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Nayeon

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Nayeon.

Habíamos llegado al estacionamiento de mi departamento por la madrugada. El aire fresco de la noche solo me hacía querer aferrarme aún más al cuerpo de Dahyun. No recordaba que mi departamento estuviera tan lejos.

Dahyun comenzaba a cerrar sus ojos, acurrucandose en mi pecho, mientras que Sana y Jennie dormían en el pecho de Momo y Tae. Jisoo se había hecho bolita entre el asiento copiloto y el del conductor mientras que cambiaba la música del estéreo de mi carro.

—Jisoo, ayudame a llevar las maletas al departamento.— pedí cuando llegamos al estacionamiento de mi departamento.

Ella asintió bostezando.

[...]

Contaba con 4 habitaciones por lo que los tres Kim mayores y Minatozaki se hospedaron en estás. Ellos ya habían tocado el tercer sueño cuando sus cuerpos tocaron las camas, así que ya no me preocupaba por sus ocurrencias.

En mis brazos aún dormía tranquilamente Dahyun. Camine a mi habitación mientras que Momo seguía supervisando que todos estuvieran bien.

La recosté en mi cama y me coloqué de rodillas a un lado de está para apreciar su rostro. Ella dormía tranquilamente con los labios ligeramente abiertos con la luz de la luna envolviendola en un sueño profundo.

Me acerque a ella y dejé un casto beso en su frente susurrando un "buenas noches" después de acariciar su esponjosa mejilla.

Me apoye en el marco de la puerta de mi habitación con mis brazos cruzados y mi cabello alborotado, observando con cuidado como Momo avanzaba de puntillas a la habitación de Minatozaki.

—Im Momo.— llame y está pego un salto del susto.

—Oh, por todos los Santos de Jesucristo, no aparezcas así, idiota.— se quejo volteando hacia mi dirección con una mano en su pecho por el susto.

—Ni se te ocurra que vas a dormir con Sana.— dije demandante en la misma posición que antes.

—¿Que? Yo solo iba a bañarme.— sonrió inocentemente.

—Claro, que conveniente.— reí entre dientes.— al sofa, ya.

—Por eso estás soltera, vieja cuarentona.— lloriqueo entre susurros mientras que se acostaba en uno de los sillones.

—¿¡Cuarentona yo!?

—La vecina.

—Estúpida teñida.— agarré una cobija y me acosté en otro sillón diferente.

Mi departamento ahora no se sentía tan vacío como antes, no pude evitar sonreír ante ese pensamiento.

Deseaba menos días solitarios en mi gran departamento.

𝐑𝐞𝐚𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧𝐬 𝐎𝐧 𝐌𝐞 ⚗️ 𝐀𝐔Où les histoires vivent. Découvrez maintenant