El pesar de una diosa

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¿Sabías que?

De las servants que hasta el momento han sido convocadas, la que ha tenido más pensamientos pervertidos con Bell es Martha.
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Bell estiró su mano izquierda en dirección a Gray y lo último que vió fue como la servant clase Assassin caía sin reacción al suelo, mientras escuchaba los gritos que parecían pertener a Martha.

Narrador

Después de que Bell perdiera la consciencia habían pasado unos cuantos días, las demás miembros de la familia Astrea en ese lapso de tiempo, habían llevado a sus miembros heridos e inconscientes en la posada que se habían estado hospedando y afortunadamente había quedado en la zona más "ilesa" de Tanzaku Gai.

Astrea les dió un par de días libres al resto de sus miembros que aún estaban concientes y dónde la mayoría estaban totalmente exhaustas debido al enfrentamiento contra Rizo, aúnque Scáthach hizo caso omiso y paso esos dos días haciendo lo posible con sus runas para curar las heridas que poseía el trío que consistía en Atalanta, Bell y Gray y dónde está última Scáthach paso más tiempo tratando de erradicar la maldición que poseía su más reciente alumna, aunque sin mucho éxito, lo máximo que pudo hacer la reina de la tierra de las sombras fue controlar los efectos y el daño que dicha maldición que afectaba a la servant clase Assassin.

Durante esos dos días las demás miembros así como la diosa periódicamente casa cierto tiempo iban a revisar la condición de dicho trío, dónde Martha como la última vez se sentó a rezarle a su mesías pidiendo que Bell de despertara pronto.

En el segundo día Atalanta fue la primera en despertar, pero aún sufriendo los efectos secundarios de usar su segundo noble phantasm, aunque la cazadora casta estaba agredecida de que no había sido consumida por la locura de su transformación y muerto en el proceso, así que a pesar del dolor que sentía en cada célula de su ser, dejando ese tema de lado Atalanta estaba relativamente bien y se juró por Artemisa, que en el futuro cercano no utilizaría su segundo noble phantasm en el futuro cercano.

Aunque Atalanta no le importó su dolor y una vez que se enteró en el estado en el que se encontraba Bell y Gray lo primero que hizo fue ir los a ver y cuando entró en la habitación fue a Astrea viendo con tristeza a las camas dónde se encontraban tanto el peliblanco y la peligris.

Astrea: -sin mirar a Atalanta- Sabes deberías de estar descansando, tu cuerpo sufrió una gran tensión mientras tomaste tu segunda forma
Atalanta: No puedo quedarme en acostada con ellos en ese estado
Astrea: ¿Quien te lo contó?
Atalanta: Cecil y Mash, creyeron que tal vez pueda ayudar con la maldición de Gray
Astrea: ¿Tienes experiencia?
Atalanta: -señalando sus orejas de león- Mis orejas y mi cola son productos de una maldición que Afrodita me impuso
Astrea: -suspirando- Esa mujer es un dolor, incluso en otros mundos, relamente creí que eras una chica bestia de nacimiento, además no te veo como una persona que sea capaz de enojar a los dioses y ser merecedora de tal castigó -mirando a Atalanta - ¿Fue porque envidiabatu belleza o tu relación con Artemisa?
Atalanta: -negando con la cabeza- Ninguna de las dos -suspirando- es uns historia larga y complicada, pero en resumen en un punto de vida mi "padre" quería obligarme a casarme ya que era una clase de princesa, yo puse la condición que me casaría con un hombre que fuera más rápido que yo
Astrea: -recordando la plática que tuvo cuando Atalanta se unió a su familia- Oh ,el voto que juraste por Artemisa, aunque es sorprendente que en realidad seas una princesa (Tiene un cierto parecido con la Historia de uns dependiente de Hermes)
Atalanta: Bueno realmente no soy una princesa ya que mi padre me abandono en un bosque cuando nací por qué no era un varón -mirando a la nada- pero esa es otra historia, el tema que después de ciertas circunstancias, mi padre organizo un evento donde varios hombres me retaron en múltiples carreras, hasta que un hombre llamado Hipómenes que había hecho un trato con Afrodita me tendieron una trampa y el ganó el derecho de casarse conmigo, al final ese hombre no cumplió el trato con Afrodita nos transformó en leones como castigó además de tratar de regalarnos a la diosa Cibeles para que tiremos de su carruaje, afortunadamente solo Hipómenes obtuvo ese destino
Astrea: -negando con la cabeza- A veces me preguntó ¿Cuántas vidas inocentes han sido arruinadas por un capricho de un Dios? -riendo amargamente- se supone que nosostros seríamos su guía y una fuente de esperanza, pero mira lo que hemos hecho, nuestra primera creación totalmente aniquilada por cometer un tabú, casi exterminamos una raza por despecho -suspirando- y de ahí un sin fin de atrocidades que muchos de nosotros hemos hecho, incluso el dios más puro, amoroso y misericordioso tiene manchadas las manos con algún pecado, hasta nuestra última creación que son las razas que habitan esté mundo han sufrido desde que bajamos del Tenkai con el pretexto de vivir como ustedes lo hacen...pero es una vil mentira, hay días que me gustaría romper aquel juramento y decir toda la verdad incluso cuando se que eso significará mi final

Atalanta escucho atentamente mientras Astrea parecía desahogarse, ya que a pesar de que la diosa no participo activamente en la pelea, no significaba que no le afectará los sucesos, siempre es duro ver tanta muerte sin importar si era una deidad y aún más cuando el causante de tal atrocidad era un fantasma de su pasado.

Ella como diosa de la justicia le era una agonía ver como seres sufrían injustamente y que ella no pudiera hacer nada o peor aún aún que hiciera todo lo que ella podía y no fuera suficiente.

Por su parte la cazadora casta solo escucho, no la juzgó, no la crítico, no la aconsejó, simplemente por qué no podía hacerlo, después de todo para Atalanta no podía entender del todo el tormento que Astrea pasaba, la servant clase Archer, aquella que vivió en la era dorada de los dioses y a pesar de su historia con algunas de estas deidades, aún sentía algo de respeto así que se sentía incapaz de decir algo referente al asunto de Astrea.

Astrea: Pero sabes, a pesar de mi de mi deseó de hacer lo correcto, mi egoísmo no me lo permite...me enamoré de vivir aquí junto con mis dependientes, tratar de hacer lo correcto e impartir justicia, ame a cada una de ellas...mi mundo se derrumbó cuando un día solo una de ellas regreso de una expedición, su cuerpo lleno de sangre y repitiendo una y otra vez los momentos finales del resto de mi familia... escuchar que no quedó ni un restó hizo que una parte de mí muriera ese día...pero tuve que mamterme fuerte por mi única que hija que sobrevivió... quería luchar, quería justicia... quería venganza...pero mi última hija no me lo permitió...me sacó de Orario para protegerme...se que ella está viva, su conexión con mi falna me lo dice...pero no pude hacer nada por ella, de seguro tuvo que cruzar la línea entre el bien y el mal...y no estuve ahí para ella...al igual que no estuve ahí para mí demás dependientes...al igual que no pude estar para ustedes esa noche y sobretodo -mirando a Bell y a Gray- No estuve y no puedo hacer nada por ellos

Lentamente y silenciosamente Astrea comenzó a llorar un poco aunque antes de Atalanta pudiera hacer algo, la deidad se limpió rápidamente las lágrimas.

Astrea: -dando una sonrisa amarga- Pero no es momento para llorar...tengo una eternidad para lamentarme, por ahora trataré de hacer lo que este a mi alcance... gracias por escucharme Atalanta y no te exijas demasiado, después de todo aunque eres fiel seguidora de Artemisa yo te veo como una hija más

Astrea dejo la habitación rápidamente, dejando a una pensativa Atalanta, aunque la cazadora casta miró a un rincón de la habitación y habló.

Atalanta: Creó que es descortés para alguien de tu posición escuchar conversaciones ajenas Scáthach

De las sombras un par de ojos rojos como la sangre surgieron y poco a poco las sombras revelaron la forma de la miembro más fuerte de la familia Astrea.

Scáthach: Tal vez, pero en mi defensa no escuché demaciado, solo venía a ver cómo se encontraba Master y mi alumna, pero al ver el estado de la diosa no quise interrumpir
Atalanta: Que conciderado de tu parte -viendo a Gray- ¿Tus runas no pueden remover la maldición?
Scáthach: -dando un suspiro molesto- No, pero al menos pueden controlar los efectos de está, aunque solo esto es temporal, llegará un punto en que mis runas no podrán hacer más por ella, ¿Tienes experiencia removiendo maldiciones?
Atalanta: Bastante, aunque no soy tan habilidosa como Medea, aprendí un poco con ella ya que al idiota de Jason era maldecido en cada viaje que hacíamos, incluso gracias a Medea pude remover parcialmente mi maldición -señalando sus orejas -
Scáthach: -arqueando una ceja- ¿No para ese entonces ya era la bruja de la traición?
Atalanta: -encogiéndose de hombros- Solo me ayudó por ser víctima de Afrodita, nada más nada menos

Al terminar de decir eso Atalanta con un poco de molestias, se acercó a Gray y comenzó a revisar a la servant Assassin.

Atalanta: -frunciendo el ceño- Esto es peor de lo que imaginé, incluso entro en un estado de coma
Scáthach: En si la maldición no es el problema...
Atalanta: El problema es que la maldición está luchando con una maldición previa y cada una está luchando por el dominio haciéndolas mutar y matando rápidamente a Gray -mirando a Scáthach- Tal vez sea necesaria la ayuda de un Caster

¿Está mal tener un harem de lindas servants? Ruta 1: Rebirth of a hero Where stories live. Discover now