Capítulo 15

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Cuando Jingyi finalmente despertó de su inconciencia, lo primero que notó fue a Jin Ling sentado junto a ellos, con una mirada que en el poco tiempo que han estado juntos, jamás la vio, estaba... preocupado. Jingyi, buscó con la mirada de su hermano mayor, quien aún dormía sobre su pecho, a su lado. Intercaló su mirada entre el joven de túnicas amarillas y las vendas.

—¿Dónde estamos?

Jin Ling pareció reflexionar por un momento antes de responder—. En la habitación de mi madre, pueden confiar en ella

Jingyi asintió, pero luego hizo una pausa antes de hablar—. Y... ¿La sombra?

—No esta, no es peligrosa, y no debes mencionar que la vieron ¿Puedes entender eso?

Jinyi pareció sorprendido y un poco confundido ante las palabras de Jin Ling, pero solo asintió a sus palabras—. Fue él... quien me salvo junto al maestro Jin antes, él... ¿Cómo se pueden parecer?

La voz del mayor se fue quebrando mientras las lágrimas empezaban a nublar su vista. Jingyi se cubrió el rostro con sus manos, y no pudo evitar llorar. Él no quería seguir así, las heridas de su hermano, incluso las de su tío Lan, y el recuerdo de su madre que no pueden abandonar. ¿Por qué esa sombra era tan igual?

¿Por qué sintió confort cuando notó la preocupación en sus carmesí ojos? ¿Por qué tenían que estar en el lugar que hizo sufrir a su baba?

Ni siquiera podían huir del dolor que provocaba estar en ese lugar y ahora esto.

—Joven amante... ¿Puedo contarte algo?

—Hmm.

—¿Escuchaste alguna vez quien fue el Patriarca Yiling? —preguntó sin mirarlo.

—Todos lo hemos escuchado —Jin Ling lo vio negar.

—Hablo de quién fue realmente el patriarca Yiling, fuera de que lo llamaran asesino. Olvidate de todos los apodos que le colocaron... ¿Alguna vez pensaste en él como una persona?

Jin Ling, bajo la mirada recordando como buscó que todos supieran la gran persona que era su baba, fuera de todo lo que decían, prefería pelear contra todos para que todos pagaran por sus palabras envueltas en mentiras. Tal como lo mencionaba Jingyi—. Lo he hecho.

—Jin Ling... ¿Me creerías si te dijera que Wei Wuxian tuvo hijos? —preguntó Jinyi alzando la mirada, notando la poca sorpresa en el rostro del joven heredero—. ¿Y qué gege, y yo, lo somos?

Jin Ling se quedó en silencio por un momento, tratando de procesar toda la información que Lan Jingyi acababa de compartir con él. Había entendido antes, que solo pocas personas sabían de la existencia de sus hermanos, y en su mayoría ahora estaban muertos. Entonces... su mente estaba llena de preguntas y dudas, pero no podía dejar de pensar en lo que acababa de escuchar, y simplemente arremeter con preguntas que podrían incomodarlo. ¿Cómo le diría que él era el menor de sus hermanos?

—¿Nos odias?

Jin Ling sacudió la cabeza rápidamente en respuesta a la pregunta de Jingyi, sorprendido de que su hermano mayor pensara tal cosa. Lan Jingyi dejó escapar un profundo suspiro al darse cuenta de que necesitaba, no, quería que alguien lo escuchara.

Recordó haber vivido en un lugar desolado, con tierra gris y casas apenas en pie, pero la gente a su alrededor nunca se quejó. De hecho, todos sonrieron, incluido su dada, incluso cuando parecía cansado. Siempre los abrazaba fuerte y soñaba con sacarlos de la montaña para correr y jugar con otros niños, pero nunca lo hacían, porque era peligroso.

Hubo una vez en que Jingyi se escapó, corrió cuesta abajo, emocionado por ver más allá de lo que ya conocía y lo único que recibió fue un disparo de flecha. Todo lo que podía recordar eran los atacantes vestidos de amarillo, los gritos de su dada y las lágrimas de su gege mientras huían a un lugar seguro, sus brazos. Eran solo niños y, sin embargo, fueron atacados implacablemente por aquellos que querían hacerles daño a ellos y a su familia.

La oscuridad que los protege; XuanXianOnde histórias criam vida. Descubra agora