Kato Haru nunca creyó que alguien podía hacerlo sentir tan fuera de control, ni siquiera conocía que podía perder la cordura tan fácilmente y someterse ante su deseo mejor guardado, nunca hubo alguien que lo hiciera sentir así, nadie que no fuera Da...
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─ ... Suke... ama... ¡Daisuke-sama!
El mencionado abrió sus ojos en cuanto distinguió que lo llamaban, lo primero que vio fue a una chica a su lado, quien sostenía su mano con preocupación sin igual, lágrimas inundaban sus ojos mientras que el pelinegro sentía que acariciaba su rostro.
─ ¿S-Suzue?
─ ¡Daisuke-sama! ─la mujer se abalanzo a abrazar a su familiar ─ ¡No sabe lo mucho que me asusté al saber que estaba en el hospital!
Daisuke no dijo nada, solo palmeo suavemente la espalda de la mas joven para poder tranquilizarla, se fijo entonces a su alrededor y vio que estaba en una sala privada exclusiva para la gente VIP, sonrió ante ello, parecía que su prima ya se había hecho cargo de los trámites.
En eso y sin previo aviso, la puerta se abrió, mostrando a un Haru cansado, quien de inmediato cambió su expresión a una de sorpresa y a la vez tristeza ligera.
La mujer que abrazaba a Daisuke de manera tan amorosa había resultado ser una belleza en todo el sentido de la palabra, a pesar de su parecido con él, ella tenía ese carisma y encanto que hacía que cualquier que la viera cayera a sus pies.
Su vestimenta indicaba que su posición económica no era muy inferior a la de Daisuke, la forma en la que se paró cuando entró, ese elegancia al ajustar su ropa y acomodar un mechón de su cabello detrás de su oído.
Haru jamás se sintió mas inferior en su vida como ahora y no pudo evitar reírse, ¿Como podía esperar que Daisuke viera a alguien mas si tenía a semejante chica a su lado?
─ Lo siento, no sabía que alguien mas ya estaba aquí, solo quería checar tu condición, pero me dijeron que habías sido trasladado
─ Oh, lo lamento, Daisuke-sama no me dijo que debía avisarle a alguien ─Suzue se levantó de inmediato y se acercó a Haru ─ Disculpa mis modales, mi nombre es Kambe Suzue, es un gusto conocerlo, inspector Kato-sama
─ Oi, solo Kato-san esta bien ─Haru se mostró nervioso ante la forma tan formal en la que fue dirigido ─ Espera, ¿Sabes quien soy?
─ ¡Por supuesto! Daisuke-sama siempre-
─ Ejem, Suzue, es suficiente, el inspector Kato debe retirarse y no hay que obstruirle el paso
Haru se mordió la mejilla interna ante la forma en la que Daisuke practicamente lo estaba echando del cuarto, le costó demasiado entrar para poder verlo y pasar todos los requisitos de seguridad como para que ahora se comportará de esta manera.
Pese a que mostraba ira, sentía un gran vació de decepción y tristeza nuevamente, porque como un idiota había tenido la esperanza de que tal vez las cosas entre ellos estarían mejor luego de haber pasado por tanto juntos.
Que equivocado estaba.
─ Pero, si acaba de llegar-
─ Él no tiene nada que hacer aquí, los criminales han sido aprendidos, nuestro trabajo como compañeros de misión ha culminado, no somos nada ahora, así que él debe de regresar primero ─la voz del pelinegro se volvió tan fría que Suzue se vio siendo incapaz de reconocerlo
