Capítulo 3

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— Yílíng Lǎozǔ es lo que conocemos como el peor hombre que pudo haber estado en el mundo de la cultivación. Cultivando cadáveres para su propio poder, y siendo el responsable de tantas muertes por su codicia y ambición. Acabó con la vida de quienes lo criaron como fue los lideres del clan Yummeng Jiang, incluso cuando ellos lo acogieron bajo su ala ¡¿Cómo les paga?! ¡Causando su muerte! Luego estuvo nuestro anterior líder de secta, Jin Guanshan, quien murió teniendo la razón de ese hombre —habló el hombre de ropajes amarillos, mientras se desesperaba con cada relato.

Sin embargo, allí estaba Jin ling, sin dejar de fruncir el ceño, cuando más escuchaba a su maestro. Wei Wuxian era considerado el peor hombre que pudo haber existido. Siempre lo habían visto así, pero no era cierto. Su padre siempre se tomaba el tiempo de contar sobre el bondadoso hombre que fue su baba, explicando incluso los detalles de su rostro o la sonrisa que él siempre veía cuando lo visitaba.

Para todos Wei Ying era malo, incluso cuando protegía a inocentes, él era el malo. Así que, no dejes que otras palabras de dañen. Wei Ying nunca daño a alguien que no fuera malo, siempre tuvo sus razones y en eso lo apoye. Era lo que había dicho su Jin Zixuan cuando volvió a preguntar sobre su baba, siempre con una mirada tan lejano, quizás en los recuerdos de esos años.

A-xian fue el mejor... hermano que tuve, él era único... y lo extraño, cariño. A-ling... me recuerdas mucho a él. Además de las lágrimas y la mirada triste de su madre, Jiang Yanli no pudo decir mucho de su baba, incluso Jin ling trató de ocultar el sonrojo de su rostro al escuchar que se parecía a Wei Wuxian.

Mientras que otros solo sabían maldecir el nombre de Wei Wuxian, Patriarca Yiling que había llegado a mancillar el buen camino de la secta Lanling Jin. Como su maestro en ese momento, quien no le importaba que sus crueles palabras fueran dichas, incluso cuando estaba la regla y el castigo por mencionar al hombre.

—¡Maldito Wei Wuxian! Si no hubiera sido por él la reputación de nuestra secta no hubiera sido cuestionada, por eso es que está muerto, por querer ser mejor que las demás sectas, por crear un ejército y creer que sería capaz de convertirse en el emperador del mundo de cultivación. Pero, joven maestro Jin, debe saber algo, claro, todo fue gracias a él, a su-

—¡Cállate, cállate de una vez! ¡Eres un descarado si crees que puedes dirigirte hacia mí de esa manera, o si quiera de Wei Wuxian, mi padre sabrá de tu castigo! —gritó, mientras se levantaba de su asiento, tirando el pergamino que manchaba la imagen de su baba, y salía de la biblioteca, ignorando las miradas de los demás discípulos.

Creía en las palabras de su papá, en las de su madre, y a quien siempre estuvo a su lado, incluso cuando su baba siempre decía que crecería y entendería en odio que todos le tenían, eso era imposible. Jin Ling amaba a Wei Wuxian, y odiaba a todos los que pudieran maldecirlos.

Crecería para castigarlos como su padre siempre lo hacía. Ellos eran justos, los demás merecían caer por ensuciar un precioso nombre.

—¡Joven maestro! —escuchó a lo lejos.

Jin ling negó mientras corría hacia el bosque, quizás perdiendo a sus perseguidores para no llevarlo a su amado escondite. Quiera ver a su baba, él era el único ser bueno. No quería ver a nadie más, después de todo, no lo entendería, no como él quería explicarlo, no como quería él verlo.

Cuando se siente lo suficiente lejos, toma bocanadas de aire para calmar su acelerado corazón. Revisó su túnica exterior, la cinta roja de su cabello, no quería perderla, y tampoco quería darle una mala imagen a su baba. Tenía nueve años, lo suficiente grande como para poder arreglarse solo y practicar al arco.

¡Maldijo a nuestra secta! ¡Wei Wuxian es un maldito que merece estar muerto!

No es cierto —repitió para sí mismo queriendo acallar la voz de un discípulo mayor, quien solo reía con los demás. Algo sobre su alma, y un llamado. Jin ling no entendía y temía preguntar, por la respuesta que podía recibir. Suspirando, después de haberse calmado, camino entre las raíces sin sentir una presencia extra que lo seguía.

La oscuridad que los protege; XuanXianWhere stories live. Discover now