Two worlds collide

3: Me las pagaras!

Narrado por Anabette:

Si había algo que me molestaba y me quitaba toda, absolutamente toda mi paciencia (claro, si es que tenía?) era la estupidez humana...

Pero la estupidez masculina me daban ganas de cortarles las pelotas para jugar al golf.

Más la estupidez que ese estúpido chico tenia, ¿como demonios una persona podía irradiar tanta mierda?

Mi trasero dolía por sus dos choques y mi cabeza parecía apunto de estallar para dejar escapar mi cerebro...¡estaba así de malas por un chico! ¡Por un condenado ser humano con un pene entre sus piernas y un cerebro lleno de telarañas!

Me las iba a pagar y muy, muy caro.

-¿Por qué presiento que ese chico deseara no haberte conocido?- revolví la pasta que había en mi plato y desvíe la vista para verlo a lo lejos en la mesa de los que suponía, eran los "populares". El chico le sonrió a una porrista, ella estaba casi encima de el y se notaba desde kilómetros de distancia que si el la invitaba a la habitación del conserje sus bragas quedarían húmedas..

Claro, si ya no lo estaban.

-Ese chico deseara no haber nacido, eso lo prometo o yo me dejare de llamar Anabette Evans.

-Ahora eres Leah Evans- me corrigió mi gemela.

-¿Quieres que llame a Ronnie? El chico del cuadro de fútbol americano?- ella negó con su cabeza mientras sus ojos se abrían con terror- ¿Segura? El estaría encantado de que volvieras a ver su....

-Ya calla Annie!- apenas dijo eso tapo su boca con ambas manos mientras sus ojos se abrían como si fuera un pequeño cordero frente a los faroles de un coche.

-¿Cómo mierda me haz dicho?- inquirí, mi voz totalmente seria.

Eso era condenadamente dulce y, ¿adivinen qué? Mi perra interior (¿o no tan interior?) detesta lo dulce.

-¿Lo siento?.

-Tienes tres segundos para correr antes de que me encargue de hacer un desastre con tu cabello- advertí mientras la veía tomar su bolso y colocarse de pie - 3...2...

Ella se largo a correr fuera de la cafetería y todas las miradas estaban en ella.

-A la mierda la cuenta regresiva, quiero venganza- dicho esto me largue a correr detrás de ella.

Ella era realmente rápida pero yo era porrista, tenia una destreza física que ella ni en sus mejores sueños tendría y eso era un hermoso punto a mi favor.

Corrí detrás de ella y me lance sobre su cuerpo cuando estuve lo suficientemente cerca para hacerla caer.

Ambas nos estrellamos contra el suelo pero no tarde en acomodarme sobre ella y tomar su pelo en un puño apretado.

-Dije "¡lo siento!".

-¡Un "lo siento" no arreglara la diabetes que le causas a mi nombre!- dije mientras acercaba peligrosamente mi rostro al suyo- No me interesa que tengamos rostros iguales, yo me encargare de marcar nu la diferencia en el tuyo la próxima vez que escuche ese sobre nombre, ¿entendido?

-S...si- titubeó.

-No lo escuche bien, ¿quedo claro, Anabette?

-Si Leah- me levante y le ayude a colocarse de pie para luego arreglar mi cabello nuevamente sobre mis hombros...todos me estaban viendo.

¿Es que acaso jamas vieron a una chica derribar a otra con tanto estilo? Vaya, esa secundaria tenía muchas cosas que ver y yo me encargaría de eso.