Extra III

537 87 0
                                    

Entre todas las personas que habitaban en el mundo, Jin Zixuan era de las no soportaba muchas cosas.

Mucho menos escuchar como su propio padre parece encantado con las atenciones que otras mujeres le daban, faltándole el respecto más de una vez a progenitora. Quien trataba de hacer caso omiso a lo que ocurría. Su padre era un varón promiscuo al cual odia con todo su ser.

Incluso con todas las cosas buenas que rodean a su clan. LanlingJin también se convierte en un lugar de poco interés para él.

Le era mucho más encantador, permanecer privado de algunas atenciones, solo reflexionando sobre sus pensamientos y su fututo ya construido a manos de su madre.

Un matrimonio arreglado por su madre antes de su nacimiento con el clan Jiang.

Y desde que recuerda a estado visitando aquel muelle de loto para entablar una relación más allá de una amistad. Pero, por mucho que lo intente, por agradable que sea la señorita Jiang, él no podía verla con otros ojos. Para él, Jiang Yanli solo era la hija de la mejor amiga de su madre más allá de eso no podía, una joven con personalidad muy agradable, que por lo que ha visto Jin Zixuan, en su conclusión, la actitud pudo ser heredada por su padre, Jiang Fengmian.

Sin embargo, Madam Jin no podía notar eso y, aun así, era obligado a permanecer largas horas con la joven en aquel muelle o dando un paseo por el pueblo que permanecía a las afueras de su clan. Incluso soportar las miradas de enojo del hermano menor de ella, le era incómodo. Siempre llamando sucio pavo real, o incluso entrometiéndose con él para iniciar una discusión.

Jin Zixuan sabía que era más que en por lo que solo fruncia el ceño y giraría su rostro a un lado, para iniciar una nueva caminata lejos de aquel joven de túnicas purpuras.

...

—Debes de tratar un poco mejor a a-Li, es una chica muy linda y adorable, por lo que debes comportarte y cambia ese carácter —escuchó Jin Zixuan de su madre, quien removía con decoro y elegancia aquel abanico de adornos amarillos y peonias, entre sus dedos.

—Sí, mamá —pudo responder. Aunque no le gustaría hacerlo, lo que único que su mente puede proyectar y al igual retener de sus labios eran las ganas de no estar allí. Seguido de los tres discípulos acompañantes, bajaron de aquel bote para ser recibidos por la familia Jiang.

Jin Zixuan trató de contener un gruñido de enojo que sostuvo su pecho, frente a la mirada disgustada, muy mal disimulada por parte del heredero Jiang. Él solo atinó a presentar su saludo a los cuatros miembros frente a él, como indicaba la etiqueta.

Después de eso, solo atino a duras penas a prestar atención a los que decían los adultos, aun si sentía la mirada de atención de la joven señorita o la penetrante de Jiang Cheng, Zixuan solo los ignoró y dejó que sus amarillas túnicas danzaron por el aire al iniciar su caminara hacia la residencia, con la mirada en alto.

Sin embargo, una suave brisa acarició su rostro y en conjunto a ella, la melodía de un dizi logró que se detuviera, frente a un pequeño camino que lo llevaría al final de un puente vacío. No obstante Jin Zixuan no pudo apartar la vista de ese lugar, de las coloridas flores de aquel muelle, como si lo atrajera a estar allí.

—¿Se te perdió algo? —preguntó Jiang Cheng a su costado, sin dejar el tono irritado de su voz, deteniéndose frente a él, sin dejar de fruncir el ceño. Zixuan lo podía comparar con un perro rabioso que había visto antes en una cacería nocturno. Reanudó sus pasos, ignorando la presencia del otro, que chasqueó los labios.

Estuvo presente en un banquete al cual no presto mucha atención, solo dando respuestas necesarias para que supieran de su participación. El escuchar la palabra compromiso, simplemente desiste de la plática, solo se concentra en terminar sus alimentos y pide permiso al terminar de comer.

La oscuridad que los protege; XuanXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora