𝟐𝟖. 𝐍𝐨 𝐚 𝐊𝐢𝐭.

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Kit continuó su relato, contándole esta vez lo que Vecna hizo con su mente. Eddie lo escuchaba con atención, observando al menor jugar con sus anillos, más concentrado en eso que en su conversación.

—... y mi mamá... su piel se caía, luego me di cuenta que no era mi mamá, que era Vecna. Me lanzó contra una pared y comenzó a decir que me lastimarías, que me harías lo mismo que Jaden, que yo soy tan ingenuo que decido ignorar que "sé" que serías igual que ellos.

— Ahora mismo el imbécil debe de estar retorciéndose en su nido de mierda.

Kit rió y asintió. — Sí, seguro que sí... Edds.

Él sonrió al escucharlo. — ¿qué pasa, bebé?

Que le dijera así de la nada lo hizo sonrojar un poco. — ¿Crees que los demás se hayan ido sin nosotros?

— ¡Uh! Me olvidé de ellos.

Kit rió, apoyándose en su hombro. — Hay que llamarlos, Munson.

Él asintió, acercándose con los ojos clavados en sus labios. — Sí... supongo que sí.

Un golpe en la puerta los obligó a separarse. Robin se asomó con timidez y nervios. — Eh... lamento interrumpirlos, pero... ¿A cuánto queda tu casa, Eddie?

— Once kilómetros, ¿por qué?

Robin asintió y se fue, Eddie lo miró con el ceño fruncido. — ¿Qué fue eso?

— No lo sé.

Kit puso su mano en el cuello del contrario y pegó sus labios en los suyos, gozando de las caricias que Eddie le proporcionaba en su espalda. Amaba cuando él hacía eso, era muy de buscar contacto físico, y era algo de él que le fascinaba, en especial porque siempre lo hacía con el más puro cariño, y casi nunca con intenciones sexuales.

El mayor estaba realmente preocupado, si Kit moría y él sobrevivía... no quería. Se había vuelto una persona esencial en su vida en muy poco tiempo, estar a su lado era lo mejor que le podría haber pasado, y que se lo arrebataran de la peor manera posible...

Apretó su cintura con fuerza sin darse cuenta.

La puerta se abrió de golpe y ambos se apartaron de manera brusca, tanto que Eddie terminó cayendo al piso a su lado. Delante suyo, los jóvenes los miraban con las cejas alzadas. No era ninguna mentira para nadie lo que estaban haciendo, en especial por la manera en que sus labios estaban rojos e hinchados. Ambos intercambiaron miradas nerviosas y se pararon lentamente, sintiéndose atrapados.

Nancy negó con la cabeza y dio un paso delante. — Hablamos con Dustin. Dijo que en cada escena del crimen hay un portal, que en casa de Eddie seguro había uno. Quizás, podamos salir por esta noche y volver luego para liquidar a Vecna.

Ambos se miraron un poco inseguros. — ¿Qué hay de Kit? ¿Y si Vecna lo ataca una vez más?

El menor se pasó una mano por la cara. ¿Qué podrían hacer? Nada.

Todo quedó en silencio, frustrando al de rulos. — No podemos irnos y no hacer nada, va a matarlo.

Kit tomó su antebrazo, haciendo que girara a mirarlo. — Edds, no podemos hacer nada... vayamos a donde Dustin dice. Estaré bien.

El mayor negó, apretando los labios con fuerza. — Lo dices porque no viste lo que le hizo a Chrissy. Debemos hacer algo.

Kit suspiró y negó con la cabeza, lo atrajo a un abrazo y comenzó a susurrar. — Pase lo que pase... completaste una parte de mí que creí que iba a estar vacía toda mi vida, y... a pesar de toda esta mierda, me hiciste pasar unos momentos realmente hermosos ¿okay? Si pasa algo... nada va a ser tu culpa, nada.

El resto los miraba con pena en los ojos, sabiendo que Kit se había rendido, y que Eddie se negaba a aceptarlo. Robin tenía lágrimas en los ojos, no podía imaginarse en el lugar de ninguno, en especial el de Eddie. Perder de esa forma a la persona más especial de tu vida, sin poder hacer nada para ayudarlo...

— Sólo... descansemos por hoy ¿okay? — dijo Nancy — Mañana planearemos algo... ayudaremos a Kit y Max a librarlos de la maldición de Vecna, te lo juro, Eddie.

Steve y Robin asintieron repetidas veces, Eddie los miraba con el ceño fruncido desde el hombro de su novio, quien acariciaba su espalda intentando calmarlo un poco.

— Sí y — dijo Kit, llamando su atención nuevamente — quiero... quiero hablar con mi padre. Necesito hacerlo, Edds. Dudo mucho que aquí la radio funcione.

Eddie suspiró y asintió, estirando su mano para acariciar su mejilla bajo la mirada de todo el grupo. Robin miró a Steve haciendo un mohín con sus labios y sus ojos brillando en lágrimas, el contrario sonrió a medias ante esto y golpeó suavemente su brazo.

— Okay... vamos. ¿Tienes bicicletas, Nancy?

Ella asintió y les pidió que la siguieran, luego todos fueron al garaje y tomaron una bicicleta cada uno y emprendieron rumbo a la casa de Eddie.

El mayor no le quitaba la mirada de encima a Kit, no podía. Ahora mismo se sentía culpable hasta de ayudarlo a encontrar su casillero, lo hubiera ayudado y dejado en paz, así no pasaría nada de eso y Kit estaría bien junto a su padre. Pero, si no se hubiera acercado a él nada hubiera pasado entre ellos.

No lo habría llevado a su casa a ver una tonta película de terror, no lo habría visto refunfuñar por haberle amenazado con que no lo volvería a llamar niño bonito, no habrían huido juntos del idiota de Jason haciendo más fuerte su unión, no habría conocido a Jacob, no lo habría visto dedicarle esa sonrisa que se volvía única cuando se las dirigía a él, no lo habría visto tocar con la banda y él no lo habría visto ebrio y ser más adorable de lo que un borracho era, no lo habría abrazado al dormir, no habría comido waffles que Kit preparó para él, y luego nada en la cabaña hubiera pasado, no se confesarían sus sentimientos, no tendrían su primera vez juntos, no serían nada de lo que eran ahora.

Le hubiera gustado que todo eso sucediera en otro contexto, sin que Kit corriera tanto peligro. Mierda, era la persona más hermosa que había conocido jamás, la relación con él era perfecta y eso que a Eddie le daba náuseas ese tipo de cursilerías. Con Kit no pasaba eso, porque sencillamente todo en su pequeño era adorable.

Kit le sonrió al atraparlo mirándolo otra vez, y Eddie sonrió con afecto.

No podía dejar que le pasara algo, no a Kit.

i wanna be yours | eddie munson x male ocWhere stories live. Discover now