Two worlds collide

2°T- Toalla.

Narrado por Ann:

Ethan se quedo en casa la noche anterior ya que mi hermosa gemela pidió privacidad para estar con su chico.

Ethan se podría haber quedado en cualquier parte pero claro, tenia que sacar ventaja de eso así que chantajeo a Leah. El no dormiría en ningún otra parte que no fuera en mi dormitorio.

Así que cuando desperte esa mañana voltee a mirar a la cama de Leah donde el se había acostado la noche anterior, esperando encontrarlo allí.

Pero no estaba.

-¿Me buscas?- seguí su voz algo adormilada pero el sueño pareció abandonar cada parte de mi cuerpo cuando lo vi salir del baño con todo su pelo y torso mojado.

El solo llevaba una jodida toalla en las caderas.

¡SOLO UNA TOALLA!

Lance un chillido agudo mientras estrellaba una almohada en mi rostro y lo escuchaba reír.

-Exagerada, ¡nada que no hayas visto!- sentí mi cara arder por que sabía, que tenía razón.

De un momento a otro sentí que se lanzaba sobre mi mientras reía. Quería pegarle una bofetada o pellizcarlo pero para hacerlo, debía soltar la almohada.

Y ni loca lo haría.

Senti como colocaba sus rodillas al costado de mis caderas, dejándolo totalmente sobre mi.

Estaba jodida.

-Vamos, cariño. Saca esa tonta almohada así puedo darte un beso, después de eso saldré de encima de ti.

-No, sal ahora- exigí, mi voz sonando amortiguada.

-Anabette, contare hasta 3. Si no quitas esa almohada antes de que llegue a tres juro quitarme esta jodida toalla y quitarte el almohadón, tu decides.

...

Joder.

-1...- negué con la cabeza. No quería verlo aunque hubiera una toalla cubriéndolo-...2...

¡No!

-No me hagas llegar al 3- advirtió.

Juro por mi vida, que iba a quitar la almohada, iba a dejar que me besara y el lo sabia.

Por eso lo hizo.

-3- sentí como su peso se iba por un segundo y escuche algo caer al suelo, chille alarmada antes de aferrarme al almohadón con ambas manos.

Pero estamos hablando de Ethan, el capitán del equipo de fútbol americano. El chico que va 4 horas diarias al gimnasio.

Era obvio que me quitaría la almohada.

Y así lo hizo, cerré mis ojos con fuerza mientras lo empujaba y salía corriendo del dormitorio, cuando le di la espalda los abrí, no queriendo chocar con nada.

-¡Anabette!- escuche como gritaba y salia corriendo detrás de mi, no tarde en correr a la cocina y pararme de un lado de la barra que me llegaba por la mitad de mi abdomen.

El chico quedo del otro lado y por suerte, la barra tapaba hasta un poco mas arriba de donde comenzaban sus caderas.

-Anabette, solo un beso- pidió.

-¡Te sacaste la toalla!- grite, sintiendo a mi corazón latir con fuerza- ¡No te daré un beso cuando estas completamente desnudo!

Lo vi sonreír de costado.

-Estoy completamente irresistible- dijo- Tu sigue corriendo pero ambos sabemos que te atrapare.

Tenia pocas opciones en ese momento, dejar que me besara y seguramente su amigo se pusiera muy feliz...o correr.