𝟐𝟗. 𝐏𝐚𝐬𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐮𝐯𝐚

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— Justo ahí murió Chrissy... quiero decir, justo ahí.

Kit, al igual que los demás, observaba boquiabierto el portal en el techo, pero estaba como cubierto con lo que parecía ser piel, y salían muchas enredaderas de ahí. Realmente parecía estar cubierta por una capa de piel y latía, era asquerosa.

— Ahí hay algo.

Algo parecía querer entras y empujaba contra la piel, Kit tomó la mano de Eddie con temor y se puso en alerta. Todos esperaban otro monstruo.

Pero ninguno esperaba que, al romperse la capa, Dustin y sus amigos los saludarían felices. Kit rió con asombro, y le sonrió al de rulos cuando le brindó un apretón en su mano.

Ver una salida de ese espantoso lugar se sentía como si hubieran finalizado su misión, pero lo cierto era que el tiempo se agotaba.

—... y si me teoría funciona...

Dustin lanzó una sábana al portal, la cual cayó a los pies de los chicos, quedando colgada. Robin se acercó a comprobar si no se caía y rió con felicidad al ver que se mantenía firme.

Lucas arrastró el colchón de Eddie, poniendo a este nervioso por las manchas. Kit lo miraba divertido, y este tragó saliva nervioso.

— Esas manchas son... no sé de qué son...

Él dejó escapar una risa nasal. — Claro.

La primera en trepar fue Robin, luego Eddie, y después Kit.

— Caíste duro, ¿estás bien? — le susurró el mayor.

— Sí... fue divertido.

Él rió por lo bajo. — ¡¿verdad?!

— ¡¿Nancy?!

Ambos subieron la vista hasta donde estaban Steve y Nancy, y vieron que la muchacha había entrado en un trance. Eddie se puso pálido y dio un paso atrás, tomando la muñeca de Kit, quien miraba asustado a la joven. ¿Así había estado él?

— Kit... Kit, no puedo... no puedo respirar...

El menor se dio vuelta alarmado y tomó el rostro de Eddie, quien luchaba por respirar con normalidad. Le daba pánico recordar a Chrissy, saber que su novio probablemente terminaría así y ahora la mayor de los Wheeler, oía los huesos romperse como si lo estuviera presenciando. Sus ojos se llenaron de lágrimas viendo los de Kit, aún si lo tenía en frente suyo intentando ayudarlo con desesperación Eddie podía verlo levitar, totalmente perdido en su mente, podía oír sus huesos romperse y ver a sus ojos explotar. Era inevitable, pero quería evitarlo. Kit había pasado por muchas cosas horribles como para terminar así injustamente. Era injusto.

Debía ser él, no Kit. ¿Por qué él? Eddie estaba seguro de que nunca le había hecho mal a nadie.

Veía sus labios moverse con pánico, su voz se oía lejana, le costaba respirar. — Mierda,  Eddie, vamos, vamos, no veas eso, por favor, vuelve conmigo.

Kit lo llevó hasta su habitación y cerró la puerta, apoyando al mayor en esta y ayudándolo a sentarse, puso su mano derecha en el pecho de Eddie. 

— Estoy aquí ¿ves? Estoy bien, Eddie, sé lo que te está pasando y sé que no es fácil, pero deja de pensar y mírame — lo tomó del mentón con su otra mano y lo hizo mirarlo a los ojos, limpiando las lágrimas de su pareja con suavidad —. Estoy bien, necesito que respires conmigo ¿okay?

Eddie asintió e imitó sus movimientos, concentrándose no sólo en respirar, sino que también en las caricias que Kit le daba en su pecho, justo en la zona donde estaba su corazón, logrando calmarlo de esta manera. Y se mantuvieron en esa posición, ignorando lo que estaba pasando a su alrededor por un momento.

Eddie susurró con la voz quebrada, mirando a Kit con temor — No quiero que mueras.

El menor tragó saliva, se sentó en su regazo y lo atrajo a su pecho, acariciando su cabello. El mayor se permitió llorar en el pecho del menor. Tenía demasiado miedo. Si algo le pasaba a Kit...

No sabía qué decir para consolar al mayor, consolarlo por la angustia de su próxima y tan pronta muerte. Él igual se sentía aterrado, no quería morir y no quería que Eddie lo viera morir. ¿Qué iba a decirle? ¿"Todo estará bien" cuando sabía demasiado bien que nada lo estaría?

Lo único que podía hacer por el momento era dejarlo drenar sus emociones y acariciar su cabello, pues había descubierto que no sólo amaba sus caricias en el cabello, sino que eso lo relajaba y a veces lograba ayudarlo a dormir.

— No puedo... asegurarte de que no moriré, pero si lo hago-

Eddie negó con fuerza, aferrándose a su ropa — ¡No digas eso!

Kit dejó escapar un suspiro tembloroso y cerró los ojos. — Si eso pasa... no te voy a dejar solo en ningún momento, así que no intentes tonterías, Munson, y tampoco te escondas en adicciones. Te conozco y sé que... van a pasarte cosas malas si me voy, probablemente todas las causes tú y eso... va a ser mi culpa.

Él negó. — Basta. No sigas.

— El punto es, y quiero que lo escuches, es que si eso pasa voy a andar detrás de tu trasero, probablemente como un gato, espero que uno negro, adoro los gatos negros.

— No quiero, Kit. No.

El menor se separó del abrazo y obligó al mayor a subir la mirada, limpió sus lágrimas y comenzó a repartir besos en su rostro. El primero fue en la frente, y fue el que más duró, luego siguió con sus párpados mientras sus pulgares limpiaban sus lágrimas, luego besó con ternura sus mejillas y finalmente lo besó en sus labios prolongadamente. Cada beso quería transmitirle paz, sabía que no iba a poder evitar ninguna cosa mala que les sucediera, pero Kit quería aliviar su dolor, decirle que lo amaba sin necesidad de palabras, y afirmarle una vez más que si algo le sucedía él no abandonaría a Eddie.

El mayor lo abrazó con fuerza, respirando el olor de Kit, grabando en su mente la suavidad de su tacto, la suavidad de sus palabras y de su voz, intentando no olvidar jamás su calidez. Pero se negaba rotundamente al destino que los esperaba.

Kit sonrió entre lágrimas. — Si muero, Eddie Munson, quiero que toques Born To Be My Baby de Bon Jovi en mi jodida tumba.

Él le encestó un empujón, para luego volver a aferrarse a su abrazo. — Cállate, mierda, cierra la boca. Vas a vivir, vas a volver con Jacob, te graduarás y tendrás una vida perfecta, tendrás a tu maldito gato negro y vas a envejecer.

Kit soltó una risa que apenas se mantuvo en una risa, casi transformándose en un sollozo. — ¿Ah, si? ¿Y en esa vida estarás a mi lado?

— Pues claro — bufó, frunciendo el ceño con fuerza ante las inmensas ganas de llorar que sintió —, le decimos a tu padre, y si no me acepta pues qué me importa, compraremos una enorme casa, viviremos juntos y tendrás a tu bicho negro.

— ¿Y seremos dos pasas de uvas juntos? — susurró Kit, dejando escapar unas lágrimas mientras apoyaba su mejilla en el hombro del mayor, respirando su olor.

Eddie asintió. — Sí.

— Okay...

Kit de verdad, de verdad, quería vivir.


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Sé que la canción se lanzó en el 88 pero X, necesidades del guión.

i wanna be yours | eddie munson x male ocWhere stories live. Discover now