Harry Potter Todos Viven. El Principe Mestizo.

Un recuerdo borroso.

El mensaje de Tonks apenas había sido entregado cuando la campanilla que alertó a la familia sobre una brecha en el límite de la propiedad revoloteó por la casa. Harry metió su copia de Elaboración avanzada de pociones entre los cojines del sofá.

"¿A qué viene el Ministro aquí?" preguntó.

El rostro de Sirius era sombrío. "Cantar villancicos, estoy seguro."

Remus se veía extrañamente pálido, incluso para el día después de una transformación. "Debería irme", dijo.

Lily tomó un sorbo de su té y no miró a Remus. "¿Por Tonks o el Ministro?"

"Ahora no, Lils" suspiró James. "Tenemos tal vez una hora hasta que llegue aquí. Prioriza."

"Acabamos de terminar el lote de Wolfsbane de este mes, así que esas botellas están vacías", Lily marcó cada elemento en su dedo mientras los decía. "Pero tenemos a mano un exceso de pociones de reabastecimiento de sangre de emergencia que pueden parecer sospechosas".

"Harry" dijo James, "lleva las pociones para reponer la sangre en ese rincón detrás de tu armario. ¿Puedes?"

Cuando Harry se apresuró a entrar en la cocina, Lily le gritó: "¡No duran lo suficiente como para que valga la pena conservarlos! Solo tíralos".

Harry abrió el armario de pociones de los Potter y sacó todos los frascos y botellas de color rojo brillante que pudo encontrar. Su madre era excelente etiquetando y organizando, por lo que no era difícil estar seguro de que tenía todos los correctos.

Acababa de vaciar la última de las botellas y estaba comenzando a enjuagarlas cuando Remus apareció en la puerta de la cocina.

"Sirius y yo nos vamos", dijo Remus. "Feliz Navidad, Harry. Gracias de nuevo por la bufanda."

Harry se enjuagó el residuo pegajoso de la Poción Reponedora de Sangre de sus manos y se apresuró a abrazar a Remus para despedirse. "Gracias por tu regalo también. ¿De verdad te vas por Tonks?".

"No estoy seguro de que a Tonks le interese verme en este momento. Independientemente, no hay mucho amor entre el Ministerio y yo. No sé si te veré antes de que regreses a Hogwarts, así que ten un buen término".

"Gracias."

"Y estoy seguro de que no necesito decírtelo, pero ten cuidado con Scrimgeour. No es el tipo de político que era Fudge, pero no es alguien a quien subestimar".

"Entiendo. Mantente a salvo."

Remus sonrió. "Tú también."

Harry siguió a Remus de regreso a la sala de estar y se despidió de Sirius. Cuando Sirius y Remus atravesaron las llamas verdes de la Red Floo y llegaron a Grimmauld Place, Lily se puso un abrigo y guantes de piel de dragón y salió al frío para desaparecer las flores, quejándose todo el tiempo de perder otro jardín de aconito. Harry terminó de lavar los platos y James limpió su gabinete de Pociones de ingredientes Wolfsbane.

Cuando el Ministro llamó a la puerta, los Potter estaban de nuevo en la sala de estar, pero el ambiente tranquilo y relajado se había desvanecido. Harry jugueteaba con su varita e intentaba evitar que su pierna rebotara. Lily había vuelto a tomar su libro, pero sus ojos estaban puestos en James mientras caminaba frente a la chimenea. Se detuvo al oír el golpe, se alisó la parte delantera de la camisa y corrió hacia la puerta.

Harry miró a Lily. "¿Deberíamos haberle hecho té? ¿Cómo entretienes al Ministro?"

"No tengo muchas ganas de entretenerlo", dijo Lily.