2°T- Zach

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Maratón Ann:

-¿Religión?- pregunte mientras caminábamos hacia el apartamento, el ni siquiera lo pensó antes de responder.

-Ninguna.- aseguro- No creo en nada, solo en mi mismo. Si lo pienso, puede que haya algo pero hasta no verlo con mis propios ojos no creeré nada. ¿Tu crees en algo?

-No- respondí- Comparto tu mismo punto de vista pero a eso sumale que creo que la humanidad siempre necesita una explicación y al no encontrar la científica va por la alternativa que seria la religión- asintió con su cabeza y sonrió a pensar de que no me estaba viendo.

-¿Hay secretos de tu vida que fueron esenciales? Es decir, que si hubieran salido a la luz hubiera alterado tu ritmo de vida.

No necesite pensarlo, había solo un secreto que era así de importante.

-Si, lo tuve- respondí y sonreí ero estaba segura que transmitía todo lo fatal que me hacia sentir- Y salio a la luz.

-¿Altero mucho tu vida?- me reí, me reí de una forma desagradablemente irónica.

-Mi vida dio un vuelco cuando eso salio a la luz, así de importante era para mi.

-¿Quieres contarme o lo dejamos para mas adelante?

Vale, el consideraba seguirme viendo. Era un gran avance en mi vida.

-Tengo una gemela, ¿la conoces?

-No la había visto pero gracias por el dato- sonreí.

-Nosotras venimos de Florida y cuando lo hicimos planteamos el reto de hacernos pasar por la otra. Ella seria yo, y yo seria ella.

-¿Por cuanto tiempo?

-1 año- respondí- Conocimos unos chicos y ella hasta ahora sigue con su novio, mi relación se destrozo y lo perdí. A ese punto me llevo mi secreto.

-¿Sabes? No creo que lo hayas perdido por eso- respondió- El tuvo miedo al no saber de quien se enamoro y cuando comprobó que siempre fuiste la misma chica se dio cuenta que por mas mentiras o situaciones que afrontarán el siempre te pertenecería- sonrió y por primera vez me miro directo a los ojos- Aunque el debería estar orgulloso de pertenecerte.

Sonreí, sonreí de una forma nerviosa que hace mucho no sentía. Mis mejillas ardían, mis manos se sentían temblar levemente y un frío recorrió cada parte de mi cuerpo antes de que ambos entráramos a el edificio.

-Creo que el jamás estuvo orgulloso de ello- lo vi llamar al ascensor y no pregunte, supe que era el tipo de chico que no se sentía bien consigo mismo hasta dejarte en la puerta de tu casa.

-Entonces el chico necesitaría abrir los ojos y ver lo que tiene en frente- el sonrió y me guiño el ojo a través del espejo que cubría casi todo el ascensor.- Eso o es un idiota.

Esta vez si me reí.

-Creo que podría ser un poco de ambos- logre decir, las puertas del ascensor se abrieron y camine hasta la puerta del apartamento.

Me balancee sobre mis pies mientras volteaba a verlo con una sonrisa. Lo encontré allí, parado frente a mi mirándome como si fuera lo único que podría capturar la atención de esos hermosos ojos claros.

-Ya estoy en casa- respondí, el asintió y dio un paso al frente pero aun me permitía tener mi espacio personal.

-¿Seria muy insistente de mi parte preguntar cuando volveré a verte?- me reí.

No me parecía insistente, yo no quería dejar de verlo.

-¿Por que no te arriesgas a venir por mi mañana?- pregunte, lo vi asentir antes de acercarse.

Two worlds collideWhere stories live. Discover now