; de quien no creían capaz de organizar una fiesta digna para su hermano mayor. Pero al ver como hasta las casas y calles del Imperio estaban adornadas, prácticamente no supieron que decir.

El palacio ni se diga, con decoraciones simples pero elegantes y cortinas de los colores favoritos del primer príncipe, adornaban pasillos, muros y por supuesto, la sala donde se realizarían los bailes.

Los enormes jardines no fueron desaprovechados, enormes mesas con deliciosos platillos, postres y bebidas esperaban sobre ellas. Los músicos tocaban melodías agradables, los sirvientes servían todo tipo de bebidas, y por supuesto, todo iluminado con lámparas redondas colgantes y antorchas colocadas en diversos lugares.

En su habitación, Kouen terminaba de vestirse, pero desde su ventana podía ver el tierno y hermoso detalle de su hermana. Normalmente no era el tipo de hombre que aceptaría que le hicieran una fiesta, si no se celebraba una victoria de alguna guerra. Pero recordando que no estuvo cerca de Kougyoku cuando más lo necesitaba, no se sintió con el derecho a negarse. Incluso sus generales y compañeros de entrenamiento, le comentaban que la pequeña princesa no descansaba porque siempre estaba atenta a que nada faltara, la comida quedara tal y como a él le gustaba, incluso tenia a Indra como su consejero. Según lo que le contaron, su hermana le pregunto a Indra como eran las fiestas en su país, el castaño no se negó a contarle e incluso también estuvo cuidando que todo se hiciera tal como se lo había contado a la joven, claro sin descuidar al pequeño Juba.

Pero también había escuchado que cuando el joven no acompañaba a la menor, este "desaparecía" cuando en realidad se iba a una habitación privada donde se quedaba varias horas únicamente en compañía de Juba. Aunque eso le causo curiosidad al príncipe, decidió preguntarle después. Hoy no desilusionaría a su hermana.

Por su parte, otro príncipe yacía pensativo, no dejaba de recordar la promesa que había hecho y que no estaba seguro si podría cumplir. Dio leves suspiros, se preguntaba qué haría si no lograba su cometido, ¿ella lo aceptaría?, el espera que sí. Vio sobre su cama, su traje para la fiesta, realmente no quería asistir pero tenía que hacerlo. Así que entro a darse un baño para luego comenzar a alistarse, al mismo tiempo que pensaba en la pelirroja que amaba.

De vuelta en el puerto, los guardias imperiales llegaban al muelle al reconocer las banderas de Sindria, nación que no había sido invitada

- Buenas tardes, bienvenidos al Imperio Kou

- Gracias - saludo Ja'far - perdonen, pero, ¿acaso celebran algo?

- Sí, es el cumpleaños del primer príncipe, Ren Kouen

- Oh, lo sentimos, no lo sabíamos

- ¿Pasa algo Ja'far? - Sinbad bajaba del barco

- Si, llegamos en un mal momento, es el cumpleaños del primer príncipe

- Ya veo - sonriendo - bueno, podrían permitirme hablar con la octava princesa por favor o con su magi, Judal

- Lo sentimos majestad - hablo uno de los guardias - pero el santo sacerdote está ocupado y la princesa...

- La princesa me envió por sus invitados - apareció Koubun Ka - bienvenido, rey Sinbad y a todos sus acompañantes

Te Amo a Mí ManeraWhere stories live. Discover now