𝟕𝟏. 𝐃𝐢𝐥𝐨

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Jacob se había resignado ante los ojos de cachorro que su hijo y Eddie le dirigían para que los dejara festejar en su casa, incluso habían invitado a Dante, así que en ese instante todos los que eran mayor de edad se encontraban comprando botellas de alcohol y jugo para los menores.

Ambos recién graduados empujaban un carrito de compras mientras miraban qué podían llevar, discutiendo precios y qué les convenía más, y algo tan sencillo como salir juntos de compras les hizo sentir una felicidad inexplicable.

Eddie volteó a ver con una sonrisa a Kit y le mostró las cajitas de jugo para infantes. — Eres un bebé, no puedes agarrar una botella de alcohol hasta que seas mayor de edad ¿okay?

Kit lo miró con mala cara y se estiró sobre él para murmurar con sus ojos clavados en los suyos. — ¿No tengo permitido beber hasta ser mayor de edad pero sí saltar como conejito sobre ti?

El rostro de Eddie se transformó por completo bajo la mirada divertida de ojos entrecerrados que Kit le dirigía, tragó saliva y tomó las botellas de alcohol para ponerlas en el carrito. — S-Sólo bromeaba, bebé.

Kit asintió y tomó más botellas de vodka sólo para fastidiarlo, sabiendo que no era demasiado tolerante al alcohol. — Bien, así me gusta.

En el interior del de rulos reinaba el caos, y es que cada vez que Kit adoptaba esa postura, mirándolo de brazos cruzados y con los ojos entrecerrados, hablándole como si lo dominara por completo, le encantaba. Sí, mierda, le encantaba ser un gobernado.

Eddie tomó las manijas del carrito y lo empujó mirando atónito a Kit. — Repito, ¿dónde dejaste a mi pequeño, monstruo?

Kit rió y se estiró para besar su mejilla. — Sólo me gusta molestarte.

Eddie lo miró con una sonrisa y asintió, quedándose en silencio y comprando packs con Kit. El de rulos miró hacia los lados y, al no ver a nadie cerca del pasillo donde estaban, pasó un brazo por la cintura de su chico y se acercó a mumurar con una sonrisa en su oreja. — Me gusta cuando te pones así.

Kit suspiró y lo miró de reojo. — ¿Así cómo?

Eddie miraba sus labios con una sonrisa traviesa. — No lo sé, pero me gusta.

Kit sonrió confundido. — ¿No lo sabes?

El de rulos soltó una risa baja, se separó de él y empujó el carrito mientras rozaba su mano con la de Kit. — Cuando te pones mandón eres caliente, Damons.

Kit soltó una risa por lo bajo con las mejillas sonrojadas. — Así que te gusta que te manden.

— No, no me gusta que me manden. Me gusta que tú lo hagas.

La sonrisa traviesa con la que lo dijo le sacó otra risa. — Te gusta que yo te mande.

Eddie rió con su labio inferior atrapado en sus dientes. — Dios, me encanta.

— ¿Tomaste, Munson? — preguntó divertido, el mayor negó.

— No, pero planeo hacerlo hasta explotar.

Kit rió. — Voy a tener que estar toda la noche encima de ti ¿verdad?

Eddie alzó una ceja y lo miró con media sonrisa, agachándose sobre él para que sólo él oyera. — ¿Saltando como conejito? Sólo si tú quieres.

Y le guiñó el ojo para luego seguir empujando el carrito como si no le hubiera causado una hemorragia interna. El maldito se la había devuelto.

Se reunieron con sus amigos y Eddie alzó las cajas de jugos para infantes. — Hey, Henderson, son para ti.

i wanna be yours | eddie munson x male ocWhere stories live. Discover now