Capítulo 14

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—Eres tú, a-xian... realmente estas aquí.

La suave voz de la dama, a quien siempre llamó como su querida hermana, no dejó de observarlo con sus ojos cristalizados. Se sentía inquieto, las sombras bajo sus pies lo delataban sin falta, pero no podía detenerse ahora, no cuando estaban los niños en un estado que desconoce. No era algo que podía llegar a perdonarse tan fácilmente.

—Shijie... siento mucho si te asusté, pero necesito tu ayuda, ellos necesitan tu ayuda —señaló, hacia donde aún estaba sosteniendo aun a ambos Lan, que habían perdido la consciencia.

—Baba, madre.

Yanli asintió, ayudando a Jin Ling a subirlos a su cama, mientras que las sombras ayudaban a que no fueran a caerse. Jin Ling salió de la habitación para buscar sin ser visto algunos implementos que fueran de ayuda, mientras que Jiang Yanli, pedía un poco de agua y toallas de las criadas, quienes no dudaron en ir en su búsqueda.

Wei ying, dejó escapar un suspiró sin dejar de observar sus propias manos, una mano que fue sostenida por la delgada y cálida de la joven mujer, quien sonrió suavemente, sin dejar de mirarlo.

—A-xian, mi querido hermano...

—Shijie.

—Tranquilo, ¿Sí? Shijie hará lo mejor para ellos, no te preocupes —continuó ella, apartando algunos mechones rebeldes de su rostro, acarició su fría y pálida mejilla—. Pero... ¿Cómo es qué-?

—No lo sé realmente. Desde que... bueno, desde que morí, he estado atrapado aquí.

Su mirada se cristalizó y dejó que las lágrimas silenciosas cayeran por el rostro de la mujer, mientras observaba el destino que había terminado teniendo su querido hermano—. Lo siento mucho, a-xian. Debe ser difícil estar atrapado aquí. ¿Hay algo que Shijie pueda hacer para ayudarte?

—Shijie ya ha hecho mucho cuidando a a-ling, ahora cuidara a dos sobrinos más.

—Me gusta mimar a a-ling, puedo hacerlo con ellos dos también, no me molesta.

Ambos rieron, pero no duró mucho cuando un sonido lastimero salió de los labios de Sizhui, quien buscaba una mejor posición, sus túnicas blancas empezaron a teñirse en un intenso rojo. Yanli reprimió un grito, mientras que Wei Ying, se acercó a la cama, quitando con suavidad las túnicas exteriores. Otro quejido.

—¿Qué- qué es esto? —preguntó ella, con tan solo ver la gravedad en la que estaban las heridas de su espalda, la marca de haber sido golpeado, sobre las cicatrices que parecían ser viejas.

—El latigo disciplinario —respondió Wei Ying.

¿Cómo habían llegado esas heridas allí? Si siempre tuvo una mirada sobre ellos desde que llegaron, incluso la noche en la que estuvieron juntos, no encontró nada que lo alertara. ¿Había escondido sus heridas? Sizhui no se había quejado, ni siquiera una vez. Nada que fuera a presentar una molestia. Entonces, ¿Cómo? Sus hijos, sus queridos hijos sufrían heridas como... como él en el pasado.

Marcas sobre su joven piel.

—¡Baba! —escuchó a su lado, como Jin Ling, tomaba su mano, mientras a su alrededor las sombras no dejaban de moverse de manera violenta, una reacción que volvería a llamar la atención en la habitación—. ¡Baba, cálmate! ¡Madre los va a ayudar, por favor baba!

—Lo siento, a-ling... lo siento —fue lo último que dijo, para después desaparecer. Jin Ling, bufó enojado consigo mismo, en lo que volteó a ver a la cama, donde su madre empezaba a limpiar las heridas de Sizhui.

Podía entender a su baba, había estado con ellos, pero en ningún momento fue de ayuda. Unas heridas que estaban frescas, bajo un cúmulo de vendas, que buscarían quizás detener un poco el sangrado.

La oscuridad que los protege; XuanXianWhere stories live. Discover now