5: estupido Collins

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Narrado por Anabette:

No quería decepcionar a mi padre, le tenía un enorme montón de preguntas de porque me abandono pero solo encontraba una respuesta para eso: nosotras.

O principalmente yo.

Para el nosotras eramos una carga, nada por lo cual valiera la pena quedarse y eso dolía...por que si tu padre no lucha por tenerte entonces nadie lo hará.

¿Quien me querría ahora? Era una estúpida superficial, así me sentía aunque no lo diera a conocer jamas, tenia demasiadas inseguridades.

¡Yo no debía ser así!

Me levante enojada y guarde el papel donde estaba la "firma" de mi padre, encontré un papel firmado por el en la sala de la casa y no tarde nada en falsificar su firma.

Prefería que me echaran del colegio a que mi padre sintiera que la carga había aumentado, ya había decepcionado a mamá con mis actitudes así que no podía también decepcionarlo a el.

Solo servía para decepcionar a las personas.

Tome mi bolso y me di una ultima mirada en el espejo que había comprado para mi lado de la habitación, me estudie de todos los ángulos posibles y solté un suspiro exasperada.

Salí del dormitorio y baje las escaleras en un trote rápido, ahí me encontré con Leah en la sala.

-Buen día- sonrió dulcemente y me ofreció una taza de café, negué con la cabeza y con un gesto de mano le señale el reloj de pared.

-No tiene nada de buenos cuando tengo que ver a señor "mojo las bragas de todas" cuando realmente es...agh, estúpido Collins- Leah mordió su labio para no reír- ¡Y tu te ríes! ¿Sabes qué? Me voy y tu por favor, hazte dar- tome mis llaves y salí de la casa, me coloque los auriculares y mi lista de Taylor Swift no tardo en comenzar a sonar.

Apure el paso para llegar en hora, no quería otra razón para extender la detención pero algo me hizo frenar frustrada.

Una mano se apoyo en mi hombro y me hizo girar para encontrarme con el rostro mas sensual que había visto en mi vida pero al mismo tiempo con la persona mas irritable que podía existir en el planeta tierra.

Una sonrisa de costado se formo en su rostro provocando que yo rodara los ojos y tirara de uno de mis auriculares para escuchar lo próximo que iba a decir.

-¿Tan apurada por verme?

Esta vez fue mi turno para rodar los ojos.

-Estoy apurada por ir y terminar con esto lo mas rápido posible idiota- voltee y continúe caminando mientras el se ponía a la par de mi.

-¿Te das cuenta que tendrás el privilegio de verme durante toda una semana tu sola?- hizo un sensual sonido con su garganta- Y yo tendré el placer de poder verte todos los días...y quien sabe si...- lo interrumpí.

-Te voy a tener que escuchar en detención así que cállate ahora y hazme un favor. Eres estresante- Realmente lo era pero también sentía diversión al ver lo insistente que era.

-Soy cualquier cosa menos estresante, mira: soy sexy, futuro capitán del equipo de fútbol americano, cuerpo ardiente, huelo bien y puedo hacerte disfrutar- termino con un guiño de ojo ganando una leve sonrisa divertida de mi parte.

-Cállate, te haz equivocado porque nada de lo que dijiste es algo que me interese por completo.

Ladeo la cabeza y me quedo viendo mientras una de sus cejas se arqueaba.

-¿Por qué no?.

-Porque todo lo que dijiste fue superficial, eso habla mucho de ti, Collins- esta vez me largue a correr la media cuadra que me faltaba para llegar a las puertas del instituto y entre lo mas rápido que pude. No me sorprendí cuando sentí sus pasos seguir los mios, por algo estaba en el equipo de fútbol.

Yo podría tener un buen rendimiento pero el era muchísimo mejor que yo.

-Buen día- dijo la señora que estaba en secretaria, mire a Ethan e hice una mueca con mi nariz.

-No veo que tiene de buenos- respondí mientras le entregaba el papel- Ahí esta firmado por mi padre.

Sus ojos comenzaron a revisar el papel, leyendo completamente todo y deteniéndose para estudiar la firma de mi padre. No pude evitar retorcer mis dedos nerviosa, si se daba cuenta de la falsificación estaba en problemas.

Grandes problemas.

-El profesor De la Garza dijo que limpiaran las ventanas, el suelo y todo lo que pudieran en 1 hora. Les toca el salón de clases número 23- deje soltar el suspiro que estaba conteniendo sin notarlo y asentí con mi cabeza mientras tomaba las llaves de la habitación del conserje para que tomáramos las cosas necesarias de allí.

-¿Por que te haz puesto tan nerviosa?- no le respondí, entre en la habitación del conserje y tome un cubo, coloque dentro varios productos que íbamos a necesitar y voltee.-¿Me vas a decir?- lo volví a ignorar y seguí mi camino, entre en el salón 23 y deje mi bolso junto con las cosas justo sobre el escritorio.

-No tengo nada que decirte- Me justifique mientras ordenaba los productos- Agh, olvide los guantes. Tengo que ir...- sentí un "clic" detrás de mi y voltee para ver como jugaba con la llave del salón en su mano.

El idiota nos había encerrado a ambos dentro de la sala.

-Nadie va a entrar o salir de aquí hasta que tu me digas porque te pusiste nerviosa.

-No estaba nerviosa- dije en mi defensa mientras levantaba mi cabeza, no queriendo parecer débil.

-¿No? ¿Entonces es muy complicado ponerte nerviosa?- pregunto mientras se acercaba a mi, por instinto comencé a retroceder.

Lo quería lo mas lejos posible, Ethan era el tipo de chico que haría peligrar tu cordura si se acercaba lo suficiente.

-No me pongo nerviosa con facilidad- guardo las llaves en el bolsillo trasero de sus jeans justo cuando yo choque mi espalda con la pared, sonrió perversamente y no dejó de avanzar en mi dirección.

Me puso nerviosa pero no lo iba a admitir.

-Entonces...¿tenerme así de cerca no te pone nerviosa?- sus brazos se colocaron a cada lado de mi cabeza y su cuerpo se inclino hacia abajo para suspirar sobre mi rostro y tuve que apretar mis puños para no tirar de su camisa hacia mi.

-No, para nada... Te crees demasiado, ¿verdad, Collins?- logre preguntar en un susurro, no veía la necesidad de levantar la voz cuando el estaba jodidamente cerca para escucharme.

-Tu te crees muy indescifrable, ¿verdad, Evans?- su rostro se fue hasta mi cuello y lo dejo allí, tentándome.

-¿Por que lo dices?- dejo un beso en mi cuello y casi en el momento tuve una genial idea.

El quería jugar, ¿verdad? Yo amo voltear los juegos.

-No eres tan superficial como te haces ver, apuesto a que eres mas débil de lo que demuestras. Puedo tenerte si me lo propongo- mis manos fueron a sus caderas y lo pegue a mi, para mi disfrute (también el suyo por el pequeño sonido que no pudo evitar) y para luego deslizar mi mano por su trasero hasta el bolsillo trasero.

Tome las llaves y levante mi rodilla a la misma vez como tanto lo había hecho antes, el golpe en su entrepierna lo tomo por sorpresa así que se doblo del dolor. Fue el momento perfecto para escabullirme y abrir la puerta mientras intentaba contener la sonrisa victoriosa que se adueñaba de mi rostro.

-No te metas en un juego si no estas seguro de que puedes ganar- levantó su rostro y sonrió de costado.

-¿Quien dijo que el juego ya había terminado?

Two worlds collideWhere stories live. Discover now