4: una gemela furiosa y un chico lindo

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Narrado por Leah:

-Ese estúpido profesor debería compadecerse de mi- dijo soltando su bolso sobre la mesa, estaba muy enfada y lo sabia porque pasaba cada dos segundos las manos por su pelo-¿ Crees que pueda falsificar la firma de papá?

-¿¡Qué?! No Ann! Eso es algo que tu harías, no yo y recuerda que para todos tu te llamas Leah!-mi tonó de voz subió levemente y supe que debía calmarme.

-No puedo fallarle a el...¿qué pasa si..? Ya, déjalo- tomo su bolso y corrió escalera arriba, quise seguirla y presionarla para que me dijera lo que sentía porque ella jamás era así.

Jamas pensaba en lo que todos dijeran.

Y me asustaba que lo hiciera ahora.

Algunas veces pensar en lo que los demás creen de ti puede destrozarte y forzarte a ser alguien que realmente no eres.

-¡Ann!- grite mientras subía apurada- ¿Donde estas?- fui a nuestro dormitorio y sentí el agua de la ducha correr- ¿Quieres que pida algo para comer?

-¡Haz lo que se te venga en gana!- grito y pude escuchar su voz cargada de dolor y otras emociones, quería ayudarla pero ella jamas me dejaría.

Se encontraba rodeaba de demasiados muros y me preocupaba que nadie pudiera derribarlos algún día.

-Vale, pediré pizza y pondré un película para que nos mantengamos pensando en otras cosas- salí del dormitorio y deje escapar un suspiro.

Papá no llegaba hasta la tarde y eso me daba tiempo a buscar una idea que no fuera tan...mala, hace meses que Ann no falsificaba firmas y siempre había copiado la de mamá.

Ann era la que hacía ese tipo de cosas pero no me dejaba de poner nerviosa que se metiera en problemas, quería que todo marchara de forma correcta este año. Que usáramos esta situación a nuestro favor y volviéramos a comenzar en un sitio donde nadie nos conoce.

Me moví por la cocina hasta que di con un folleto de la pizzería, llame y pedí una pizza con una coca- cola así Ann no se quejaría de que tendría que tomar "la mierda sin gusto que toma papá"...agua, solo era agua.

Comencé a organizar la sala, baje unas mantas de nuestro dormitorio, busque unos vasos y los deje en una pequeña mesa ratona.

También busque todo lo que nos gustara a ambas, palomitas, dulces, etc y lo coloque allí.

Luego de eso me deje caer en el sofá y cerré mis ojos.

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-¡Leah!- abrí mis ojos y me intente sentar en el sofá, no sabia que ocurría pero el grito me había puesto en alerta y por lo mismo caí al suelo- ¡Creo que llegó la comida que pediste! Abre la puerta que yo ya bajo- refregué mis ojos y me pare justo cuando sentía el timbre sonar otra vez.

Vaya, me había dormido unos pocos minutos y se sentía como si hubieran sido horas.

-¡Ya voy!- avance hasta la puerta e hice un intento de estar presentable. Coloque unos mechones de pelo detrás de mi oreja y pase la yema de mis dedos por debajo de mis ojos por si mi poco maquillaje se había corrido levemente.

Conmigo era todo posible.

Una vez todo en orden me dispuse a abrir la puerta.

Wow...No quería tener esos pensamientos, debería haberme concentrado en sus zapatos y no en la forma que su camiseta se ajustaba a sus trabajado torso pero dios...

Joder, que chico mas bueno.

Media aproximadamente 1.75 cm, cuerpo trabajado (o al menos lo notaba por la apretada camisa que llevaba) cabello castaño y prolijo, ojos claros y una increíble sonrisa con dos hoyuelos a cada lado.

Two worlds collideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora