Azares del destino [Editando]

Capítulo 11: ¿Es un trato?

ROSE RIVERS

—Sun, mi más sentido pésame —Froto su brazo.

—Gracias, Rose —contesta, apesadumbrada.

Hanna se acerca y la abraza con suavidad.

—Si necesitas un hombro en el que apoyarte, sabes que puedes contar conmigo, mi solecito.

—No se preocupen por mí, me desahogué tanto como pude —responde ella con una sonrisa débil—. Todo ocurre por una razón. Tal vez suene cruel, pero creo que al fin está descansando. Pasó dos meses postrada por esa horrible enfermedad, así que estoy en paz.

Asentimos en silencio, admiro su serenidad.

—¿Y tu primo Jacob? ¿Cómo está sobrellevando la etapa del duelo?

—Está deshecho, él amaba mucho a su madre. Se la pasa encerrado en su habitación, y está consumiendo alcohol más de lo usual, lo cual es decir bastante.

Enterarme sobre su estado, aunque no lo conozco, me impacta porque, de cierta forma, me identifico con su dolor. La vida se siente más amarga cuando no tienes un padre o una madre a tu lado. Es mi caso.

Las asas de mi mochila se vuelven más gruesas y me encojo de hombros.

—¿Qué tal si vamos a un lugar más tranquilo? —propone Hanna tras ver una manada de estudiantes que caminan en nuestra dirección.

Nos sentamos en un banco apartado bajo la sombra de un árbol sombrilla. El calor es insoportable, así que nos quitamos las chaquetas y remangamos nuestras camisas. Un susurro de brisa trae consigo un leve alivio y siento que nos reconforta a todas por igual.

Después de varios minutos de silencio, es Sun quien decide cambiar a un tema ligero y le pregunta a Hanna el significado de las pulseras en su muñeca.

—La primera, de hilo rojo, es una representación de protección y buena suerte en algunas culturas. Y la segunda es un símbolo del "ojo que todo lo ve", que se utiliza para protegerse de la energía negativa y atraer la buena fortuna. Las de cuero trenzado simbolizan la fuerza, la resistencia y la conexión con la tierra. Las de macramé representan la creatividad, la individualidad y la conexión con la energía universal...

—Siento que ya me perdí —le confiesa Sun—. Tengo demasiada información en mi cabeza después de la primera hora de clase.

Ambas reímos.

Las conversaciones entre ellas continúan, mientras yo respondo con monosílabos ocasionales. Oigo hablar de las dietas de Sun, las prácticas de yoga de Hanna y sus experiencias en retiros espirituales, pero no capto nada en concreto porque mi mente está en otra parte.

Mi vista busca algo en el campus, aunque no estoy segura de qué es con exactitud.

—¿Y tú qué opinas, Ros?