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Elay no perdió tiempo en la petición para su Alfa, fue por lo pedido, las vestimentas que la modista de la manada Ginonix proveía mundialmente eran de las más grandes e indispensables para todo cambia formas que hubiera. Había sido originalmente concebida por la bruja y hechicera Urana Runirix con la intención de ayuda a la versatilidad de algún material para la vestimenta de la manada y nieta, sin embargo, no poseía habilidades o conocimientos textiles por lo que, ayudó a su bisabuela Marié Evalin Skene-que propiamente había encontrado a su mate en la manada-, a crear la primera vestimenta útil y únicamente exclusiva para la especie de metamorfo, con la capacidad de resistir cualquier rompimiento de tela ante la transformación logrando que en vez de romperse se transparentara como una piel más a la hora de estar en contacto con la piel de la transformación siendo un muy invisible collar de cuerdas que al cambio de nuevo a la forma humana, este pudiera adaptarse al cuerpo y ser una vestimenta que pueda cubrir las partes anatómicas del humano en necesidad. Una invención difícil de explicar, pero fácil de utilizar. Pero solo se conseguía mediante un trato directo de la manada Ginonix y de la realeza con la manada, había gente que no lo tenía no porque fuera imposible de costearlo o conseguirlo, sino que era más bien imposible de otorgar a quienes fueran rebeldes rogues o quienes hubieran atentado al orden de la jurisdicción Ginonix.

Al menos eso recordaba en referencia a la vestimenta que el Alfa mejor amigo que tenía le había pedido para la luna de la manada Spain, aún estaba intrigado ante la situación que su Alfa por amistad debiera de sobrellevar ante los traumas que Leah Clearwater tuviera con el Alfa actual de su tribu, tal vez en algún punto fuera considerado el hijo de la pareja, claro en el caso que no encontrase aún a su compañero.

Tan entretenido iba pensando en esas cosas que en cuanto llegó a la biblioteca, no pudo pasar más de las grandes puertas de robles porque un intenso dolor existencial tanto alma como su cuerpo llegaron a percibir, a tal punto de dejarlo colapsado en el suelo que si no fuera por la abuela Urana, hubiera sido un huevo roto contra el suelo.

—Apenas pisas mi suelo, y ya caes rendido. Eres de los que no hay. —se queja Urana.

—D-due...le...agh...—soltó un quejido estrujando su ropa en el lado del corazón, sentía unas horribles puntadas en ese lugar, como si su alma fuera traspasada por una aguja invisible sólo para torturar lo.

—Dios mío, es ella. —exclamó Urana.

Elay al querer hablar y sentir nuevamente la necesidad carnal en su ser, supo de que se trataba pero sabía que ahora estaba en buenas manos aunque no lo quisiera aceptar, pero... Una duda surgió en su mente: ¿porque carajos dolía el enlace Soulmate-alfa? Solo pasaba eso sí yin estaba herida sentimentalmente. Y esta vez, él no había sido el culpable.

—El celo... Es el celo... Abuela.

—Joder, esa niña, ya me sabía que iba a suceder de nuevo. Y que vuelvan a revolcarse no es una opción. Por lo que deberemos buscarlas. —dice Urana con determinación, ayudando a levantarse del suelo.

Elay no podía hacer mucho en esta situación, mas que nada porque ya no estaba en sus manos. Pero quería ayudar, pero el dolor era grande y no lo dejaba moverse.

—No hace falta, la alfa me ha pedido que no la busquemos, no esta con la luna. —dice Jonas en su forma de fénix, entrando por la ventana.

La ave estaba muy segura hasta que su información fue quebrada tras un gran aullido de dolor hacia la dirección de las costas del territorio Quileute. Logrando que las plumas del fénix se estremecieran.

—Discutieron... Ya veo, es por eso tu dolor del corazón. —comenta Urana al ver tan dolido al soulmate de su nieta.

—¿y porque no están haciendo algo? Mi alfa está fuera, necesitando ayuda, voy yo a dárselas, o la llevan ya. Duele mucho, Joder. —gruñe por lo bajo Elay ante la sensación de calor invadir lo por culpa de Leongina.

Si Leona no la marcaba, no sacaba su celo con la Luna, para el todo empeoraría, debido a que aún no había encontrado a su mate y eso no era para nada bueno.

—Iré a informarle a la Luna. No sé preocupe, y resiste Elay. Tú... Puedes.. O eso creo. —dijo algo dudoso el fénix flamante, yendo rápidamente a por Bella. No había tiempo que perder.

—Bueno niño, nosotros también deberemos estar cerca, algo me dice que nos necesitarán. Pero no de la manera sexual. —advierte seria Urana, la hechicera de la manada.

Tras decir eso un sello extraño se pintó bajo ellos en el suelo, con un gesto de manos atrajo dos objetos hacia ellos, un libro y un bastón. Y sin decir más el sello se iluminó en color verdoso y los absorbió llevándolos a su destino, la divisoria que hacía el bosque de la playa de Push. El fénix había llegado antes que ellos y Elay sencillamente se empezaba a volver loco, realmente estaba a punto de desfallecer de no ser porque de entre los árboles pudo ver en una cancha cercana a un grupo de chicos jugando vóleibol, por un momento al aspirar profundo, sujetarse de un árbol como si fuera un fuerte pilar, pudo encontrar ese delicioso aroma a café inglés y frutos del bosque, un perfume natural que lo sedujo completamente, dejándolo ido en el horizonte o hacia ese grupo de treschicos jóvenes, olvidándose completamente de la situación dolorosa con su Alfa soulmate, como si por fin, las cosas salieran a su suerte, porque el aroma provenía de su mate, alguno de aquel grupo era su compañero de vida.

Mientras que Urana estaba relajada por ese tema al percibir la magia calmar ese lado, ella decidió ayudar en la privacidad de la castaña que había sido traída tal parece por el fénix, y que también le había dicho donde exatamente estaba, dejándola que pasara en la dirección de aquella gran roca en la zona muy cerca del mar. Pensó que lo mejor para la situación sería...

—La Alfa pide por favor que nos marchemos. Una idea por mi parte, si no le molesta que lo diga, sería concederle un poco mas de privacidad. No estamos en nuestros territorios y... —empezó a decir algo nervioso de no agradar a la bruja.

—Estaba pensándolo igual joven Beta, no se preocupe, ya lo arreglo. —correspondió Urana, y tras ello, buscó la información de un sello que permitiera lo que se necesitaba en un buen rango de esta playa, y sin más con el bastón se lo concedió, levantando un gran campo transparente e insoro para quienes necesitasen de ello.

Logrando que los jóvenes que se encontraban allí como el Alfa de la tribu apunto de buscar explicaciones fueran interrumpidos al sentir y ver como una cúpula se extendía por cierta zona. Manteniendo alejados a muchos de allí.

—Eso servirá hasta que resuelvan sus problemas o necesidades. Mientras... Elay vê a conocer a tu compañero. —lo empuja la bruja y el rubio cae al suelo totalmente asustado.

—¡Oye!

—Ve a conocer a tu compañero, ¡ya! —dijo con total seriedad.

Que para cualquier persona que estuviera a los pies de los demás, osea en el suelo, aquella bruja se vería super tenebrosa desde ese punto, siendo incapaz de desobedecer la.

—¡S-si, Señora!

Y sin más a trompicones fue hacia el lugar de donde se podía percibir el aroma, claro que antes de haber llegado a ese lugar, la bruja se había encargado de llevar el recado al Alfa Spain, después de todo, Elay no siempre recordaba completamente sus misiones como beta del alfa.

Su prioridad siempre sería el Alfa Hembra, sin embargo, parecía que ya no sería eso del todo cierto. Porque en aquel grupo estaban: Jacob Black, Quil Ateara Junior, y Embry Call.

La pregunta del millon: ¿quién de ellos era el compañero de Elay?

Isabella Swan, Mi LunaWhere stories live. Discover now