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—La posesión de la juventud de hoy es curiosa. —alagó Urana una vez que abrió la puerta de madera que poseía detalles simples y elegantes de enredaderas talladas.

Bella al escuchar aquello sintió vergüenza de haberse llevado por el impulso instintivo que había nacido en ella al ver a aquel individuo de la otra vez.

«No hace falta más pruebas de que aquel mocoso desobedeció la orden de mi querida Yin.»pensó en voz alta Maxam mientras iba caminando y pasando por aquella puerta sin problema alguno, debido a que está se expandía conforme a la necesidad.

Urana era una gran bruja de la manada, y sus años no eran en vano. Era muy buena en hechizos y detalles como aquellos eran propio de su hobby, que era mantener lo mejor posible preparada la biblioteca para ser convertida en lo que es primordialmente, el refugio de alta calidad para cualquier amenaza para el pueblo, el tan llamado refugio de emergencia.

—¿A qué te refieres, Maxam? —pregunta curiosa Bella.

«Aquello es asunto privado que mi querida Yin debe explicar con cautela y suavidad del cual carezco.»contestó con sinceridad Maxam.

Urana sabía que Elay no era fan de su devoción, era bien sabido que no lo soportaba y si lo hacía, era porque era importante para mantener feliz a su querida contraparte Yin. Y que este tuviera el respeto de no revelar información para su Luna era sin duda una sorpresa de gran nivel, debido al mal genio del Yang.

—El Concejo ya me ha revelado lo que tanto parecían temer, ¿porque sigo sintiendo que hay más dudas que respuestas? —pregunta totalmente frustrada una vez pasa el umbral de la puerta, quedando maravillada por el suelo empedrado y la gran fosa de agua que despedía una leve neblina procedente del calor.—Wow.

«Somos un misterio mi luna, y no es fácil revelar nuestra historia porque también trae el recuerdo del dolor. No digo que me lastime a mi, sino que... Leongina es muy sensible a ciertos recuerdos, y es muy cerrada a compartirlos. No es por desconfianza hacia ti, sino que.. Miedo a ella misma, aunque la mayor parte de lo sucedido fuera mi culpa» admitió Maxam con tanta certeza que por unos minutos tuvo que detener su caminata y contraer su rostro en un agudo dolor en el corazón al respirar.

—¿Maxam...? ¿Q-que pasa? —pregunta totalmente descolocado Bella al verlo así. Acercándose preocupada al gran lobo, que cedió sobre sus patas al suelo, cerca del agua termal.

«Hablé de más... Ugh...» se queja adolorido tratando de recomponer se ante el dolor que su Yin sentía con solo mencionarse en la conversación su propio pasado.

Aunque Leongina no estuviera consciente, no querría decir que no escuchara lo que se hablara, solo que no podía interactuar como se debiera debido al cansancio, dolor y angustia del miedo ante todo lo que había pasado, el miedo era más que nada percibido de Bella que por reflejo afectaba al gran lobo en conjunto.

—Yo...

—Los dejaré un momento en privacidad, mientras busco más crema medicinal. Querida Bella, haz que esté bien limpio. —advierte suavemente Urana, antes de marcharse tras la puerta.

Ambos se ven envueltos en una suave y delicada iluminación por antorchas en aquel lugar subterráneo, que no era ni muy fresco ni muy cálido, era templado. No se sabía cómo era posible aquella reacción, pero se sentía agradable. Maxam poco a poco tras unas cuantas respiraciones cortas y no profundas, porque las últimas dolían peor; se fue acercando a hurtadillas hasta la orilla de la termal, mirando curioso a Bella.

«¿Harás algo al respecto mi pequeña Luna, o deberé ser yo quien me escape de esta fastidiosa ducha?» preguntó divertido al verla como estatua, tan pensativa.

—Yo...

Isabella Swan, Mi LunaWhere stories live. Discover now